"¿Que me está pasando?"
Habían pasado varios meses y durante este tiempo Anthony fue a visitar todos los días a Alastor. Este disfrutaba mucho de la compañía del menor, aveces era algo molesto , pero aún así lo disfrutaba mucho. Anthony se fue adaptando muy bien a las costumbres del pueblo pues; tenía el mejor maestro. Se podría decir que Alastor le agarro mucho cariño al chico y le daba tratos que no acostumbraba a tener con cualquiera, cosa que sorprendía mucho a sus conocidos.
Anthony se la paso los ultimos meses con el castaño que en su casa. Y bueno, su hermana estaba muy feliz que su hermano estuviera dándose la oportunidad de conocer a alguien…pero por otro lado su hermano desconfiaba por completo de aquel hombre. Definitivamente ese hombre sonriente escondía algo.
Ambos habían quedado en encontrarse en el parque y dar un paseo. Casi era la hora en la que habían pautado reunirse. Alastor limpiaba con un pañuelo un cuchillo para luego guardarlo con el resto que había coleccionado. Tenía días que no limpiaba aquella habitación muy poco iluminada, había pasado la mayoría de su tiempo con aquel muchacho que no volvió hacer su pasatiempo favorito. No fue hasta esa noche, caminaba tranquilamente por la calle cuando se topó con una joven chica; muy bonita, conversó un poco con ella y luego se ofreció acompañarla a casa…la ingenua chica no logró llegar a su casa.
La chica grito por ayuda pero sus llamados de auxilio no fueron escuchados pues esta se encontraba muy lejos en donde nadie podría escuchar sus súplicas. Lo que siguió después fue una muy devastadora y fulminante tortura. Como acostumbraba hacer le desfiguro el rostro a la chica y la torturó de las maneras más sádicas y depravadas que puedas imaginar, luego cortó y guardó lá suficiente carne para saciar sus ocultas y macabras intenciones; todo esto aún estando la chica viva.
Alastor buscaba causar el máximo dolor posible a sus víctimas, que se quedarán sin voz de tanto gritar. Claro, su alma abandonaba su cuerpo poco a poco gracias a la pérdida rápida de sangre lo cual le molesta ya que le gustaría escuchar a esas pobres almas suplicar y sufrir un poco más, le gustaría entretenerse un poco más con sus víctimas.
Para finalizar dejo un pequeño recuerdo o más bien una obra de arte, algo para que la gente del pueblo pudiera contemplar. La cabeza de la chica con el rostro de esta casi irreconocible. La dejó en un lugar donde todos pudieran verla. Fue entretenido, un buen juguetito con el que se divirtió bastante.
Alastor se dirigió a la salida de aquella habitación y apagó las luces antes de salir, se arregló rápidamente para luego salir a su encuentro con Anthony. Una y otra vez se preguntaba que tenía de diferente ese chico, naturalmente ya lo habría matado, pero no tiene ganas de hacerlo. No sentía ese anhelo de verlo sufrir más bien no le gustaba verlo de ese modo, era muy extraño. Trataba en lo posible de hacerlo sonreír y así poder admirar esa hermosa sonrisa, decirle cosas lindas y de ese modo poder contemplar ese precioso rostro sonrojado. Disfrutaba tanto su compañía que aveces cuando el joven no hiba a visitarlo a la emisora sus ánimos estaban por los suelos y se aburría demasiado. De verdad que no comprendía que le estaba pasando ¿Alguna brujería le habrá hecho ese chico?
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Caminos Encontrados: Cuando llegaste a mi_(Radiodust)
Fiksi PenggemarAlastor un asesino en serie con un corazón frío y sin remordimiento alguno de los crímenes que cometía. No esperaba toparse con aquel niño de 16 años, recién llegado en el pueblo de Nueva Orleans. Poco a poco ese niño logró entrar en su duro y frío...