Felix empezaba a sentirse mejor con el pasar de los días, sus mejillas iban recuperando el tamaño natural junto con un bonito color. Lo mismo sucedía en el resto del cuerpo.
De igual manera, y lo más importante, era que la conexión con su lobo estaba resurgiendo.
Resulta ser que una de las psicólogas que Jongsuk les había recomendado tenía un consultorio a la vuelta del departamento de Felix, y luego de mucha persuasión por parte de Hyunjin, había aceptado la ayuda.
Felix estuvo muy conforme con la mujer, una linda omega de contextura pequeña pero increíble sonrisa. Era amable y lo escuchaba en todo momento. Nunca lo juzgaba, manteniendo su tranquilidad en todo momento. Aún continuaban trabajando para resolver la raíz del problema pero por lo menos ahora las pesadillas eran menos frecuentes.
Ese día tenían una cita con el doctor Jongsuk para presentarles a un par de colegas que estarían asistiendo en el caso desde otras direcciones que él no llegaba a cubrir. Felix ya no estaba asustado, confiaba ciegamente en su alfa como apoyo y en el médico que por fin lo estaba ayudando a salir de tanta miseria, pero cuando amaneció con un terrible dolor de cabeza y una quemazón en su bajo vientre supo que iban a tener que posponer un poco más las cosas.
La noche anterior Hyunjin no había podido quedarse a dormir con él, algo así como un operativo de última hora al que por supuesto Felix tenía prohibido asistir, por lo que ahora estaba solo en su cama, revolviéndose por el calor y dolor.
No podía creer que su celo había vuelto a hacer acto de presencia y esta vez su lobo lucía como una completa fiera.
Gimió, jadeó y lloriqueó llamando a su alfa pero nadie vino por él. Rasgó su ropa hasta quedar completamente desnudo y aún así el calor seguía siendo abrumador. HyunjinHyunjinHyunjin, era lo único que corría por su mente. Alfa, ayúdame.
Cuando logró recuperar un poquito de lucidez, corrió a su nido. Allí, el aroma fuerte y potente de su alfa lo cubrió como un manto pero no era suficiente, necesitaba tenerlo encima suyo gruñendo y maldiciendo por cada estocada. Maldita sea, lo quería profundo.
Seungmin golpeó un par de veces su puerta pero al no recibir respuesta decidió asomar su cabecita. Los mechones le cubrieron la visión momentáneamente pero cuando el fuerte aroma de la vainilla lo atacó es que supo que estaba sucediendo.
— ¿Lix? — ingresó un par de pasos. Un par de ojos café furiosos y un gruñido lo hicieron saltar en su lugar y detener la marcha.
— Sal de mi espacio — le gruñó Felix con una voz irreconocible. Definitivamente ese era su lobo hablando por él.
— Lo siento... iré a llamar a Hyunjin, ¿te parece bien?
— ¿Hyunjin? ¿mi alfa? — de repente los ojitos mutaron a unos completamente llorosos y voz debilitada.
— Sí, amor, tu alfa.
— Quiero a mi alfa.
— Y lo tendrás. Quédate en el nido y pronto vendrá.
Seungmin ignoró los lloriqueos y llamados de Felix, sabiendo que ya se había sumido en lo más profundo del celo. Corrió a su teléfono celular y marcó el número del alfa.
Resultó ser que Hyunjin estaba igual o incluso más alterado que el propio Felix. Su lobo interior gruñía y rascaba pero sin saber muy bien el motivo. El destino los quería juntos, y ahora mismo.
El llamado de Seungmin solo sirvió para confirmar lo que ya sospechaba. Su omega había entrado en celo.
Bang lo dejó ir sin muchas trabas, recordandole que cuando todo cesara ambos debían regresar al trabajo pero que ahora se concentrara en nada más que atenderlo como un omega se merece. Si algo amaba la pareja era todo el apoyo que habían recibido de su jefe, más que nada Felix, quien lloró cuando por fin cayó en cuenta de que las nuevas generaciones iban a cambiar significativamente gracias a padres tan maravillosos.
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i know your secret | hyunlix
RomanceFelix, un agente del FBI especializado en investigaciones y rescate se verá forzado a mantener guardado un monumental secreto. Hyunjin, su nuevo compañero alfa, llegará a cambiar y revolucionar todo a su paso. ¿Será relevante la compañía del carismá...