Capítulo 46: Serena

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Últimamente se nos ha hecho más fácil hablar sobre nuestras cosas, enterarme del pasado de Max y las cosas que le forzaba a hacer su padre no han sido fáciles. Nada con Max es fácil. Me agrada que él quiera mejorar, Bianche cree que está progresando rápido porque realmente quiere ser un buen alfa y hacerse cargo de los lobos que están acá, no digo que no me guste la idea, es solo que ahora anda demasiado ocupado y apenas nos vemos, cenamos juntos y conversamos mucho, pero cuando nos acostamos, solo nos quedamos dormidos abrazados. Le quiero dar su tiempo, pero mis hormonas revueltas no colaboran.

Hoy ha ido de nuevo a la manada del alfa Stefan y Tora ha venido un rato a entrenar conmigo y a seguir con las actividades de rescate, ambas sabemos de lo que hablan en la manada, saben que Droch está rondando, le pierden el rastro muy rápido, he pedido a Remy que investigue si realmente Noira ha muerto, porque si no juraría que es obra de ella el que no puedan seguirle el rastro.

Ya van a ser cerca de medianoche y Max aún no regresa, me asusta que pueda ir a cazar a Droch.

Siento que abren la puerta de la casa, salgo para recibirlo, sin embargo, Remy es el que aparece con el rostro desencajado.

—¿Qué ha pasado? — pregunto asustada.

—Nada princesa, tranquila que tu lobo hace un rato está en la fortaleza, se ha quedado discutiendo algo con Briam y Ramón — me contesta y se sienta en el sofá.

—Entonces, ¿por qué estás con esa cara? — le pregunto sentándome en el borde del sofá.

—Dime, ¿acaso no crees que soy un monumento hecho hombre? — me pregunta serio.

—Supongo que no estás mal.

—¿No estás mal? ¿Eso es todo lo que tienes que decir? — me pregunta incrédulo.

—¿Qué? — le pregunto, no entiendo por qué su bajón de ánimos.

—Vamos, no te hagas la tonta. ¿Te parezco atractivo? ¿Crees que soy un buen partido? ¿No se te cae la baba al verme?— me dice, casi suplicando.

—Pero... ¿de dónde viene esto? Nunca te he visto dudar de tu apariencia — le contesto, divertida por su repentino cambio de actitud.

—Es que me ha pasado algo horrible. — me dice.

—¿Qué cosa? — le pregunto, intrigada.

—Dime, si no hubiera aparecido Max, tú habrías caído rendida a mis encantos ¿verdad? — me dice.

—¿En serio? No recuerdo ese capítulo de la novela — le contesto.

—Es que nunca me animé, eras linda pero con un carácter de chihuahua — me dice

— Ok suéltalo que mosca te ha picado.— le pregunto ya sería por que él no es de dar tantas vueltas.

— Hoy acompañé a tu lobo a esa manada, ahí también se reunieron otros lobos, Duncan, Drew , no recuerdo el nombre de quien iba a ser su beta.

— Tomás— le respondo.

— ¿Ah? tampoco me importaba saberlo— me dice molesto— Estábamos conversando y eso alguien entra y me abraza fuerte.

— Encontraste a tu mate— le digo sorprendida, aun que pensé que él estaría feliz , es un coqueto pero siempre ha querido tener a esa persona que se solo para el.

— Así es y yo pensé que iba a ser un reclamo a toda regla delante de todos pero cuando me mira, no sé, como si fuera una cucaracha y niega y se va sin decir ni una sola palabra — me cuenta y empiezo a sentirme mal por Remy.

— Tal vez ella esté asustada, al fin y al cabo eres un brujo oscuro y tu presencia tiende un poquito a asustar a quien no te conoce— intento consolarlo— luego que se te conoce sabemos que eres un grano en el culo, uno adorable y sexy por cierto.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora