Capítulo 2

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Al otro día llegó a la oficina más temprano de lo habitual. Había despertado a la madrugada cubierto de sudor y tiritando en el suelo del gimnasio. No pudo volver a dormir por lo que prefirió levantarse, desayunar algo sustancioso y encaminarse a sus labores.

Como nunca, todas las personas que integraban su piso lo voltearon a ver apenas ingresó y es que la noticia de que debería trabajar en conjunto había corrido rápidamente. Se encerró en su oficina con una velocidad increíble, quería volver a ser el Felix que pasaba desapercibido, ahora sentía que todos podían sentirlo a través de los supresores y eso lo ponía sumamente nervioso.

Intentó distraerse con varios casos, incluso le dio vueltas y vueltas al del omega desaparecido pero no podía concentrarse. Sentía a su lobo luchar por superar la barrera de los supresores y despertar pero no podía ingerir otra dosis, ya sería demasiado.

Dos golpes en su puerta lo alertaron de inmediato. Ni siquiera le permitieron dar el pase cuando esta ya estaba abierta y por ella ingresaban su jefe y otro alfa más.

Sus ojos escanearon rápidamente de arriba a abajo, deteniéndose principalmente en los fuertes ojos negros del contrario. Lo estudió un par de segundos, y disimuladamente olfateó su aroma. Café recién hecho. Olía demasiado atrayente incluso para su propio bien.

Sacudiendo la incomodidad que se había instalado en la base de su nuca, se puso de pie pero se mantuvo detrás del escritorio, no hizo amago de acercarse al alfa y este tampoco rebasó los límites impuestos.

Era tan guapo, el uniforme le sentaba de maravilla, con hermosos cabellos negros y lucía demasiado atlético. Felix pensó que podría llegar a ser alguien amable pero tampoco quería acercarse tanto como para comprobarlo.

— Lee, le presento a su nuevo compañero, el agente Hwang Hyunjin — su jefe se hizo a un lado para que estrecharan sus manos.

Al principio Felix se notó desconfiado, sin embargo, no quería levantar sospechas por lo que optó por estirar su mano. La del alfa la rodeó sin inconvenientes pero apenas se tocaron una chispa le recorrió el brazo entero, haciendo que la retirara de inmediato.

El alfa lucía igual de sorprendido que él, incluso se podía apreciar en cada rasgo de su varonil rostro aunque no dijera nada.

— Yo... está bien — fue lo único que atinó a responder.

— El agente Lee Felix se encargará de ponerte al día con el caso más importante que tenemos. No fallen.

El capitán Bang abandonó la habitación dejándolos solos. Felix tenía una rara sensación que le nacía desde el bajo vientre hasta la base de la garganta. Era como una quemazón que no lo dejaba pensar con claridad. Creía sentir como las paredes a su alrededor se achicaban hasta dejarlo encerrado en una mínima porción de materia.

Debía salir de ahí.

Tomando su bolso e ignorando la mirada confundida del alfa, salió corriendo. El lobo dentro suyo comenzaba a esforzarse en despertar y no lo podía permitir.

Algo en el toque, el aroma y la presencia del otro hombre había hecho que su sistema se reactivara y por momento como este es que odiaba lo que el destino había hecho con él.

Se encerró en el primer baño que encontró. Desesperado, revolvió entre las miles de cosas que tenía dentro de su maleta. Separó de su camino papeles, comida, medicamentos de primeros auxilios, balas y gas pimienta. Por más que se esforzaba no daba con lo que realmente necesitaba.

— Mierda... ¿dónde las dejé? — Felix agarró sus cabellos con fuerza sintiendo su lobo luchar más y más — ¡Detente!

Se dejó caer de rodillas sobre el suelo de dudosa pulcritud. Vació su bolso por completo hasta que por fin al fondo del mismo y de entre dos carpetas, cayeron las tan anheladas pastillas.

i know your secret | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora