Capítulo 31: Interrupción.

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Roier.

-Descansen, chamacos -salí del cuarto de los niños encontrando a Cellbit en el pasillo.

Le había llegado una llamada de Bagi así que se retiro para contestar.

-Sim, sabes que cuentas conmigo -me miro y sonrió, hice lo mismo y camine a nuestro cuarto inconscientemente.

Abrí el armario y frunci el ceño, ya no estábamos esposados, por lo tanto no era necesario que siguiéramos durmiendo juntos, Cellbit entro en la habitación despidiéndose de su hermana y cerro la puerta.

-Gatinho -llamé su atención, tomo asiento en la cama frente a mi y subió una pierna sobre otra, desabrochando sus zapatos.

-¿Qué pasa, guapito? -alzó la mirada y yo devie la mía. Se que teníamos una plática pendiente sobre lo que pasó hace unas horas con los niños pero no quería hablarlo ahorita.

-Como ya no estamos esposados, yo... -mordí el interior de mi mejilla mientras mis mano se guiaban al borde de mi camiseta, jugando con el dobladillo.

-¿Ya no quieres dormir conmigo? -su tono fue apagado, desilusionado. Negué con la cabeza y me senté a su lado, frotando las palmas de mi mano en mi pantalón.

-No, no es eso -tome su mano para que me viera y eso hizo, suspire-, solo no quiero incomodarte o algo, se que aprecias mucho tu espacio persona y yo ya lo invadir por mucho tiempo.

-Calma, calma, guapito -paro mi parloteo volteando su cuerpo, quedando frente a frente-, lo aprecio, sí, pero aprecio más tu compañía.

Mis mejillas se calentaron y desvíe la mirada, no estoy acostumbrado a esa clase de comentarios de su parte. Tomo mi mejilla e hizo que lo viera de nuevo.

-¿O yo te incomodo a ti? -negué freneticamente con la cabeza.

-¡No!, ¡Como dices mamadas, Cellbo! -reí y me acerco a su cuerpo, resguardado el mío en un cálido abrazo, uno que los dos necesitábamos.

-Entonces, ¿Qué te parece que te quedes una noche más? -asentí y me separe un poco para verlo de frente.

-Solo deja voy por ropa, no quiero seguir usando estas pendejadas de botones -mi comentario hizo que riera y me alegre por eso, me puse de pie pero su mano tomo la mía, deteniendo mi paso.

-Recuerda que tenemos una conversación pendiente -su mirada era de determinación, asentí y camine hasta mi habitación, abrí el coser y saque mi pijama, cambié mi ropa e iba a ir a lavar mis dientes cuando recordé que mi cepillo no estaba aquí.

Quite la bandana azul marino de mi cabeza y alborote un poco mi cabello, regresé con Cellbit notando qué también se había cambiado, mis descalzos pies sonaban cunado caminaba, y es que me gustaba dormir sin calcetines, una vieja costumbre.

-Guapito, ya te había dicho que no caminaras descalzo -corrí al baño para evitar un regaño.

Lave mi cara y dientes, salí del baño, subí a la cama y me avente en el lado derecho, ese era mi lugar, el lado contrarios se hundió y metí mi cuerpo en las cobijas, empezaban los climas fríos, por lo tanto, el escalofrío que recorrió mi espalda al sentir las frías sábanas era algo habitual.

-¿Tienes frío? -gire mi cuerpo del lado contrario a Cellbit, dándole la espalda.

-Si, abrázame -la tierna risa del contrario hizo que yo sonríera, sus manos me jalaron por la cintura hasta chocar contra su pecho, me acurruque en esa posición, enredando mis piernas con las suyas.

Las luces ya apagadas y el silencio que reinó en la habitación me arrullaron. Poco después me quedé dormido.

Días después, estaba en llamada con Vegetta, le había dado un pequeño adelanto para que empezará con la restauración de mi casa, estaba algo apretado con el dinero pero el azabache lo entendió. Ahora mismo estoy de camino a la oficina de Cellbit; me llamo diciendo que hay algo urgente que tenemos que hablar.

Salí del elevador y camine apresurado por el pasillo, llegué a la puerta del cenizo y di unos toquecitos.

-Si eres Roier puedes pasar, sino te puedes ir mucho al carajo -su voz sonó sería, alce una ceja pero abrí la puerta, adentrandome en la conocida estancia.

Dentro era todo un desastre, papeles por las dos mesas qué tenía, carpetas amontonadas, algunas tazas de café vacías, una botella de whisky a la mitad y juguetes tirados por todos lados.

-¿Gatinho? -alzó la mirada y corrió a abrazarme, sus brazos me rodearon fuertemente, aprisionandome y no dejando que escapara-, ¿Esta todo bien?

-Esta bien, todo bien -apenas un murmullo lograba escuchar, afuera todo era un caos, gente corriendo y Pac estaba sumamente nervioso. Por no mencionar a Bad, era un manojo de nervios.

-¿Qué está pasando? -se separó de mi cuerpo y camino hasta su escritorio tomando una carpeta y metiéndola en un cajón con llave, eso me hizo fruncir el ceño, ¿Estaba ocultándome cosas?

-Nada, solo quería hablar contigo -sonrió, sus hombros tensos y su cabello levemente despeinado me hicieron desconfiar.

-¿Sobre qué?

-Sobre nosotros -camine hasta donde estaba y me recargue en el borde del escritorio, tomando el vaso de vidrio en el que había whisky.

-¿Nosotros? -jugué un poco con el contenido y lo bebí, no era fan del alcohol pero el rumbo que tenía la conversación lo ameritaba.

-Si, yo, bueno, estuve pensando y, sabes que me gustas y yo se que también te gustó -asentí, sus manos se movían en ademanes nerviosos-. Bueno, lo medite y platique con Jaiden y...

-¡¿Platicaste sobre nosotros con Jaiden?! -grite, él se encogió un poco en su lugar.

-Sim, es alguien de confianza que los dos conocemos y recomendó que saliéramos, ¿Sabes? -camino nervioso por la habitación, sus simples acciones y parloteos me hacían estar también nervioso-. Ninguno de los dos ha tenido pareja en un largo tiempo y están los niños de por medio, entonces pienso que lo correcto es que salgamos y asegurarnos de que funcionemos juntos, antes de formalizar algo.

-Okey, me parece pero antes -tome sus manos e hice que me mirara-, ¿Podrías dejar de moverte así?, me pones muy nervioso.

Asintio y soltó mis manos, deslizandolas lenta y torturosamente por mi cintura, me acerco a su cuerpo, dejando sueves y deliciosos besos en mi cuello. Suspire por el agradable contacto, y es que me ponía los pelos de punta, no había tenido relaciones en un largo tiempo y mi cuerpo me lo pedía a gritos.

Pero tengo responsabilidades más importantes que complacerme, ni siquiera me había tocado desde que estoy viviendo con Cellbit, sus manos siguieron acariciando mis costados, ladee la cabeza para darle más acceso, sus besos subieron por mi quijada y me pegue más a su cuerpo con la necesitad de sentirlo, mi miembro comenzaba a despertar.

Mis manos se aferraron fuertemente a sus hombros, buscando un soporte para mis temblorosas piernas, camino y me empujó sobre el escritorio, acorralandome entre su cuerpo y la madera.

-Cellbit... -jadee cuando su aliento choco contra mis labios, mis ojos enfocaron los suyos, desconociendo el azul oscuro en ellos.

-¿Si? -el beso que dejo en la comisura de los labios hizo que lo deseara más.

Deseaba besarlo, deseaba que me tocara, que explotara cada parte de mi cuerpo con sus manos, deseaba estar con él y ser uno solo.

Iba a hablar cuando la puerta fue abierta de golpe, Cellbit se volteo, ocultando mi cuerpo con el suyo.

-¡¿Qué no di órdenes de que nadie entrará, Etoiles?!








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Hola, perdón la demora, me tomé un ligero descancito luego de escribir tres días completos seguidos.

El próximo capítulo será un gran avance y estoy muy emocionada por que lo lean, no me acorde y en la actualización antepasada no mencione que ya eran 30 capítulos, en que momento?

Bueno, muchísimas gracias a las personitas que leen, votan y comentan, los quiero mucho, hablando de eso, apenas descubrí que TQM, se escucha raro, miren

Los tqm se leería; Los te quiero mucho JAJAJAJA, bien raro.

En fin, siendo todo de mi parte, nos vemos pronto, byecitoooo.

-Incógnita 😝

Un amor confuso | Guapoduo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora