Roier.
Abrí mis ojos lentamente acostumbrandome a la luz que se infiltraba por las cortinas semiabiertas. Dos besos tronados fueron depositados en mis mejillas, seguido de otro en la comisura de mis labios, terminé de abrir los ojos encontrando tres pares de orbes observandome, me senté en la cama y los niños rieron.
-¿De qué se ríen, chamacos pendejos? -rieron más fuerte y eso me hizo sonreír, Cellbit a mi lado también lo hizo.
-Tan temprano, ¿Y ya de mal humor, guapito? -alce una ceja y negué con la cabeza.
-Tu ni digas nada, gatinho -reí y aparte las cobijas de la cama, él entendió mis acciones, poniéndose de pie y ayudándome a hacer lo mismo, le sonreí en agradecimiento y deposite un fugaz beso en la comisura de sus labios.
Si él hacia eso, ¿Por qué yo no?
Richas y Bobby soltaron un chillido, saltaron en la cama y después rodearon sobre la misma, me acerque junto con el cenizo y capture a Richas entre mis brazos.
-Ahora si, pinche Richarlyson -sonreí de lado y voltee a ver a Bobby-. Mijo, ya te la sabes.
Mi pequeño asintio con una sonrisa cómplice y entre los dos comenzamos a hacerle cosquillas al rizado, el niño reía fuertemente mientras su mejor amigo fruncia los dedos sobre su pancita, yo sostenía sus piernitas con una mano para que no golpeara a nadie con sus pataditas y la otra la usaba para hacerle igualmente cosquillas.
-¡No!, ¡No, pai Roier! -tomo una larga respiración al mismo tiempo que giraba su cabeza de un lado a otro-. ¡Cosquillas no!
-Es mi venganza, mi Richas, ni modo -reí a la par con los niños, solté sus piernitas y Bobby también se detuvo, el pequeño brasileño suspiro y tomo varias bocanada de aire.
Cellbit se acercó por detrás mío y se burlo de su hijo.
-No te rías, pai -protesto el niño-. Esto es traición, Bobby -mi hijo soltó una risita y negó con la cabeza, mis ojos se dirijieron a el rizado y me acerque tantito a Bobby.
-Mijo, tu sabes que todo debe ser equitativo y justo para todos, ¿Verdad? -me miro curioso pero asintio-. Muy bien, Bolby, ¡Richas!
Tal y como hicimos con el rizado, mi niño recibió una buena dosis de cosquillas, las risas de los dos resonaban por todo el cuarto y eso me hacia sonreír. Podía sentir la mirada de Cellbit en mi cuerpo, era intensa y no sabría como llamarla, decidí ignorarla por el momento, ya después me preocuparía por eso.
-¡No, apaa!, ¡Richas, ya menso! -paramos las cosquillas y mi pequeño castañito inhalo varias veces, recuperando aire en sus pulmones.
-Bueno, ahora yo creo que es turno de Roier, ¿O ustedes qué dicen? -Cellbit pregunto acercándose bastante a mi cuerpo, los niños alzaron las manos.
-¡Sí! -gritaron al unísono, el cenizo empujo suavemente mi cuerpo al colchón y tal y como yo hice con los niños, tomo mis piernas con una mano y con la otra hacia cosquillas en mi torso, los niños no tardaron en unirsele.
-¡No, sueltenme culeros! -removi mi cuerpo tratando de soltarme a la par que intentaba respirar, mis risas resonaron por la habitación junto con la de los niños-. ¡Cellbit!
-¿Qué pasa, guapito? -se hizo el inocente.
-¡Me voy mear! -grite entre risas, las de los tres se intencificaron.
Poco rato después me soltaron y pude respirar adecuadamente.
-Correle, pa - Bobby se sentó sobre sus talones-. No queremos miones aquí, wuacala.
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Un amor confuso | Guapoduo.
FanfictionRoier era un padre soltero con un pequeño a su cuidado, Bobby, los dos se verán envueltos en toda una aventura cuando al mudarse a un vecindario nuevo conocerán a Cellbit, un brasileño, siendo al igual que él, un padre soltero de un pequeño muy risu...