3 semanas antes de las vacaciones
Por fin llegaba, después de un día ajetreado, que la ponía de malas, para empezar tenía a sus lentos e insoportables residentes a cargo,que no entendía cómo lograban meterse en problemas con los demás internos, era tratar con niños pequeños, ya ni su hija causaba tantos problemas como ellos; por otro lado aparte de sus cirugías y jornada pesada, tenía que escuchar a la enfermeras criticarla sobre su maternidad; acabando todo eso, tenía a su jefe insistiendo para tomar más carga de trabajo que le impedirían estar mucho tiempo con su pequeña. Seguía murmurando irritada y maldiciendo a todos, hasta que llegó a la puerta de su casa, la abrió lo más despacio que pudo para no despertar a nadie, sobre todo a la niña. Estaba asentado sus cosas en la mesa del recibidor cuando escucho unos pasos pequeños que iban a su dirección.
-Mami!!- le dijo una niña descalza corriendo a sus brazos.
Con ese simple abrazo los problemas y las frustraciones se iban, en ese instante solo eran ella y Luz nadie más.
-Cariño-dijo mientras se dirigían a la sala- ¿Qué haces despierta tan tarde?¿Y Lea?
-Lea me dijo que estaría en la sala- respondió la niña evitando una pregunta de su madre. Tal como la pequeña le dijo, en la sala se encontraba una castaña dormida con la televisión encendida.
Le hizo una señal de silencio a la pequeña y con un movimiento de su mano apagó el aparato y tapó a la joven dormida.
-La agotaste cariño- le dice a su niña mientras pasan con cuidado la sala en dirección a la cocina- Ahora niña, ¿me puedes decir porque aun no estas durmiendo?-mientras se sentaban en una de las sillas del desayunador.
-Este....- se sonrojo.
-¿No podías dormir por otra pesadilla?- le preguntó su madre algo preocupada.
La pequeña asintió y escondió su rostro sonrojado en el pecho de su madre, no quería que la viera así.
- No tiene nada de malo cariño, todos tenemos pesadillas, no hay que avergonzarse-le acarició su cabello y le dio un beso en la cabeza- ¿Quieres contar lo que soñaste?- a lo cual la niña negó -Bueno...¿Qué te parece si tomamos un vaso de leche y hoy duermes con mami?
Eso sacó a la pequeña de su escondite- Si...- murmuró bajo- ¿También Owlbert?- a lo cual la mujer asintió, mientras se daba cuenta de que el pequeño búho estaba en una de las bolsas de la pijama de Luz .
-Bueno, quédate aquí ahorita vengo.
Después de un rato en la cocina, platicando sobre su día claro omitiendo ciertas partes y centrando la conversación mayormente en las aventuras de la niña con su niñera (cosa que ya entendía la pelinaranja del porque la pobre Lea había caído fatigada), decidieron ir al cuarto de la mayor para descansar.
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Ya casi de madrugada ellas seguían despiertas hablando y riendo, la mayor atesoraba esos momentos, porque sabe lo corta que será la infancia de su pequeña y le gustaría guardar todos los recuerdos que pueda.
-Mmmm es un pato- respondió ante la adivinanza que le hizo la niña.
-No...mami..era un gato- le dijo la pequeña bostezando y cerrando los ojos poco a poco.
-Eso explica muchas cosas-murmuró la mayor, volteando a ver a su hija ya dormida-Estabas cansada.
Acomodo bien a la menor para que descanse, pero claro ella aun no podía dormir, su deber de madre no terminaba, tomó a Owlbert y se dirigieron al cuarto de la menor.
En el cuarto colocó un hechizo de silencio y con ayuda de su bastón analizaron todo la habitación de la pequeña ya que no era normal las constantes pesadillas e insomnios que tenía la niña.
-Aja- dijo dirigiéndose a la litera. Se puso de rodillas y metió una mano debajo del colchón, buscando lo que causa los males de sueños de su bebé.
En cuanto sintió algo lo jalo, descubriendo a un demonio en forma de ojo del tamaño de una pelota de golf.
-Tu eres el que esta causando insomnio a Luz- miró con enojo a la criatura, mientras convocaba un frasco y lo metía dentro- Servirás como ingrediente para alguna poción de sueño- le dijo mandando el frasco al sótano.
Se estaba por ir cuando vio su viejo laúd en una esquina del cuarto, supuso que Luz lo habrá encontrado en algún lugar de la casa y lo llevó a su cuarto para averiguar cómo se usaba.
-Nos volvemos a ver- dice mientras toma al instrumento y lo analiza detalladamente, por su cabeza solo puede pensar en cierto bardo.
"¿Como sería la vida si estuvieras con nosotras y ese día no hubiramos dejado que todo acabe? " se preguntó algo nostálgica. Estaba indecisa si tocar el laúd o no, pero al final empezó a tocar "Raine's Rhapsody" la canción que empezó todo pero también lo termino, solo que ahora había un significado más profundo y más tierno que se mezclaba en la melodía, cuando abrió los ojos se dio cuenta que los juguetes de Luz empezaron a flotar y cambiar su tamaño, sabía que si Lea ve eso sería malo, por lo que asentó el instrumento donde la pequeña lo tenía (haciendo nota mental de enseñarle después a tocarlo) y con un movimiento de manos regreso todo a la normalidad borrando los rastros de magia para que no ocurra algún accidente. Decidió que era momento de regresar a su cuarto para descansar antes de empezar un nuevo y cansado día.
Al entrar observaba a la menor durmiendo y piensa lo bonita que es, se acerca despacio para no despertarla; una vez que logró acostarse, apaga las luces mientras repasa en su mente todo lo que debe hacer al día siguiente y así poco a poco cae dormida.
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Hola chicos, hoy les traigo un especial que tenía muchas ganas de escribir.
Datos curiosos:
-Algunos demonios de las islas se filtran por la puerta, no son tan recurrentes pero haya andan.
-Eda quiere enseñar a Luz tocar algún instrumento, pero no sabía cuál, aunque de manera inconsistente se inclina al violín.
Eso es todo por hoy, estoy atenta a sus comentarios, trato de responderlos, solo que si tardó a veces se debe a que wattppad no siempre me notifica rápido. Nos vemos en el siguiente episodio que es el día de mañana miércoles!!!!!☆♡☆
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Love Again
Fanfiction"Después de la tormenta viene la calma" Dicen eso como si fuera fácil, Edalyn Clawthorne se enfrentará con la aventura de ser madre en un mundo al que no pertenece, pero con ayuda de sus amigos logrará salir adelante. Solo que el destino le...