Extra 02: Drew

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—Sabes que te amo mucho—le digo a Bianche mientras beso su rostro.

—Nop, no lo sé —me dice riendo—vas a tener que demostrármelo.

Voy besando su cuello, mordiendo ligeramente su oreja. Ella solo gime bajito. Le pregunto cómo quiere que le demuestre mi amor, ella ríe y dice que tendré que ser muy creativo. 

Con cuidado bajo el tirante de su ropa de dormir, dejando al descubierto uno de sus pechos, empiezo a besar juguetonamente hasta llegar a su pezón, ella niega divertida.

— Sabes—me dice tomando mi rostro con sus manos—No soy una mujer paciente.

Ella pronuncia algo en una lengua antigua, siento como mi ropa desintegra rápidamente. Bajo la mirada y veo que la de ella tampoco está. Toda ella es tan bonita y suave. Mis manos recorren su cuerpo, he esperado esto por varios días y quiero tomarme mi tiempo, pero ella no me lo pone fácil.

Sus manos viajan a lo largo de mi espalda, sus besos son intensos y desesperados. Había pensado que solo yo estaba ansioso por ella, pero saber que ella también ha estado así me emociona. Ella realmente desea que el lobo la devore, y eso es lo que quiero hacer.

Tomo sus manos y las coloco sobre su cabeza, siento que ella va a protestar, pero la callo con un beso. Una de mis manos va directo a su intimidad, que está muy húmeda. Gruño por saber que está así por mí. Con cuidado, introduzco un dedo en ella, y puedo sentir cómo su interior me presiona. Mi dedo entra y sale despacio, y mientras ella jadea y se arquea. Encuentro el punto exacto y juego con su clítoris, haciéndola gritar mi nombre al correrse. Su cuerpo está un poco más relajado, mis dedos juegan en su interior, sus brazos siguen sobre su cabeza mientras voy besando su cuerpo. Juego con su pezón que está duro, chupo hambriento de ella, mis besos siguen recorriendo su cuerpo hasta llegar a su intimad, ella me mira con ojos cargados de lujuria.

—Voy a probarte—le hablo cerca a su intimidad y noto cómo ella se contrae.—Hueles delicioso.

Lamo todo el resto de su liberación, ella se retuerce pidiendo más, mi lengua juega en su interior, por un momento mi lobo aparece, y disfruta del banquete.

—No te detengas—me ruega Bianche.

—Nunca—le digo junto a mi lobo.

Ella se ha corrido en mi boca, la veo toda agitada, un poco de razón llega a mi y recuerdo que ella ha estado varios días ocupada y ahora debe de estar cansada. 

Me acerco a su rostro y beso su frente. La abrazo para quedar juntos así cuando ella se coloca encima de mí.

—Creo haberte dicho que de mí no  me escapas, lobito—me dice con la voz ronca.

Ella es ahora quien me besa. Sus labios pasan por mi cuello, y siento cómo succiona mi piel asegurándose dejarme una marca. Sus besos sobre mi cuerpo son igual de intensos. Sus manos acarician de forma descarada mi ingle, sin piedad ella empieza a bombear mi erección haciéndome gemir fuerte, con la otra mano juega con mis testículos. Si sigue así, me va a matar.

—Tú también te vez apetitoso—. Su dulce voz es suave como un ronroneo.

Ella se mete mi miembro en su boca, su lengua juega traviesa, en un momento juro que he volteado los ojos de tanto placer.

Necesito hacerla mía por completo ahora, sin darle tiempo. Giro con ella haciéndola gritar por la sorpresa, me acomodo sin aplastarla y la beso intensamente. Me voy acomodando y mi pene queda alineado en su entrada. A pesar de mis movimientos bruscos, me voy introduciendo despacio, ella sigue muy apretada.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora