Capítulo 46: ¿QUÉ DÍA ES HOY?🖤

40 5 22
                                    

~🖤~

ERICK

Te hemos extrañado — dijo mi padre mientras me estrechaba en un fuerte abrazo.

— Y yo a ustedes — le dije. Luego que nos separaramos del abrazo mi mamá se acercó a mi.

— Mira como has crecido — habló mi madre — Eres todo un hombre ahora.

— Al fin soy feliz — sonreí — Al fin estoy en paz.

— Luego de tanto, nos alegra que encontraras tu hogar.

Algunas lágrimas salieron de mis ojos y rodaron por mis mejillas. Mamá se acercó y acarició mi mejilla mientras limpiaba unas lagrimas con su mano.

....

5:00 a.m

7 de Septiembre.

Abrí mis ojos de golpe mientras tocaba mi rostro empapado en lagrimas.

¿Estaba llorando?

¿Lloré en mi sueño y también en la realidad aún estando dormido?

En mi mente se reproducía aquel sueño donde vi a mis padres.

— Como los extraño — me senté en la cama mientras la nostalgia me invadía.

Ya habían pasado alrededor de 23 años desde que se habían ido. De no ser por las fotografías posiblemente hubiera olvidado sus rostros. Lo que me aterraba era que cada vez me era más difícil recordar el sonido de sus voces, el sonido de sus risas.

No tenía intenciones de dormir. El sueño se habia esfumado, así que, me arrodillé al pie de mi cama y comencé a orar.

Oré agradeciendo por un día más, por mi hermana, mi tía, mis amigos cercanos...

Horas después...

— ¿te despertaste temprano? — preguntó Paola entrando a la cocina, sacó una taza de la alacena y se sirvió café.

— Si — le di un sorbo a mi café con leche — No podía dormir, soñé con nuestros padres.

— Debio ser lindo — dijo — Por cierto, ¿qué harás hoy?

— ¿Hoy? — pensé en si tenía algo que hacer pero no recordaba nada — No, creo que no, estaré en casa, aún no puedo salir a buscar trabajo porque mi hombro no se ha recuperado del todo, ¿tú, irás al instituto?

— No, pedí el día libre, me quedaré en casa.

— ¿por qué? Nunca has faltado...¿sucede algo? — pregunté al ver que sonreía.

— No, nada, solo quería tomar un descanso.

— Bien...— la miré un poco extrañado por su actitud, ni siquiera esa ocasión cuando tenía un resfriado quiso faltar al instituto, ¿por qué ahora si?

— Iré a ducharme — dijo mientras se retiraba dando ligeros saltitos y tarareando una canción.

<que extraña es mi hermana>

Estaba terminando mi taza de café cuando me llegó un mensaje al celular.

Mía:
— ¿Te gustaría ir a almorzar?

¿Mía me estaba invitando a almorzar?

El celular volvió a sonar.

Mía:
Diego también irá.

DE REGRESO A CASA (LIBRO #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora