Alastor un asesino en serie con un corazón frío y sin remordimiento alguno de los crímenes que cometía. No esperaba toparse con aquel niño de 16 años, recién llegado en el pueblo de Nueva Orleans. Poco a poco ese niño logró entrar en su duro y frío...
“Cuando miro al pasado y recuerdo todo lo que pasamos juntos, esos momentos tan lindos, tan significativos. A veces me pregunto ¿Si de verdad te merecía?
A pesar de lo que era tu nunca te alejaste, siempre te preocupaste por mí y nunca dejaré de amarte. No pensé que lograrías quedarte en mi corazón, que pasarías esa barrera. Lograste lo inimaginable.
Aún después de todo lo que pasó, jamás voy arrepentirme de haberte conocido…Aún recuerdo perfectamente ese día, cuando te conocí”.
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Salió de la emisora a las 5:00 de la tarde como era de costumbre, compró unas cosas en el centro del pueblo. Decidió visitar un rato a un viejo amigo que no veía hace tiempo, ese viejo gruñón.
Llegó al bar en donde frecuentaba ir pero ver salir a su amigo le extrañó. Estaba junto a una chica con un vestido muy elegante. Se acercó a ellos y la chica al verlo sonrió.
—Buenas tardes, Al. Tanto tiempo, un gusto verte—dijo la chica, Alastor frunció el ceño incómodo—Un gusto también, querida Mimzy—dijo, miró a su amigo.
—¿Qué sucede? ¿Por qué cierras el bar a esta hora?—dijo el castaño, el hombre refunfuñó—Por eso—dijo señalando hacia el otro lado de la calle, había tres policías rodeando una bolsa.
—Pobre chica, le destrozaron el rostro y según dicen le abrieron el tórax y le extrajeron los órganos internos—dijo la chica, el castaño miró la escena y sonrió. La gente veía con terror lo que sucedió, un pueblo tranquilo y de pronto tres asesinatos en menos de una semana; nadie sabía quién podría ser. La chica y los dos hombres se acercaron hacia la muchedumbre de personas. Los policías hablaban entre ellos y la gente murmuraba aterrada.
—Increíble, papá nos trajo a un pueblucho de mierda. Y para colmo con un loco suelto—dijo un chico de piel blanca y cabello azabache. Alastor, su amigo y la chica lo observaron, junto a él había una chica de piel blanca y cabellos rubios; un poco más alta.
—Ay, Niss no seas exagerado, tampoco vamos a durar mucho aquí ¿Verdad Tony?—dijo la chica, las miradas de los mayores se dirigieron hacia un ¿chico?....era un chico o eso parecía. El joven de menos de 17 años era de piel blanca como los demás, cabello rubio como la chica a diferencia que lo tenía teñido de negro en las raíces. El joven tenía un suéter de piel; muy extravagante, y estaba maquillado, se veía tan hermoso; parecía una chica. Pero no lo era.
—No tengo idea, Molly ...Últimamente papá no me cuenta nada—dijo el chico, el hombre castaño quedó sin palabras al oír la voz tan dulce de aquel muchacho. Debía admitir que el muchacho era hermoso, su delicada piel blanca y suave, sería una dicha ver como poco a poco esa piel tan perfecta es desgarrada por el filo de un cuchillo. Su voz recitando las palabras “Ayúdenme”, “No me hagas daño”, “Por favor suelteme”...sería una espléndida melodía. Y esos hermosos ojos azules suplicando por su vida, esas lágrimas bajando por su rostro tan detallado.
“Sin duda, una víctima perfecta”
El chico miró la bolsa con el cuerpo, no mostraba ninguna expresión. Se volteó y siguió su camino pero sin darse cuenta se topó con alguien chocando con él. La persona lo sostuvo antes de caer y él se sujetó del contrario. Increíble, no ha pasado ni un segundo en aquella ciudad y ya había cometido una estupidez.
Cuando se estabilizó alzó la mirada, encontrándose con unos ojos castaños preciosos; nunca había visto unos ojos, una mirada así de hermosa. Un hombre moreno claro y con una hermosa sonrisa lo observaba; tal parecía que se estaba aguantando la risa. Se enderezó y sacudió su ropa. El hombre de aparentemente 30 años soltó una risita, extendió su mano y acomodó unos cabellos revueltos del chico y luego acarició y deslizó la yema de sus dedos hasta la barbilla del chico. Su corazón latía al millón y sintió sus mejillas arder.
—Jaja…Ay~...Darling, deberías tener más cuidado—dijo el hombre con una sonrisa pícara, el sonrojo del chico aumentó y se alejó del hombre. Los compañeros de aquel hombre miraron todo en completo shock.
—¡Anthony!–el chico se sobresaltó y volteó hacia quien lo llamaba, un señor de piel blanca y cabello azabache miraba al chico con desdén—Ven acá—dijo, los otros dos chicos estaban con él. El mencionado miró rápidamente al hombre de cabellos castaños y luego su rostro de completa confusión cambió a uno serio y sin emoción alguna. El chico dio media vuelta y se dirigió hacia aquel hombre, luego se perdieron entre la multitud.
El hombre de cabellos castaños se quedó con la mirada perdida, al sentir la piel de ese chico, le causó un cosquilleo y su corazón latió rápido ¿Qué pasaba?
Alastor no tenía idea que tenía ese chico, pero lo que sintió cuando lo tuvo frente a frente, necesita sentirlo otra vez. Necesitaba tener ese chico bajo su completo control, necesitaba saber más de él. Conocer mejor a su próxima víctima, y ese sentimiento tan extraño, pero que lo llenaba de una manera increíble.
Quién diría que del simple hecho de cruzar palabras y miradas todo terminaría así…
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Holis, bien, nueva historia...si vienes de "Mon Angel" pues me alegra mucho que le hayas dado una oportunidad a esta nueva historia (y si no vienes de ahí también) como ya dije en la historia de "Mon Angel" está historia será de Angel y Alastor como humanos.
Y bueno ¿Que más puedo decir? Espero que les haya gustado este primer capítulo y muchas gracias por leer, pronto publicaré los siguientes capítulos.
