Capítulo 32: Las Escondidas.

173 22 10
                                    

Roier.

Abotone mi camisa tipo polo mientras estaba frente al espejo, Cellbit paso por detrás y dejo un suave beso en mi nuca, me estremecí por el contacto.

-Los niños ya están listos -asentí y acomode por última vez mi cabello.

-Listo, ¿Nos vamos? -el cenizo asintió y salimos de nuestra habitación. Los niños esperaban sentados en la sala, los dos con shorts y camisas estampadas.

Hoy era el cumpleaños de Tilin, los niños estaban muy emocionados porque según ellos, sería su primera fiesta como "hermanos". Solo esperaba que no dijeran algo comprometedor.

Cellbit estacionó el auto y ayude a bajar a los pequeños, quienes rápidamente tocaron el timbre de la casa, se escuchó un gran "voy", por la voz intuia que era Quackity.

-Buenas tardes, chamaquitos -chocó los puños con cada uno-, Tilin está en el patio.

Hizo un gesto y, después de pedirnos permiso, corrieron dentro de la casa. Me acerque a saludar a mi amigo con un ligero apretón de manos y abrazo, Cellbit hizo lo mismo.

-Qué pedo, mi Roier, no mames, el pinche Lusu anda como loco, wey -reí y entramos en la casa.

-¿Ahora que le hiciste? -caminamos por el largo pasillo directo al patio, ahí, varios de nuestros amigos y conocidos ya estaban.

-¿¡Yo!?, es que me dijo que me pusiera una camisa verde, pero esas madres a mi no me gustan, entonces se emputo el cabrón y no me habla -reí escandalosamente por la anécdota, que bueno que estuvieran casados, sino romperían a cada rato.

-¡Roier!, hombre.

-Hablando del rey de Roma -salude igualmente a Luzu, hablamos un poco sobre su reciente pelea, decidí irme para saludar a los demás pocos minutos después.

-¡Hombre, muchacho! -me acerque a Vegetta y le di un ligero abrazo.

-Qué onda, Vegetta -Foolish a su lado también me saludo y platique un rato con ellos sobre la renovación de mi casa.

Luego de unos minutos, nos llamaron a todos para comer, nos sentamos  junto a Mariana y Slime, quienes se comían con la mirada, aveces les tenía envidia.

La comida fue extraña, convinando los dos países de los papás de Tilin. Cuando terminamos de comer, los niños fueron a jugar y los adultos nos quedamos a, principalmente, chismosear.

Missa llegó poco después, con unos cartones de cerveza, nadie tomaría demasiado, ese era el acuerdo. Compartí con Cellbit mi cerveza, quien tenía un brazo detrás de mi silla, estaba hablando con Rivers y Tina mientras que él hablaba con su hermana y Philza.

En un momento dado, sentí los dedos del cenizo acariciar mi nuca y parte de mi cuello, trate de ignorar eso y concentrarme en la platica con las chicas; sin embargo, su toque me provocaba escalofríos y era difícil dejarlo pasar.

Los niños corrieron hacia las mesas donde estábamos sentados y mandaron a mi Bobby al frente, les pusimos toda nuestra atención.

-Nosotros... -mi niño jugaba con sus manitas.

-¿Nosotros...?, ¿Qué paso, Bobby? -Cellbit hablo primero.

-¿Qué paso, chaparrito? -anime yo también, Bobby alzó la vista y habló.

-¿Pueden jugar con nosotros? -todos pusieron cabritas de perrito regañado, me pare de mi asiento y cargue a mi niñito, acercándome a todos los demás.

-Claro que si, ¿¡Verdad!? -Cellbit, Mariana, Missa, Tina, Bagi y Luzu se pusieron de pie, asintiendo. Los demás se quejaron.

-No, yo no, que pinché perra flojera, prefiero evitar la fatiga -Quackity se acomoda en su silla, lo mire serio-, ¿Qué?

-Haber tu pinche huevón, parate y ponete a jugar con nosotros -le reclame tomando de la mano a Richas-, Culo el que no venga a jugar.

Los demás se pusieron de pie ante mi amenaza, Luzu batallo algo con su pareja pero finalmente, después de un soborno sugerente se paró.

Los niños propusieron jugar a las atrapadas primero, varios se quejaron pero no dijeron nada. Después de unas cuantas rondas ya estaba sudando y con el cabello alborotado. Apoyé mis manos en mis rodillas tratando de recuperar aire.

-¿Cansado, guapito? -Cellbit presionó una mano en mi espalda baja, me incorpore y negué.

-No, como crees, solo me di un descansito -Los niños se volvieron a reunir, los adultos también nos acercamos.

-Hay que cambiar de juego -Tilin hablo, todos le pusimos atención-, ¡Las escondidas!

-¡Sí!

Todos los niños gritaron a la vez, dejamos que Tilin contara primero al ser la cumpleañera, busqué con la mirada un lugar en el que esconderme, varios entraron a la casa, así que seguí sus pasos.

Conocía esta casa por las veces que había venido a trabajar con mi jefe, entonces sabía de un lugar cercano, era un muy, muy pequeño mueble, lo usaban para guardar escobas y esas cosas. Camine apresurado por el corredor y abrí la puerta asegurandome de que nadie me viera.

Entre de espaldas, cerré y camine hasta lo que creía era el fondo del mueble. Choque con un cuerpo que colocó sus manos en mis caderas, frunci el ceño y trate de darme la vuelta pero no podía por el reducido espacio.

La respiración de el hombre, porque había confirmado que era un hombre por cierta parte de su cuerpo que presionaba mi trasero, chocaba en mi cuello. Intente nuevamente darme la vuelta, pero las manos que sostenía mi cuerpo lo impidieron.

-Si te das la vuelta no dejaré que huyas -su voz, esa voz que hablaba en un susurro la reconocía a la perfección. Puta madre.

-Cellbit... -intente removerme son éxito alguno, sostenía tan fuertemente mi cuerpo que me ponía nervioso.

-No hagas ruido o nos van a escuchar y descubrir -sus manos subieron a mi cintura y sentí mi cuerpo temblar-, ¿Por qué tiemblas?, no muerdo.

Diosito dame paciencia, porque si me das fuerza me lo tiro aquí mismo, su maldita y sexy voz chocaba directamente en mi oído, haciendo un eco profundo en mi cabeza, y en la de abajo también, sentía su entrepierna levemente dura. Lo cual confirmaba qué él también quería que pasara algo entre nosotros.

-No estoy temblando -hable casi en un jadeo, sus manos hacían unas lentas y torturosas caricias en mi cintura, bajando y subiendo.

Recargue mi cuerpo sobre el suyo, dejando que tocara cuanto quisiera, los besos en mis cuello no tardaron, haciendo que las ganas de voltearme y comerle la boca se intensificaran.

Y es que en estos días, hemos estado tan cerca de besarnos qué me es desesperante.

-Ya no aguanto -en un ágil y rápido movimiento me dio la vuelta, lo que más temía, me presionó contra la puerta y reaunudo sus besos.

Subió por lo largo de mi cuello, recorriendo mi quijada, presionó un beso en la comisura de mis labios, para este puedo los dos jadeabamos y podía sentir su erección atrás vez del pantalón apretado qué llevaba.

Rozó sus labios con los míos. Sus manos bajaron hasta mi trasero, dando un ligero apretón, gemí por la sorpresa.

Escuchamos pasos a lo lejos y no nos dio tiempo de separarnos cuando abrieron la puerta, haciendo que caía sobre mi espalda con Cellbit encima mío.

-¡Encontré al tío Roier y al tío Cellbit! - pinche Dapper, igual de inoportuno qué su papá. Chingada madre.








////////////////////////////////////////////////

Ay, ay 😳

La verdad si me puse nerviosa escribiendo, quien pudiera, la neta.

Otro capítulo por acá, ojo, el próximo capítulo va a estar intenso, se viene literalmente 😏

En fin, les quiero compartir qué he estado trabajando en otras dos historias, solo que no se cual sacar primero, Como Tú casi llega su final, y Un Amor Confuso será algo más larga, trataré de no sobre pasar los 50 cap.

Yo les avisaré cualquier novedad. Son más por mi parte, nos vemos en estos días, byecitooooo.

-Incógnita 😳




Un amor confuso | Guapoduo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora