Capítulo 3: Max

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Desde que mi padre se fue, hace casi un año, el beta de la manada, Droch, no paraba de presionarme para tomar venganza. Estaba harto de todo esto. Mi meta era transformar esta manada, hacerla menos brutal y cruel, pero nada parecía funcionar.

Ninguna de las manadas vecinas había asistido a la ceremonia donde me convertí en alfa. ¿Quién querría relacionarse con esta manada?

Decidí visitar algunas de las cercanas para presentarme y asegurarles que en SilverClaw las cosas iban a cambiar, que yo, como el nuevo alfa, estaba enmendando los errores del pasado. Firmaba todos los tratados que podía, pero mis lobos seguían sumidos en la crueldad.

○— No sé qué más hacer — le confesé por el enlace a mi lobo, Logan.

○— Encontrarla. Con nuestra compañera a nuestro lado, seguro que nos creerán que estamos para ayudar — respondió con seriedad.

○—Tengo miedo de que ella nos rechace si la hallamos o que la asesinen por venganza.○—Lo sé, pero necesitamos a nuestra compañera.

○— Pero ella... ¿nos necesitará a nosotros? — dejé la pregunta flotando y cerré el enlace.

Tenía que reemplazar al beta Droch y nombrar a mi nuevo beta y delta. Necesitaba tener un apoyo. Droch había propuesto hacer el cambio después de un año, ya que yo no tenía muchos amigos entre los lobos de la manada. Bueno, antes los tenía: estaban Rick, Drew y los mellizos Duncan y Dion, pero ellos ya no formaban parte de la manada.Los primeros en marcharse fueron los mellizos, que habían encontrado a su compañera hace varios años, y sí, ese par compartía a su mate. A ellos fue a los primeros que ayudé a escapar de esta manada. Solo esperaba que estuvieran bien donde fuera que estuvieran.

Rick era un guerrero formidable y no compartía la idea de mi padre de hacer sufrir al más débil. Él murió hace cuatro años. Mi padre y el beta dijeron que fue un brujo de fuego quien lo mató. No quedó nada de él para enterrar.

Drew es el único amigo que me queda. Últimamente, lo he sentido muy alejado. Le he rogado que sea mi beta, pero él se ha negado rotundamente. Me ha recomendado algunos lobos que podrían ser buenos betas y deltas.

Decidí volver a la casa principal de la manada. Apenas entré, me topé con el aún beta, que me miró con enfado.

—Un maldito año y aún no hemos acabado con la manada WhiteMoon. Un año y tu padre aún no tiene su venganza — dijo esto con frustración —Sabes, no voy a esperar ni exigirte más. Ahora tú eres el alfa, el que manda aquí. Mañana veré a los lobos que sugirió Drew y te daré mi opinión.

— Tu opinión es muy importante para mí — le dije.

○—Oh, vamos, Max. ¿En serio? ~ se burló Logan.

—Se te da mal mentir y yo no quiero estar con un alfa débil que no sirve — me gruñó el beta, dándome una mirada que hizo que por instinto bajara la mía.

— A eso me refiero, Max. Eres un alfa que agacha la mirada. Tú no eres un alfa, eres un omega — siguió hostigándome Droch.

— ¡Basta! Soy el alfa de esta manada y debes obedecerme — intenté decirlo con mi voz cargada de mando, intenté decirlo sin que sonara a un niño llorón y fallé estrepitosamente.

— Sí, alfa, lo que ordene, alfa — Droch se estaba burlando de mí

—Espero que cuando deje el puesto también me ayudes a huir de la manada, así como hiciste con Bris — y sin más, salió de la casa.

Entro y me siento en las escaleras, sosteniendo mi cabeza con mis manos. A menudo, me veía a mí mismo como más un omega que un alfa, y estas inseguridades se debían en gran parte a la influencia de mi padre y Droch. Cuando era solo un cachorro, Droch, el beta, me parecía distante y un tanto rudo, pero obedecía todas las órdenes de mi padre de manera impecable.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora