Capítulo 2

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En una mansión muy lujosa, un chico de cabellos rubios descansaba tranquilamente en su cama oyendo la pequeña radio junto a él en una mesita

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En una mansión muy lujosa, un chico de cabellos rubios descansaba tranquilamente en su cama oyendo la pequeña radio junto a él en una mesita. La música sonaba mientras un recuerdo invadía su mente, no podía olvidar lo que sucedió el otro día y tampoco podía olvidar aquellos ojos castaños y sonrisa encantadora. No lo conocía en lo absoluto pero al sentir sus manos sosteniéndolo, su calidez ¿Qué demonios le pasaba? Ese tipo le llevaba como 14 o 15 años.

—Bueno mis queridos oyentes, ha sido todo por hoy. No olviden sintonizar mañana y nos vemos en otra emisión—al escuchar esa voz se sorprendió y miró aquel aparato.

“Esa voz”

No podía ser, el tipo de la radio es el mismo con quien se topó, su voz era igual; igual de cálida. Sonrió sin razón alguna, no entendía por qué pero de algún modo saber eso lo hizo feliz. Cuando llegó a esa ciudad no había mucho que pudiera hacer así qué escuchar la radio se convirtió en su única manera de entretenimiento y ese locutor tenía mucho que ver. Su carisma, risa y chistes le hacían olvidar su vida tan triste, era un sentimiento tan fuerte y que jamás había sentido; no podría explicarlo. Con razón sentía que conocía a ese hombre de algún lado.

—¡Tony!—la voz de su hermana lo hizo brincar del susto—¡Ay! Molly, me asustaste—dijo, la chica río.

—Perdón, Tony, solo quería saber si querías dar un paseo conmigo por la ciudad. Ya sabes, conocerla un poco; dicen que Nueva Orleans es una ciudad muy bonita—dijo la chica entusiasmada, Anthony lo pensó un poco. Tenía demasiada flojera como para moverse, pero ver a su hermana tan ilusionada no pudo negarse.

—Está bien—dijo rodando los ojos, la chica chilló de la alegría—Gracias, vamos—dijo la chica tomando la mano del chico y guiandolo fuera de la habitación. Bajaron a la planta baja de la mansión y se dirigieron a la salida.

—¿A dónde van ustedes dos?—dijo el hermano de ambos, Anthony miró al chico con desdén. El chico miró a sus hermanos seriamente.

—Vamos a….conocer un poco el pueblo—dijo la chica de cabellos rubios, el chico alzó una ceja y luego se encogió de hombros.

—Ya que, no los voy a dejar ir solos con un desquiciado suelto por hay—dijo el chico tomando un sombrero y dirigiéndose a los chicos. La rubia sonrió.

—¡Vamos!—dijo saliendo por la puerta, antes de salir, Anthony y su hermano cruzaron miradas.

—¿Desde cuándo te preocupa que nos pueda pasar?—dijo Anthony, su hermano no mostró ninguna expresión.

—Solo voy por Molly. Sinceramente, no me interesa lo que te pasé…hermanito—dijo el chico para luego salir.

Anthony salió y cerró la puerta, los tres subieron a una limosina y ésta arrancó. Las palabras de su hermano no salían de su mente, ¿por qué no le sorprende? Su hermano mayor no muestra ningún afecto hacia él y aunque de niños era diferente al crecer simplemente; como él dijo: “No le importa lo que le pasé”. Ni siquiera a su padre le importaba.

Caminos Encontrados: Cuando llegaste a mi_(Radiodust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora