Capítulo 12. Confianza.

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Roier

Habían pasado casi dos meses desde el evento de la compañía de Cellbit.
Nuestra relación había mejorado mucho, ahora nos teníamos la confianza de decirnos muchas cosas, podíamos dejarle nuestros hijos al otro, aunque casi siempre era de su parte, pero sin abusar. En resumen, confiábamos mucho en el otro, no sé que tan malo sea confiarle tu hijo a una persona la cual acabas de conocer hace unos meses, pero a nosotros no nos preocupaba eso.

Cómo por ejemplo hoy, estaba haciendo la comida en mi casa, habíamos llegado de la escuela y mande a los niños subir y cambiarse el uniforme. Richarlyson tenía unas cuantas prendas de ropa guardadas en la habitación de Bobby, por lo tanto no tenía problema con eso.

Últimamente estaban muy raros, cómo que ocultaban algo, tanto Cellbit como yo lo habíamos notado, casi siempre se secreteaban y hablaban en murmullos cuando nosotros conversábamos. Al final de todo eran niños, podría tratarse solo de un juego.

Escuché risas por las escaleras y unos pasitos apresurados seguidos de gritos de los pequeños

-¡A qué no me alcanzas Bobby!

-¡Cómo ves que si mis rizos!

-¡Ey!, ¡No me corrar en las escaleras escuincles! -claro, cómo era de suponer, no me hicieron caso.

Cuando bajaron se empezaron a pelear, Bobby alegaba que el había ganado mientras Richarlyson decía que no, que se había tropezado y era trampa.

-Haber, haber, ya no peleen, mejor váyanse a lavar las manos, ya está lista la comida -en cuánto dije eso, salieron disparados al baño que estaba a un lado de la sala, volví a la cocina y serví nuestros platos.

Ellos se sentaron en la gran barra que se encontraba a mitad de la cocina, frente a la sala, puse sus platos frente a ellos y empezaron a comer, me di la vuelta y agarre la jarra con agua de Jamaica, la puse sobre la barra y me senté a comer a un lado de el pequeño de rizos.

La comida transcurrió con normalidad, entre algunas peleas y anécdotas del día, les dije que esa noche iríamos a una plaza que está cerca junto con el papá del otro pequeño, ellos se emocionaron bastante, ya que era su primera salida juntos, Richas dijo que era la primera vez que salimos como "familia", no pude evitar sonreír y revolver con cariño sus rizos.

Más tarde, estábamos haciendo las tareas que les habían dejado cuando sonó el timbre, verifique la hora en mi celular, 7:30 pm, era la hora en la que solía llegar del trabajo Cellbit, me pare del piso donde estaba sentado y rodee el sillón más grande de la sala, ahí es donde estaban haciendo su tarea, escogieron ese lugar porque según ellos ahí entraba bien la luz, cosa que a esta hora ya no había, no les dije nada y dejé que hicieran ahí sus cosas. Cuando llegue a la puerta, le quite el seguro y la abrí, viendo a Cellbit tecleando algo en su celular, traía el cabello ligeramente desordenado, dejando ver su mechón blanco, vestía un traje muy formal, con una camisa blanca y una corbata negra que combinaba con todas las demás piezas, su maletín y adicionalmente, unas bolsas de regalo.

No me había dado cuenta de que lo había estado observando de pies a cabeza hasta que alzó la mirada y me sonrió, me puse un poco nervioso pero lo oculte bien.

-Hola Roier -me saludo con un pequeño abrazo, esto se había vuelto algo normal después de que los niños alagaran que un siempre movimiento de manos no era suficiente para que se saludaran los padres y tíos, cómo nos decían, yo era el tío de Richarlyson y Cellbit el de Bobby.

-Hola Cellbo, pasa -me hice a un lado y el entro, cerré la puerta y me di la vuelta, encontrándolo quitándose el saco y colgándolo en el perchero a un lado de este, puso su maletín en el piso y se zafó un poco la corbata.

Un amor confuso | Guapoduo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora