"Podemos probar los implantes ahora si quieres."Así que ahí estaba Clint, en una pequeña sala en la Torre Stark, sentado frente a un escritorio con el corazón en sus manos.
Se suponía que había ido esa mañana simplemente para un control, uno de los tantos que había tenido después de la cirugía (exitosa, sin complicaciones y, para su suerte, bastante rápida) para controlar su recuperación y resulta que las heridas (dos incisiones no tan extensas detrás de sus orejas) habían cicatrizado mucho más rápido de lo esperado. Había ido distendido como las veces anteriores, confiado que tenía varios días por delante para esa ocasión, para prepararse mentalmente, para enfrentar ese momento sintiéndose armado, valiente, con los pensamientos acomodados para la predisposición.
Repentinamente los planes habían cambiado y entonces fue ahí, de imprevisto, que Bruce y su equipo lo habían decidido.
Ni bien se lo comunicó el arquero comenzó, inevitablemente, a sentirse ahogado de nervios. En alguna parte de su mecanismo de respiración se le habrá saltado un tornillo porque no se consideró capaz de hacer funcionar sus pulmones como lo hacía regularmente. En ese "si quieres" había un gesto más de cordialidad (o de suavizar) que de ofrecimiento que Clint sabía que no podía rechazar porque ¿cuál era el sentido? Hasta la parte más profunda de él, esa que quería posponerlo, sabía que alargar ese suceso le dispararía el termómetro de la ansiedad. Aquello era algo que quería. No podía patearlo, ya estaba todo sobre la mesa, los pasos anteriores cumplidos al pie de la letra. Todo meticulosamente preparado.
Su corazón había bombeado con tanto escándalo que metafóricamente se le había expulsado del pecho. Con su interior del pecho magullado a martillazos, Clint intentó mantener una expresión serena. Autocontrol. Fingió que no le molestaba que esa habitación de verdad parecía un consultorio médico, que la silla era incómoda, que tenerlo a Bruce del otro lado del escritorio, con la mirada concentrada en la pantalla desde hacía una eternidad no le carcomía las entrañas, que no le tenía miedo a la desilusión. Si el sonido que aquel aparato le haría escuchar no llegaba a ser como él lo esperaba iba a seguir fingiendo que no le afectaba. Podía hacerlo, ¿no? Quitarse las espinas dolorosas de la desilusión, tragarse el terror y simplemente seguir. Claro que podía, si era algo que venía haciendo desde hace años y de igual forma sobrevivía. Negar, mentirse, suprimir.
Pero a su costado, a tan solo escasos metros, apoyada contra la pared, estaba Natasha. Podía engañar a Bruce, a Tony, a los otros dos doctores que estaban ahí presentes. A Natasha no le podía mentir.
Ella estaba mirándolo, presente como lo estuvo en cada control, en cada mínima instancia de ese proceso porque se empecinó a acompañarlo en cada paso meticuloso. Estuvo cuando se despertó de la cirugía; cuando Clint, todavía bajo los efectos de la anestesia, decía incoherencias chistosas, cuando lo ayudó a mantener limpia y vendada sus heridas, cuando le ofreció su compañía en las noches que él no podía dormir.
Ciertamente Natasha tampoco podía mentirle a Clint. Tenía un porte relajado y hasta suelto, sin embargo, para el arquero era perceptible la ligera tensión en sus hombros, aquella pose con los brazos cruzados y la rigidez en sus dedos le indicaba que ella también estaba nerviosa.
Cuando sus ojos se encontraron y las miradas se fundieron en la otra, la expresión de la rusa fue suave y cálida, era una que le inspiraba confianza y tranquilidad pese a su ligero estado de inquietud. Clint tuvo ganas de abrazarla. De agarrarla y no soltarla. Entonces ella miró en dirección a Bruce y, con un cierto énfasis, con la barbilla apuntando hacia el doctor le indicó que él también haga lo mismo.
Giró su cabeza y lo que captó solo fueron los ojos enfocados de Banner pues la pantalla tapaba todo el resto de su rostro.
Inhaló profundo y cuando comenzó a soltar despacio el aire, se encontró con la mirada expectante y atenta de Bruce sobre él. Clint reparó en que le había empujado un post it amarillo hasta el borde del escritorio. Lo leyó.
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EL FIN DEL SILENCIO - clintasha
Fanfiction[fanfic clintasha] Luego de un accidente confuso, la vida del arquero comienza a desmoronarse. [itsa ene 22 - jun 24]