Capítulo 43: Max

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Después de estar consolando un rato a Serena junto a Logan que no para de decirle cosas bonitas, las cosas en casa se tranquilizaron. Pudimos almorzar tranquilos mientras que Nina me miraba y negaba con la cabeza y solo gesticulaba con los labios "tenías que ser hombre". Con ella ya no sé si ofenderme o reírme por sus ocurrencias.

En la tarde nos reuniríamos con el alfa Stefan y Tormenta. Llegamos a la casa de la manada y fuimos recibidos por Tora que, ni bien nos vio, abrazó a Serena y ambas se pusieron a gritar como locas.

—¡Pastelito! —gritó emocionada Tora.

—¡Tora! —gritó Serena abrazando a Tormenta y se alejó rápido.

—¿Estás bien? ¿Qué tienes? ¿Qué te duele? Si el cavernícola te ha lastimado, juro que lo rebano vivo —le dijo revisando a Tora.

—Tranquila —le dijo riendo—, estoy bien, más que bien... Digamos que ya no le pude dar más largas a mi bomboncito y dejé que me reclamara. Mira.

Tormenta se llevó a un lado el cabello y dejó ver su marca de emparejamiento. Serena la miró feliz pero también un poco confundida.

—Ya me conoces, lo intensa que puedo ser. Si yo he quedado así —le dijo guiñando un ojo—, mi bomboncito es el que necesita las muletas.

—Ahora empiezo a sentir pena por Stefan —dijo Serena y sentí un nudo en el estómago por la familiaridad con que lo llamaba.

○—A mí tampoco me gusta que lo llame así —me dijo Logan.

●—Están celosos —escuché a Katzi—. Lobito celoso...

Serena volteó a verme. Si no había sentido mis celos, Katzi ya se lo había dicho. Vi acercarse al alfa Stefan, que con un brazo tomó de la cintura a Tormenta acercándola y con la otra le dio la mano a Serena. Quise separarlos, pero en eso Tormenta le golpeó la mano al alfa.

—Mucho tiempo para un saludo, que me la gastas a mi amiga —le dijo Tora a su compañero.

—¿Celosa? —preguntó divertido.

—Sí, te hago acordar que ella es mi pastelito —le dijo sacándole la lengua.

Tormenta se salió del agarre del alfa y se fue a abrazar a Serena, quien le recibió el abrazo. Luego le dio un sonoro beso en la mejilla.

—Ella es mía —dijo orgullosa Tora—. Mi pinky.

Me quise echar a reír por la cara que había puesto Stefan, pero la gracia se fue cuando fue Serena quien le devolvió el beso en la mejilla.

—Siempre tuya —le respondió y le sonrió coqueta—. Sabes que tú siempre serás mi pinky.

—Hola, alfa Max —me saludó el alfa Stefan mirando a las chicas—. ¿Siempre son así?

—Siempre —respondieron las dos a coro con una sonrisa de oreja a oreja.

—Ustedes se quedan aquí hablando... No sé cosas de hombre, ... se mirarán un rato no sé, mientras mi "pinky" y yo nos vamos a conversar por otra parte, sin tanta testosterona celosa —nos dijo Tormenta llevándose lejos a Serena.

—Pensé que mi rival sería ese brujo —me dice Stefan—, no su mejor amiga.

—¿Remy? —pregunté.

—Sí, ese brujo. Me molesta que le ande diciendo de un lado a otro princesita y que coquetee descaradamente con ella. —Es evidente que está celoso. Voy a decir algo, pero él continúa.

—Pero mi luna le bromea y le dice cosas como que no se puede comparar conmigo, que soy el mejor y cosas así. Pero con su amiga no puedo pelear esa batalla. Si me molesto y de alguna forma la hago sentir mal, mi panquequito me deja, estoy seguro de eso. No sé si antes o después de que tu chica me queme vivo con esa especie de godzilla que tiene como mascota. —Me explica el alfa.

ALFA VENDIDO: CADENAS ROTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora