—Confiesa. —Insto a Chad a que diga la verdad antes de acabar nuestra amistad aquí y ahora—. Sabías que me compraría el vestido y que, además, me llevaría al teatro.
—Me lo pidió como un favor personal.
—Y tú accediste.
—¿Qué más podía hacer? —pregunta a la defensiva—. El tío parecía desesperado. —Alzo una ceja y él sonríe mordiéndose el labio—. Admítelo, Tais. Te gusta. Mucho.
—¡Es suficiente! Hay que trabajar o la fecha se nos echará encima y no tendremos nada decente para presentar.
—Huye, cobarde...
—¿Te doy una colleja? ¿Es eso lo que estás buscando?
—¡Cuánta agresividad! —se excusa, levantando las manos en señal de rendición—. Te sugiero que aproveches ese viaje a Verona el fin de semana y que te airees un poco...
—Solo si vienes conmigo.
—No te lo tomes a mal, pero ya tengo planes.
—Ah, ¿sí? ¿Y puedo saber con quién los has hecho?
—Secreto de sumario.
Achino los ojos y lo estudio detenidamente. Su mueca juguetona me dice que ya ha hecho migas con alguien por ahí, pero como es un cabrón, no me lo va a contar. No me creo que anoche se haya quedado aquí encerrado haciéndose el enfermo. Me apuesto la cabeza a que cuando salí por la puerta, huyó rumbo a algún garito de la zona para pasárselo bomba a costa de mi ausencia. Y pese a que no se me dio por comprobar si estaba o no en su habitación al regresar, sus pintas de trasnochado de esta mañana me dieron la respuesta.
Lo dejo pasar. Él ya es grandecito y sabe lo que hace, y yo no he venido a ejercer de policía.
—Muy bien... Tenemos los conceptos —concluyo regresando al tema que nos interesa—. Ya hemos estudiado la competencia, el público objetivo, la localización de las nuevas sucursales, la imagen que pretendemos dar... Ahora nos falta la idea.
—Nada más ni nada menos —admite, cruzándose de brazos y echando el cuerpo hacia atrás.
—¿Tenemos definida la estrategia de medios?
Chad rebusca entre nuestras notas y me apunta con el bolígrafo.
—Aquí está: Spot que difundiremos en redes sociales y eventos exclusivos para clientes que se acerquen al concesionario. Añadiremos el patrocinio en carreras de motos.
—Perfecto.
Me muevo de un lado a otro, dando vueltas en el salón. De fondo suena la tele. No le prestamos atención, pero el silencio a veces hace que no me concentre. ¿Contradictorio? Puede ser. Hay personas que necesitan de la música, otras tienen que dar un paseo para inspirarse, y las más raras, como yo, buscamos el bullicio constante para conseguir una idea revolucionaria.
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Una Estrategia para Conquistarte
ChickLitUn viaje a Milán. Una campaña de publicidad. Un ascenso prometedor. ¿Qué podría salir mal? Taissa es experta en Marketing y trabaja para una prestigiosa agencia de Chicago. Caótica, desordenada e impulsiva, se encuentra en el punto de mira de su jef...