Extra 01: Duncan

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—Vamos, hombre, tranquilo, tu brujo volverá en una sola pieza—, le digo a Johans intentando calmarlo.

—No puedo—, responde Johans, nervioso.

—No entiendo. Si piensas rechazarlo, ¿por qué te preocupas tanto por él?—, presiono para que se decida. —Mira, no puedes seguir lastimando al brujo, por más idiota que te parezca.

Como esperaba, Johans me agarra del cuello, visiblemente molesto.

—No hables de él de esa manera—, me gruñe. —Yo no quiero rechazarlo.

—Pero tampoco quieres reclamarlo—, le señalo mientras siento cómo va relajando su agarre. —Si no sientes nada por él, no lo retengas más. Incluso a mí me duele ver a Remy así.

De lo poco que conozco a Johans, sé que es un hombre calmado y serio, todo lo contrario a Remy. Me molestó ver cómo se alejó de repente del brujo. Remy será un grano en el trasero, pero en realidad es un tipo genial, especialmente cuando entiendes su sentido del humor y te das cuenta de que lo vanidoso es solo una fachada.

—Me gusta—, admite Johans de repente.

—Se lo estás diciendo a la persona equivocada—, respondo, sabiendo que una vez que lo ha dicho en voz alta, ya no hay vuelta atrás.

Johans se levanta de golpe, olfatea el aire y creo que Remy acaba de llegar con los demás. Entonces escuchamos cómo se cierra la puerta de su habitación. Johans va a ir por él, pero lo detengo.

—Escucha, Remy debe estar cansado. Y si aún no estás listo, no lo molestes ahora. Deja que descanse y mañana hablas con él con calma—, le aconsejo mientras sujeto su brazo.

—No, puedo oler su sangre. Está herido—, Johans intenta zafarse de mi agarre. —Déjame ir.

Suelto a Johans, notando su miedo. Realmente está preocupado por Remy. Sale corriendo de mi habitación y puedo escuchar cómo entra de golpe en la de Remy. Solo espero que Johans deje de lado sus temores infundados y que Remy no sea tan terco.

Salgo de la habitación para buscar al resto que debe haber llegado. Camino por el pasillo y empiezo a sentir una leve opresión en el pecho; espero que Max y los demás estén bien.

Me detengo antes de entrar. La incomodidad en mi pecho aumenta; mi lobo, Rain, está muy inquieto y preocupado. La atmósfera es tranquila en la sala donde están todos. Eryck, Leandro y Cris están sentados en unos sofás bromeando, mientras Bianche les pide que se queden quietos para poder curarlos. No veo nada grave en sus heridas. Max les agradece y parece tranquilo; no noto nada extraño.

—¿Todo bien?—, le pregunto a Max.

—Sí, creo que sí. Acabamos con Droch y su amenaza. Él tenía en su poder a una bruja oscura, apenas una niña. Creemos que es hija de Noira porque es casi idéntica a ella, así que no sabemos si la chica puede ser una amenaza o no. Ramón y Bianche la cuidarán y custodiarán hasta que mejore—, me responde, cansado.

—Eso apesta. Cualquier cosa, nos encargamos. Tú descansa—, le digo. —Tu chica, aunque parecía tranquila, ha estado muy asustada y preocupada todo el día.

—Sí, justo voy a buscarla. Creo que debería bañarme primero; no quiero que me vea así—, me responde.

—Ella ya debe haber sentido que has llegado. Si demoras más, se angustiará aún más—, le aconsejo.

—Pensé que no te agradaba—, me pregunta.

—¿Quieres que te sea honesto?—, le pregunto, recordando cómo conocí a Serena.

—Siempre—, me contesta Max.

—Mi primera impresión fue que era bonita y dulce, también decidida y valiente. Pensé que si estaba libre, tal vez podría interesarse en mí—, le cuento con calma, pero lo veo tensarse. —Cuando te reconocí y vi su preocupación por ti, dejé de lado esa idea, ya que solo tenía ojos para ti. Pero luego no entendí su insistencia en que no te dijera la verdad, y eso me molestó. Pensé que su bondad y preocupación eran una fachada, y eso me irritó. Siempre has sido alguien bueno y correcto, y sentí que ella te estaba reteniendo a propósito. Pero, ¿cómo puedo odiarla si ella realmente hizo todo lo posible para que estuvieras tranquilo y seguro, aunque no fuera con ella?.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora