Capítulo 44: CONFUSIÓN🌪

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Narrador omnisciente.

La noche había llegado ya. El cielo se cubría con su manto negro; esta vez, sin rastro de ninguna estrella, las nubes las cubrían al igual que a la luna. Había dejado de llover pero a lo lejos aún se escuchaban los truenos.

Mía caminaba por las calles abrazándose a si misma con sus brazos, estaba fresco y ella había olvidado llevar un suéter.

Veía a las personas caminar y sonreír, veía parejas de jóvenes andar tomados de la mano y eso hacía que se le estrujase el corazón.

Aún recordaba lo que había pasado aquella tarde con Erick.

El beso.

Y se preguntaba ¿por qué?

¿Por qué Erick la había besado? ¿Aún la quería?

Recordaba lo que pasó después y eso la hacía sentir peor.

.....

Erick se separó de ella de golpe luego de besarla, Mía le sonrió; sin embargo, Erick parecía incómodo.

- ¿Sucede algo? - le preguntó.

Erick no sabía que responder, solo negó con la cabeza. Luego de un par de segundos habló.

- Lo siento, no debí besarte, ha sido un error...

- ¿Un...Error...?

- Perdóname, debo irme - dicho eso salió corriendo en medio de la lluvia dejando a Mía sola.

Mía se quedó meditando en sus palabras.

<Había sido un error>

Sintió un nudo formarse en su garganta, quería llorar pero se dijo a sí misma que no lo haría, no en ese momento. Muchas personas podrían verla y no era lo que quería.

Volteó en dirección a donde Erick se había ido pero ya no estaba, había desaparecido de su vista.

Soltó un suspiro y se quedó ahí hasta que la lluvia parara para poder volver a casa.

.....

De solo recordarlo volvía a sentirse mal. Su cabeza era todo un caos, miles de pensamientos la invadían.

¿Si fue un error, por qué lo había hecho?

¿Acaso no le importaba como se sentía ella?

¿No le importaban sus sentimientos?

Estaba por llegar a una parada de taxis, cuando un auto se detuvo. Volteó a un lado para ver de quién se trataba.

Era él, era su mejor amigo.

No le dijo nada, solo lo miro con tristeza y agachó la cabeza.

Diego entendió que algo no andaba bien así que se bajó del auto y la tomó de la mano para llevarla del otro lado del auto y que subiera en el asiento del copiloto.

Una vez los dos adentro, el chico puso en marcha el auto.

- ¿Me dirás que pasó? - le dijo sin voltear a verla, su mirada estaba fija en la carretera.

- ¿qué hacías por aquí? - preguntó evadiendo su pregunta.

- Pues solo había ido a comprar unas cosas.

- ¿En serio? ¿Me estabas siguiendo?

- No es así.

- Ya, por un momento pensé que si, siempre apareces en el momento indicado en que te necesito.

DE REGRESO A CASA (LIBRO #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora