Capítulo 5: Max

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Llego a la sala de entrenamiento donde me aguardan los lobos que Drew me ha aconsejado. Al verme entrar, noto cómo se ponen en formación y me saludan con respeto. Me siento un poco incómodo, no sé si me ven como su alfa o como un débil que necesita ayuda. Pero no puedo dejar que eso me afecte, tengo que recuperar mi confianza y demostrarles que soy digno de liderarlos.

Soy un alfa, mi voz tiene que ser firme y clara. Sé que mi responsabilidad es cuidar de mi manada y hacerles sentir seguros, no intimidarlos ni maltratarlos.

Los observo mientras se presentan, todos bajan la mirada menos uno que me reta con la suya. Le gruño para que se someta, y él lo hace con sorpresa. Me felicito mentalmente por haber impuesto mi autoridad.

Droch los divide en parejas y los hace luchar para evaluar sus habilidades. Veo que cuatro de ellos se destacan por su precisión y control, no son agresivos pero tampoco temerosos. Me parecen buenos candidatos para ser mi beta y delta.

Cuando terminan las peleas, Droch los reúne y les reprocha a esos cuatro por no haber sido más crueles con sus rivales.

—Aquí tenemos dos guerreros de verdad y cuatro cobardes, han dejado escapar mil oportunidades de acabar con el enemigo, tienen que ser más despiadados. ¿Qué van a hacer cuando se enfrenten a los WhiteMoon? ¿Pedirles perdón? ¿Rogarles que los dejen vivir? No, tienen que arrancarles la garganta, hacerles sufrir, mostrarles quién manda.

No puedo tolerar que siga humillando a mi gente, así que intervengo.

—Ustedes me siguen, quiero ver cómo se relacionan con los demás miembros de la manada.

Antes de salir del gimnasio, veo que Droch me mira con odio, pero no le hago caso. Sé que quiere hacerme quedar mal y que quiere minimizar a los que sabe que podrían reemplazarlo. Pero yo no voy a caer en su juego. Voy a elegir a mi beta y delta basándome en las cualidades que ellos deben tener para que mi manada deje de ser tan despiadada. Quiero que sean fuertes, pero también justos y bondadosos. Quiero que sean leales, pero también que sepan pensar por sí mismos. Quiero que sean mis compañeros, no mis subordinados.

Los llevo por el pueblo y les pregunto sobre la manada, qué opinan de vengarnos de los WhiteMoon, si ya tienen pareja, y otras cosas sobre ellos. Me doy cuenta de que son leales, valientes y compasivos. Son justo lo que necesito para que me ayuden a ser un buen alfa. 

Estoy seguro de que ya sé quiénes son mis tres finalistas para el puesto de beta. Tomás es un lobo maduro, de unos 70 años, que encontró a su pareja hace poco y está esperando su primer hijo. Dustin es un recién graduado que se transformó hace menos de tres años, pero tiene una fuerza impresionante. Además, sé que es el sobrino de Rick y que su familia se oponía a las barbaridades del alfa anterior. Johans es el típico soldado fiel, que sabe obedecer pero también tiene criterio.

Necesito hablar con Drew para conocer su opinión, así que lo llamo para encontrarnos en el claro del bosque donde antes crecían las monlies.

—Hola, alfa Max, ¿qué tal? — me saluda Drew.

—Hola, Drew, gracias por echarme una mano con los candidatos, creo que ya tengo a los tres elegidos.

—¿Tomás, Dustin y Johans?

—¡Exacto!—Son lobos de primera, Dustin se parece mucho a Rick, ¿no?

—Tanto que me da escalofríos.

Recorremos el lugar, sintiendo una inquietud que nos roe por dentro. Algo está mal aquí.

—Alfa... ¿Lo sientes tú también, verdad? Este lugar me daba paz cuando era niño, pero ahora me pone nervioso.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora