Capítulo 16: Gloomy

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Mientras tomo la sopa, veo que la mujer que dice llamarse Serena suspira y se relaja en la silla. He intentado oler si la sopa tiene veneno o esa sustancia que a veces me ponen, pero no huele mal. En realidad, tiene un sabor suave y agradable, que me llena. Siento a mi estómago agradecer. Está caliente y siento que mi cuerpo al fin tiene calor. Como despacio, así ella me lo ha ordenado, pero tengo miedo de lo que pasará después.

Cuando acabo la sopa, ella me pregunta si está bien de sabor.

—Sí, amo— Oh, no. Me dijo que no le dijera así. Seguro ahora me va a golpear.

—Espero que poco a poco confíes en mí o por lo menos que no me tengas tanto miedo.

Su tono es amable. Pensé que se iba a molestar, pero solo tomó el plato y lo llevó al lavadero y se puso a lavarlo. ¿Por qué ella haría eso? Ella huele bien, no parece una como yo. Ninguno de los que vi parece como yo.

Cuando el viejo me preguntó si creía en los finales felices, no entendí a qué se refería. Gente como yo no tiene un final feliz. Pero me sorprendió ver cómo el viejo desaparecía y ella nos miraba. Sentí en ese momento un dolor en el pecho que no sé de dónde viene.

Tal vez mi nueva dueña no quiera tratarme mal. Tal vez quiera que yo sea un sirviente como los de la casa del alfa, que solo limpian y eso. Tal vez ese sea un buen final para mí. Pero no debo confiarme. Ya han hecho que baje la guardia y luego se han puesto más violentos. Tal vez no ella, pero el otro sujeto, Briam, ella parecía tenerle cierto miedo, aunque luego se abrazaron y rieron. Tal vez no pueda reír, pero es mejor que ellos rían de ellos que rían de mí.

Creí que la fruta era para mí, cuando la veo pelar la manzana con habilidad y cortarla en trozos con cuidado. Luego me acerca el plato con la fruta.

—Si después de un rato tienes más hambre, me lo dices por favor— me dice con un tono muy suave. Su voz es muy delicada ahora.

En el vehículo, cuando saltó a la parte de atrás del carro, tenía una voz más fuerte. Me asustaba de cierta forma. Ahora parece que no quiere que me asuste de ella.

—Sí, ...— recuerdo no llamarla ama.

—Bien— parece feliz. Eso me confunde.

En eso llega la otra mujer.

—Serena, ya estoy libre para revisar a tu lobo— intento no ponerme nervioso. Sé lo que viene. A veces me revisaban para ver si estaban pagando lo justo.

—¿Quién te dio el nombre de Gloomy?— me pregunta Serena. Parece que le gusta menos llamarme así que la llame amo.

—El alfa Hunter... me llamaba así. Todos me llaman así— intento responder sin trabarme con mi lengua.

—Vale, pero ¿cuál es tu verdadero nombre? ¿El que tus padres te pusieron de bebé?

—No lo sé. No tengo otro nombre.

Ella agranda sus ojos. Veo que son de color verde con motitas amarillas. Por alguna razón me quedo mirándola más de lo debido. Me va a golpear seguro. Serena se para despacio de la silla. Parece que estuviera calculando sus pasos para que yo vea sus movimientos.

—¿Sabes la diferencia entre un niño y un adulto?— me pregunta de frente.

—Sí, lo sé.

—¿Recuerdas algo de cuando eras un niño?

—No.

—¿Recuerdas algo de adolescente o más joven?

—No.

—¿Cuál es tu primer recuerdo?

—Una celda... la manada del alfa Hunter. Recuerdo que me estaban... golpeando y quitando lo que llevaba encima...

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora