The fair

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Al descender Raine llevó a Luz de la mano mientras caminaban hacia la entrada de la feria que se encontraba no muy lejos de donde habían aterrizado. La pequeña estaba llena de emoción y con esperanza que su día con su tercera persona favorita sea inolvidable. Ambos padre e hija (aunque la pequeña aun no lo sepa) tenían el mismo pensamiento, pero sobre todo el bardo que quería que su relación Luz sea más fuerte y poder recuperar un poco de los años que se perdió con la pequeña.

El parque estaba decorado con luces brillantes y coloridas, atracciones emocionantes y el bullicio de la gente que disfrutaba de su día. Raine sonreía ante la emoción de Luz y la guiaba por los puestos.

-¿En qué atracción quieres ir primero, dulzura? - preguntó Raine con entusiasmo.Luz pensó por un momento, con el dedo en la barbilla, como si estuviera tomando la decisión más importante de su vida, ante tal acción el bardo no pudo evitar pensar que se parecía a su madre.

-¡El carrusel! ¡Quiero ir al carrusel primero! - exclamó con alegría.

Raine asintió con una sonrisa y la llevó hacia el colorido carrusel el cual estaba abarrotado de niños. Mientras esperaban su turno, Luz no dejaba de mirar las figuras de animales que daban vueltas en la atracción ya que eran bastantes peculiares a los que había en su mundo y eso lo hacía ser genial. Cuando finalmente llegó su turno, Raine la ayudó a subir a uno que tenía la forma de un grifo.

-¡Agárrate fuerte, dulzura! - animó Raine.

El carrusel comenzó a girar, y Luz rió con felicidad mientras el grifo subía y bajaba en el ritmo de la música alegre. Raine observaba con ternura a la niña, disfrutando cada risa y sonrisa que ella compartía, prometiendo protegerla de todos aunque eso sea derrocar al emperador.

Después del carrusel, exploraron el parque juntos. Probaron diferentes juegos, se subieron a la rueda de la fortuna y disfrutaron de algodón de azúcar mientras paseaban por el lugar. La diversión estaba en todas partes.Ambos deseaban que eso durara para siempre pero claro la presencia de alguien los arruinaría todo.

Mientras Raine y Luz hacían fila para entrar a ver la actuación de los animales en miniatura, de tras de ellos una gran flor emergió de la cual salio la persona con la que el bardo menos quería encontrarse.

-Hola Cariño- el bardo se volteo al sentir que alguien le tocaba el hombro.

-Terra- mantuvo la calma, en lo que rápidamente pasaba a la pequeña a sus espaldas- Que la hizo salir de su invernadero líder del aquelarre- la miro de manera seria.

-El emperador me asignó cuidar de estas calles en busca de rebeldes querido- sonrió mientras una de sus enredaderas se acercó al bardo- No has visto alguno por aquí?- cuando la planta estaba por tocar al bardo una pequeña voz se hizo presente.

-Raine, la fila está avanzando- el bardo la volteo a ver mientras la pequeña señalaba la entrada de la carpa

-Oh Esta pequeña florecita es tuya?- una sonrisa falsa aparece en su rostro- Linda florecita tu padre y yo tenemos una charla de adultos no interrumpas- eso le molesto al bardo pero no podía demostrarlo ya que pondría a Luz en peligro lo mejor era contestar y cambiar de tema para salir de peligro.

-Ella es...

-Si Raine es mi otro padre,señora, y es mi día de visita así que sin nos permite..- agarra la mano del bardo y lo jala hacia la carpa dejando a la líder del aquelarre de plantas con la palabra en la boca.

El bardo estaba muy sorprendido con la actitud de Luz, no podría creer que tuviera tan solo cuatro años y se acababa de enfrentar un líder de aquelarre salvando a los dos de Terra,definitivamente era una mini Eda, pero otra cosa que se le vino a la mente fue lo que la niña le dijo a la bruja su otro padre no podía creerlo acaso la pequeña sabe algo.

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⏰ Última actualización: Jan 12 ⏰

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