Capítulo 40: SI TAN SOLO SUPIERA🍂

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DIEGO

— ¿En qué piensas? — le pregunté a la chica que tenía a mi lado. Ella soltó un suspiro antes de responder.

— En Erick. Me preocupa que ya han pasado 2 semanas y no ha despertado...y ¿y si no despierta nunca?

— No digas eso. Él va a despertar, confiemos en Dios.

— Si, eso hay que hacer...— sonrió un poco.

— ¿Fuiste a verlo hoy?

— No — negó — iba a ir, pero...mi mamá tenía unas cosas que hacer y tenía que ayudarla.

— Entiendo. Yo fui antier, estuve un momento ahí con Bruna y José también.

— ¿Bruna y José? — Mía sonrió — Creo que esos dos van a terminar juntos, se han vuelto inseparables...

— Cómo tú y yo — le dije.

— Si, pero la diferencia es que ellos se quieren.

— ¿y nosotros no? — fruncí el ceño.

— Osea si pero no.

— ¿Cómo así? — reí.

— José esta enamorado de Bruna y al parecer ella lo está también de él, no es solo una amistad.

— ¿Alguno de ellos te lo dijo?

— Nop — respondió — pero escuché a José decirle a Rodrigo aquella vez que quería decirle a Bruna lo que sentía...

— Oh, ya veo.

— Si, y bueno tú y yo solo somos amigos, quizás mejores amigos así que no hay nada más, es solo un sentimiento de amistad...por eso es diferente...

¡Auch!

Eso dolió.

Senti mi corazón partirse en mil pedazos ante sus palabras, supongo que hasta aquí llegué.

Moriré.

Causa: Un corazón roto.

Okey, estoy exagerando, pero en realidad si dolió lo que dijo.

La chica que me gusta y que amo acaba de dejarme en la friendzone, difícilmente podré salir de ahí, quizás nunca.

Pero bueno, así son las cosas.

— Si — Solté un suspiro — tienes razón, es diferente.

Ella sonrió, yo también aunque era lo menos que quería hacer en ese momento, no luego de lo que ella dijo.

— Por cierto — comenzó a decir — No me has dicho si hay alguna chica que te gusta.

Abrí los ojos sorprendido, si hubiera estado tomando algo seguro lo hubiera escupido.

Eso había sido inesperado.

¿Qué se supone que le diga?

No puedo mentirle pero tampoco puedo decirle la verdad.

— ¿qué, qué...de qué...ha...hablas?

Mía comenzó a reír.

— Por tu expresión creo que si hay alguien.

— No...No es así...

— ¿quién es? ¿La conozco? ¿Ella lo sabe?

— ¿por qué supones que si hay alguien?

— Es tan obvio, actuaste como si te hubieran descubierto.

No respondí. Traté de actuar lo más normal que pude, pero fue imposible, estaba sudando y ni siquiera hacía tanto calor.

DE REGRESO A CASA (LIBRO #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora