El cielo comenzaba a tronar, las nubes ya cubrían completamente el exterior de la cuidad, las calles comenzaban a adornarse con una notable neblina; según los pronósticos del día, estaba a punto de caer una gran tormenta, afuera ya comenzaba a lloviznar y el frío estaba haciendo acto de presencia.
Si hubiera leído todo eso en la mañana no estaría en este pedo, después de que se me cayeran todos los putos papeles y los metieran al carro, el Cellbo me OBLIGO y digo esto con todas sus letras, a entrar en su casa junto con los niños, literalmente me tomó por los hombros y me llevó, ahora nos tenemos que quedar aquí hasta que pare la pinche tormenta hija de su puta madre, que no tuvo otra puta cosa que hacer que venir y estar mamando.
Tengo que admitir que su casa es muy linda y acogedora, algo muy peculiar que noté apenas entrando fue el olor a café, no se porque chingados, pero huele bien pinche rico a café. Entramos y me hizo quitarme el suéter que llevaba puesto, quedando con la pura camisa blanca me traía para según yo, dar una buena impresión en el trabajo, él por otro lado, se quito el saco de su traje y lo colgó en el perchero que estaba del lado izquierdo de la puerta, la neta es que se veía muy bien con esa camisa blanca que traía, le quedaba algo ajustaba, haciendo que se marquen sus músculos, se le veían unos brasotes que no mames.
Su casa estaba muy bien ordenada, todo en su lugar, donde debe ir. Colgué mi suéter a un lado de su saco y lo seguí hasta la cocina donde estaban los niños, encontramos a Richarlyson y al Bobby subidos en unos pequeños banquitos que había por casi todo el lugar, estaban recargados en la barra con 2 tazas llenas de café, Bobby estaba agarrando otras dos, pero estas eran de plástico, era raro, eran de plástico pero tenían toda la forma de una taza común y corriente, eso sí, al rededor tenían como un papelito o una chingadera así, ni sé para que es eso.
- Oh, Richas, ya lo serviste, muito bem- el Cellbit se acercó a ellos y tomó dos tazas en una sola mano, con la otra les ayudo a bajar y les dijo que fueran a la sala a poner una película, que nosotros iríamos después.
- Roier- volteé a verlo- ¿Você bebe café?- me extendió una taza a lo que yo la tome y asentí- Perfeito.
- ¿Qué es eso?- me acerqué un poco a él y vi de cerca las tazas de plástico, tome una y volteé a verlo, la curiosidad me había ganado.
- Es una taza de plástico- alzó los hombros restándole importancia, le dio un sorbo a su café y siguió viéndome.
- ¡Pendejo!, ya se que es una taza de plástico, me refiero a que para que sirve, para qué es- me miro algo confundido y después dejo su taza sobre la barra, yo hice los mismo con las que tenía en las manos.
- Ohhh, es para que Richarlyson no se queme y tampoco se le rompan- ahora todo tenía sentido, pero aún así se me seguía haciendo raro.
Vi como se daba la vuelta y sacaba algo del refrigerador, parecía una botella de leche, tomo las dos tazas restantes y las lleno de esta hasta la mitad.
- ¿Bobby toma café?
- Ah,¿Si?, supongo- la última vez que le di café se puso como loco, no creo que pase otra vez ¿O si?
- Ok, Ok- lo note no muy convencido.
Empezamos a hacer la cena entre los dos, después se nos unieron los niños, fue muy divertido, por lo que me había contado Bobby, Cellbit no era muy buen cocinero que digamos, le regrese varias veces una simple cebolla, primero la partió muy grande, después no se que vergas hizo pero la desiso toda, solo me voltee un segundo y ya estaba toda desecha, ni puta idea de que le hizo.
- ¡No mames Cellbo!, eres un puto desmadre para la cocina- ya no podía aguantar la risa, verlo todo estresado y tratando de quitarse el jugo de jitomate que tenía en la cara era muy gracioso-Bueno niños vayan poniendo la mesa y llevando los platos, mientras yo ayudaré a Don desastres a limpiar todas sus gracias- solté la risa que había estado conteniendo contagiando a los niños.
- ¡Hey!, algunos no estudiamos gastronomía- el sentido del humor de Roier y la paciencia que me tuvo, tengo que agradecérsela, y si, soy un desastre en la cocina, lo que me mantenía algo irritado era la salsa de tomate que tenía, soy algo especial en ese sentido.
- Bueno, bueno, ven, deja te ayudo- sentí como la mano de Roier jalaba mi brazo hacia el, quedamos justo cara a cara, admitiré que me puso algo nervioso tenerlo así de cerca, bajé un poco la mirada debido a la diferencia de alturas, no es que yo fueran tan alto, pero le ganaba por algunos centímetros, noté que me quito el trapo con el que me estaba limpiando y comenzó a hacerlo él, es extraño, pero sentí la necesitad de verlo directamente a los ojos me sorprendí bastante cuando vi el él ya lo estaba haciendo, nunca había notado lo guapo que era, me dedique a admirar todas sus facciones, llevo días conociéndolo y jamás me había percatado que siempre llevaba consigo una bandana azul, me pareció algo tierno. Sentí la necesitad de acercarme más.
Pero en ese momento, lo recordé, y odie todo en mi interior.
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Holaaaaaa, disculpen la demora, estuve algo ocupada, pero aquí lo tienen corto pero aquí esta.
Quiero agradecerles a todas esas personitas que votan en la historia y en general a todos los que la leen.
Tengan buen inicio de semana y nos vemos muy pronto. Byeecitoooo
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Un amor confuso | Guapoduo.
Fiksi PenggemarRoier era un padre soltero con un pequeño a su cuidado, Bobby, los dos se verán envueltos en toda una aventura cuando al mudarse a un vecindario nuevo conocerán a Cellbit, un brasileño, siendo al igual que él, un padre soltero de un pequeño muy risu...