— Oh, Lix, no sabes cuanto te extrañé... — Seungmin dejó caer su maleta al suelo creando un sonido fuerte que fue opacado por todo el ajetreo del aeropuerto antes de salir despavorido a los brazos del omega mayor — ¡Mira esa panza! es incluso más bonita en persona... ¿puedo tocarla?
— Claro que sí — Felix sonrió de lado mientras asentía.
Seungmin no esperó una segunda afirmación y enseguida llevó ambas manos al centro del vientre puntiagudo. No llegaba ni a acaparar un cuarto del espacio, pero viendo que Felix rozaba los 7 meses y que no era solo un bebé sino dos, no podría esperarse otra cosa.
Hyunjin los abrazó a ambos, extrañando el aroma acaramelado del más pequeño. Prácticamente su lobo lo había adoptado como cachorro y ni siquiera supo cómo aguantó el tenerlo tanto tiempo lejos.
— ¿Cómo están ahí dentro? veo que creciendo grandes y fuertes... yo soy Seungmin, pero pueden decirme hermano o tío, como a ustedes más les guste — el rubio se había puesto de rodillas de un momento a otro importandole realmente poco que las personas a su alrededor se lo quedaran viendo al pasar.
Felix río con pequeñas lagrimitas. Malditas hormonas.
— Bien, vayamos a casa, muero por probar un poco de tu pastel de triple chocolate. Los cachorros no dejaron de pedirlo en todo lo que lleva el embarazo — el agente se relamió imaginando cómo se sentiría el chocolate en su boca.
Una vez en el coche, los temas en general empezaron a fluir. Estaban a aproximadamente 20 minutos del departamento cuando Felix se quedó profundamente dormido en los asientos traseros.
— ¿Siempre pasa esto? — señaló el chef con una sonrisita de lado mientras acariciaba los finos cabellos.
— Desde que cumplió los seis meses puede dormirse en cualquier lado y a cualquier hora — Hyunjin rió con ternura a la vez que intercalaba su vista en la carretera y los omegas de detrás — pero Jongsuk dijo que es normal, llevar a los cachorros le quita demasiada energía y más aún a su pequeño cuerpo.
— ¿Ya saben sus sexos?
— No, decidimos que esperaremos hasta el parto. No creemos que sea algo relevante.
Seungmin tarareó antes de seguir creando formas sin sentido en los cabellos de su amigo. Estaba tan feliz de por fin haber vuelto a casa. No se arrepentía de haber ido a Francia a estudiar, realmente aprendió muchas cosas, incluso su estadía se alargó un par de meses más, pero nunca llegó a sentirse parte. Los pocos franceses que llegó a conocer fueron un tanto fríos y distantes, recordándole que nunca llegaría a ser verdaderamente uno de ellos, por lo que sus días se pasaron en soledad y tachando los número del almanaque.
— Y cuéntame, ¿Cómo estuvo todo por allí?
— Bueno... ni bien ni mal. Fue una linda experiencia, pero no creo regresar. Seúl es lo mío, con ustedes y Jeongin.
Tiempo después por fin aparcaron en la entrada del edificio. Felix despertó malhumorado y hambriento por lo que rápidamente ingresó. Hyunjin, en cambio, ayudó con las maletas y un par de cosas más.
Al ingresar al departamento Seungmin inhaló con fuerza llenándose los pulmones del aroma hogareño. Solo se quedaría ahí un par de noches antes de mudarse con Jeongin a un departamento cerca de la universidad de su pareja, a sabiendas lo mucho que necesitaban volver a fortalecer su relación y el que los nuevos cachorros necesitarían la que fue su habitación.
— ¿No empezaron con los preparativos de la habitación de los bebés debido a mi regreso? — inquirió mientras reunía los ingredientes que necesitaría para poder cumplirle el antojo al embarazado.
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i know your secret | hyunlix
РомантикаFelix, un agente del FBI especializado en investigaciones y rescate se verá forzado a mantener guardado un monumental secreto. Hyunjin, su nuevo compañero alfa, llegará a cambiar y revolucionar todo a su paso. ¿Será relevante la compañía del carismá...