Capítulo 23: Travesura 2 (parte dos)

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Roier.

No nos quedó de otra más que seguirles la corriente a los niños, me pone muy nervioso tener a mi lado a Cellbit todo el tiempo.

-Guapito, ¿Estás consiente de que no podremos hacer muchas cosas? -estábamos sentados en la sala viendo una película por petición de los niños, ya me dolía la espalda por la incomoda posición, mi mano izquierda fue la que quedo atrapada, por suerte.

-Lo sé, pensaba en eso, por lo menos vamos a durar unos tres días así -suspiré y recargue mi cabeza en el respaldo, me dolía la espalda y el brazo.

La película terminó y los niños se fueron a dormir, ahora comenzaba el dilema, ¿Cómo dormiríamos y cómo nos vamos a cambiar?

-Sugiero que utilicemos mi habitación, la cama es más grande y estaremos más cómodos -me sonrojé de inmediato, pinche madre, no podría escapar.

Asentí con la cabeza y caminamos a su cuarto, una vez dentro, con la puerta cerrada, el silencio gobernó, se podía sentir la tensión en el aire.

-Y bueno... -no sabía como seguir, por suerte él habló.

-Tendremos que cortar nuestra ropa para poder cambiarnos -jaló mi cuerpo cuando camino en dirección de su closet, abrió las puertas con su mano libre y sacó una pequeña cajita de madera.

Caminamos a la cama y nos sentamos uno al lado del otro, apoyo la caja en su regazo y con su mano libre, que era la izquierda, la abrió. En ella habían distintas cosas para tejer, agujas, hilos, botones y cualquier otro material para coser. Saco una pequeñas tijeras.

-Tengo una idea -asentí para indicarle que continuara-. Cortemos nuestras camisas para poder sacarlas y podemos coserles unos botones para mayor facilidad de quitarlas y ponerlas.

Medite unos segundo los que había dicho, me sonroje fuertemente pero asentí.

-E-Esta bien, ¿En qué te ayudo? -subí una de mis piernas para acomodarme mejor en la cama.

-Voy a cortar tu camisa, entonces préstame tu brazo unos minutos -reímos un poco y me quede quieto cuando acercó las tijeras a mi cuerpo.

Cellbit se acercó, colocando las tijeras sobre la tela de la camisa que quedaba del lado de las esposas, corto el cuello y la manga, ocasionando que mi hombro fuera descubierto, hizo algunos ágiles movimientos para cortar el costado, una vez que toda esa parte fue recortada, cayó mi camisa, solo cubriendo la mitad de mi torso. Mordí mi labio tratando de tranquilizar los nervios que recorrieron mi cuerpo cuando sus dedos rozaron mi piel al quitarme el resto de la camiseta.

-Ahora tu has lo mismo con la mía -se giró un poco después de entregarme las pequeñas tijeras, parpadee y me acerque a replicar lo que había echo anteriormente.

Retire su camisa cuando la corte, no pude evitar observar su trabajado torso, tenía abdominales definidos, músculos que completaban esa imagen tan majestuosa y tan exita...

-¿Roier? -llamo mi atención y salí de mi pequeña fantasía-. Vamos por otras camisetas.

Nos paramos de la cama y caminamos nuevamente al closet, sacando dos pares de pijamas limpios, Cellbit corto los costados respectivos de cada prenda y cosió rápidamente unos cuantos botones, me ayudo a colocarme la mía y abrochó los botones, yo hice los mismo con la suya.

-Pensé que iba a hacer más difícil -habló mientras desabrochada con dificultad su pantalón, reí por lo torpe que era.

-¿Quieres que te ayude? -señale sus pantalones, él alzó una ceja.

-Ay, guapito, ¿Tan desesperado estas? -mi rostro tomo un intenso color rojo, le di un manotazo en el hombro, por pendejo.

-¡No, cabrón!, ¿Qué cosas dices, pendejo? -aparte la mirada, Cellbit no trataba de ocultar sus risas, su cabeza cayó en mi hombro, riendo contra este, solo me puso más nervioso.

-Era broma, guapito, de meme, bricadeira -la sonrisa en su rostro no se iba, yo negué mientras reía un poco, de pronto su expresión cambio, sus ojos parecían brillar mientras me veía fijamente, su mano subió a mi mejilla-. ¿Ya te dije lo hermoso que te ves cuando te sonrojas?

Mis ojos se abrieron en grande, ¿A que venía el comentario?, a este estúpido nada más le gustaba ponerme bien pinche nervioso.

-¿Qué mamadas dices, Cellbo?, deja de decirlas, mejor hazlas -quite mis zapatos con los mismos pies, mañana me preocuparía por desabrochar las agujetas.

-A ti te las voy a dar -se paró y bajo sus pantalones, así de una, aparte la mirada de sus boxers, se marcaba algo que no quería ver... bueno si, pero ahorita no.

Se colocó sus pantalones y yo repetí sus acciones una vez el termino, fuimos al baño y yo pase primero a petición de Cellbit, entre cerré la puerta dejando su brazo dentro e hice mis necesidades, invertimos posiciones y fuimos a mi habitación por mi cepillo de dientes, igualmente entro cada uno por separado.

Cuando terminamos, entre los dos quitamos todas las cosas que ocupamos que estaban sobre la extensa cama, jalamos la colcha y cada quin tomo su lado correspondiente, yo tome el derecho y él el izquierdo.

-Esto es algo incómodo -me queje, no acostumbraba a dormir boca arriba.

-Lo se -Cellbit hizo una mueca y se giro un poco mara quedar frente a mi, yo hice lo mismo.

-¿Qué? -pregunte en un susurro.

-Nada -respondió igualmente en un susurro, solté una risita nasal.

-¿Por qué susurras? -pregunté con una risita, él río igualmente.

-No se, ¿Tu por qué susurras? -negué con la cabeza, sonriendo.

-Tampoco se -lo dos reímos fuertemente, tape mi boca con mi mano libre tratando de callar mis risas-. Somos unos pendejos.

El silencio lleno el ambiente, observe su rostro que era levemente iluminada por la luz de una lámpara en su mesita de noche, Cellbit me devolvió la mirada y se acercó, nuestras respiraciones se mezclaron al mismo tiempo que enredo sus dedos con los míos.

Tomo por completo mi mano y giro mi cuerpo, de modo que le diera la espalda, sentí su cuerpo acercarse y pegarse contra el mio, su respiración era tranquila y pronto la mía también.

Su brazo esposado rodeaba mi cintura, tomando mi mano, era una posición muy cómoda para los dos, cerré los ojos dejándome llevar por la calidez del abrazo y pronto estuve sumergido en un sueño muy profundo.



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Hola, hola, buenas noches!

Parte dos de nuestro capitulo.

Esos dos ya anafan bien acarameladitos inconscientemente. En fin, pronto se viene la emoción.

Es todo de mi parte, que pasen bonita noche, madrugada o día, bycitooooo.

-Incógnita.

















Un amor confuso | Guapoduo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora