Roier.
Estaba ayudando a los niños a hacer su tarea, estos días me había sentido mejor, mis heridas ya no dolían y solo faltaba que desaparecieran, el doctor dijo que no se borrarían completamente, solo quedaría una pequeña marca.
Los niños estaban sentados a ambos lados míos, tenía a Bobby a la derecha y a Richarlyson a la izquierda. Tenían tarea de matemáticas, llevamos un buen rato con el mismo problema, cada vez que lo hacen tiene el mismo error, estoy tratando con todas mis fuerzas de mantener mi paciencia.
-Haber mijo, si Anna tiene tres manzanas y Juanito tiene diez, ¿Cuántas manzanas tienen en total si las juntan? -explique con ayuda de sus colores, ellos se voltearon a ver con una mueca de confusión, suspire cansado.
-Es que no entiendo, apa -al igual que yo, se veían ya cansados de repertirles lo mismo una y otra vez.
Negué con la cabeza y abrí la boca para volver a hablar, no pude articular palabra alguna porque se escucho como la puerta era abierta, les brillaron sus ojitos a los pequeños pero no se pararon, sabían que cuando estaban haciendo tarea no se levantaban de la mesa, solo en sus descansos.
Se escucharon los pasos del cenizo y pronto entro por el marco de la habitación, sonrio y saludo con la mano, les revolvió el cabello a ambos pequeños mientras besaba suavemente sus mejillas.
-Hola pequeños, ¿Siguen haciendo tarea? -sobo las mejillas de su pequeño y dejo un beso en la cabeza del mio.
-Sim pai, no entendemos muy bien esto, tío Ro, ya se desespero -rio un poco Richas, su padre negó y se acerco a mi.
-No te enojes Ro, solo son niños -se agachó a mi altura y deposito un sonoro beso en mi mejilla, me sonroje, todavía no me acostumbraba.
Los días después de que hayamos solucionado nuestras diferencias, tuvo la costumbre de que siempre que salía o estaba fuera de la casa, regresaba y besaba mi mejilla, exactamente igual que con los niños. Al principio me sorprendí, pero como él actuó normal no comenté nada al respecto.
-No me enojo, es que ya llevamos como tres pinches horas con el mismo pinché problema, en mi época mi jefa ya me hubiera metido un chingadazo - cruce mis brazos sobre mi pecho, Cellbit rio y me abrazo, no cedería con nada.
-Vamos Ro, ¿Qué te parece si vas y preparas unas botanas mientras yo les ayudo aquí? -me paro de mi silla y agarro mis hombros, encaminándome hacia la cocina.
-Esta bien, pero no les digas las respuestas, de eso no se trata, Cellbo -rodee los ojos y me dispuse a caminar, no me lo permitió el fuerte tirón en mi mano, me estampe contra su cuerpo, otro beso cayó esta vez cerca de la comisura de mis labios, me congele en mi lugar y abrí en grande los ojos, mire en su dirección totalmente sonrojado encontrando su mirada tranquila como siempre, solo que podía ver algo más, no sabía que.
-Gracias por todo lo que haces, eres de mucha ayuda, no se que haría sin ti -una linda sonrisa que me dejo sin aliento adorno su cara antes de darse la vuelta y entrar al comedor donde hacíamos tarea.
Agite mi cabeza varias veces para tratar de bajar el color en mi rostro, entre a la cocina y prepare algunas botanas.
El resto del día ayudamos a los niños con sus demás tareas.
Una semana después saldría por primera ves después de mes y medio, iríamos a hacer las compras los cuatros, después de convencer por una hora a Cellbit, logré que accediera, además de llamar al doctor para que concordará conmigo.
Cuando llegamos al supermercado bajamos del auto, yo tomé de las manos a los niños, Richas se soltó, me rodeó y tomó a su papá de la mano, intuí que quería ir con él. Bobby a mi lado paró, el de rizos de acercó con su papá y unieron nuestras manos, nos volteamos a ver, los dos estábamos sorprendidos, después a mi se aferro Richas y a Cellbit, Bobby. El cenizo se encogió de hombros y me arrastró fuertemente agarrado de la mano, yo diría que hasta era un poco posesivo.
Cuando entramos los niños se soltaron y fueron entre los dos por un carrito entre pequeñas risitas, parecían secretearse.
-¿No crees que los niños han estado actuando un poco raro? -pregunté mientras veía como traían un carrito en nuestra dirección.
-Sólo estás exagerando, son niños, suelen jugar así -soltó mi mano, ni siquiera me había dado cuenta que seguían unidas, tomó el carrito y comenzó a empujarlo, lo seguí de cerca mientras los niños iban al frente de este.
Comenzamos a meter en el carrito todo lo que necesitábamos, pan integral, algunas galletas que quisieran los niños, sopas y algunas semillas, me dirigí por unas verduras con la compañía de Richas mientras que el brasileño fue por carnes con mi hijo. Notaba a Richarlyson muy callado, él era un niño que hablaba demasiado, era algo hiperactivo.
-Ya dime, Riharlyson, ¿Ahora qué pasó? -metí en una bolsa unas cebollas mientras el menor jugaba con sus pies, meciéndose de atrás hacia adelante.
-Pa... digo tío, ¿Tu quieres a meu pai? -se me resbalo una cebolla de la mano, ¿Era demasiado obvio que hasta los niños ya se habían dado cuenta?, tragué con dificultad.
-¿Qué mamadas dices pinche Richarlyson? -reí nerviosamente mientras él me veía atento.
-Es que... hace un tiempo vi que se besaron muy cerca de los labios, minha tia Bagi me dijo que cuando dos personas se besan en la boca o cerca es que se quieren mucho -pinche Bagi, mordí mi labio inferior mientras cerraba unas bolsas con las verduras que había escogido.
-Sí, tie... -no me dejo terminar cuando dio un gran grito y brincó, me sonroje cuando varias personas voltearon a vernos-. ¡No!, no lo quiero, es decir, sí lo quiero, claro que lo quiero como no quererlo, digo, no -balbucee tratando de excusarme, puta madre, la cague.
Trataba de calamar al de rizos cuando vi que se acercaron Cellbit y mi hijo, pusieron las cosas en el carrito y voltearon a vernos, los niños se alejaron un poco diciendo que iban por unos dulces que estaban delante de nosotros.
-¿Qué tanto gritaban, guapo? -abrí la boca para explicarle cuando me di cuenta del apodo.
-¿Guapo? -inquirí con una sonrisita, él me siguió el juego riendo.
-Sim, você é muito guapo, gatinho -reímos juntos.
-¿Gatinho?, ¿Qué significa eso? -imité su acento al momento de pronunciar la primera palabra, ganando una fuerte risa seguido de negaciones con la cabeza.
-Es como guapo pero en chiquito, se les suelen decir así de cariño a las personas que son bonitas o te parecen atractivas, ¿Cómo se dice? -creo que entendí a lo que se refería.
-Ahh, hablas de guapito -se le iluminaron sus preciosos orbes azules.
-Isso, eres un guapito -se acercó un poco a mi.
-Entonces tu eres un gatinho -me acerqué de igual forma, se escucharon risas a sus espaldas, nos sonrojamos cuando vimos que eran nuestros hijos.
Carraspee un poco y hui de ahí empujando el carrito con las compras, que vergüenza.
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MEUS PAIS, MEUS PAIS.
Que bonito es el amor, ¿O no?
Holaaa, aquí con otra actualización, espero que les guste.
Cuando el Bobby se fue con el Cellbit le hizo preguntas algo parecidas a las de Richas, solo que él fue más directo y lo bombardeo con ellas, le abrió un poquito los ojos a su no padre, por el momento.
Nos vemos pronto, byecitoooo.
-Incógnita <3
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Un amor confuso | Guapoduo.
Fiksi PenggemarRoier era un padre soltero con un pequeño a su cuidado, Bobby, los dos se verán envueltos en toda una aventura cuando al mudarse a un vecindario nuevo conocerán a Cellbit, un brasileño, siendo al igual que él, un padre soltero de un pequeño muy risu...