Gracias al alcohol (Parte II).

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N/A: Decidí hacerlo G!P

Lena.

Kara parecía estar nerviosa por alguna razón, moviéndose casi de manera involuntaria mientras Winn servía los primeros Shots de ese extraño licor alienígena que había conseguido de contrabando en el bar de Al.

—¿Cariño? — Le hablé dulcemente, bajito para que nadie me escuchara. — ¿Te pasa algo?

Ella me miró y sonrió. — No, no lo estoy.

—Si te mueves un poco más fuerte, estoy segura de que romperás ese sofá. — Puse cuidadosamente mi mano sobre su rodilla, deteniendo el movimiento involuntario. — ¿De verdad no te pasa nada?

—Es que... — Kara parecía dudosa, moviéndose un poco más cerca. — Es que... yo...

Winn apareció en la escena con una bandeja. — Nada de caras largas el día de hoy. — Lanzó entre risas, poniendo la primera copa en nuestras manos. — ¡Hay que brindar! — Comenzó a gritar, tomando uno de los caballitos. — Por favor, acérquense.

Miré a Kara, intentando preguntar si quería ir. — No importa. — Gesticulo y se puso de pie. — Después.

Ella se movió sin esperar respuesta y desapareció entre los invitados de la noche de juegos. Sam me golpeó suavemente el hombro al momento de pasar, mirándome un tanto curiosa que intentaba interrogarme.

—¿Qué diablos le pasa al rayito de sol? — Preguntó suavemente, mientras le daba una sonrisa coqueta a Alex, como solía hacer. — Parece completamente incómoda, a punto de salir corriendo.

—Yo creo lo mismo. — Comenzamos a caminar hacia donde estaba Winn haciendo un brindis extremadamente largo sobre la maravilla de juntarnos y los deseos buenos para el próximo matrimonio de Alex y Sam. — Pero no parece cómoda hablando de eso, porque apenas pudo huyó.

La morena me detuvo de abrupto, mirándome con ojos compasivos. — ¿Y tú cuando hablarás de lo que te pasa?

—¿De qué hablas? — Musité con el entrecejo fruncido.

—De lo que sientes por ella. — Le dio una mirada rápida a Kara. — De lo enamorada que estás.

Le di una mirada de advertencia. — No es el momento.

—Nunca es el momento correcto. — Musitó con cierta compresión en sus palabras. — Pero si no te arriesgas, nunca serás feliz. — Me dio un abrazo un tanto torpe, demostrando siempre su apoyo incondicional. — Solo debes tener un poco de valentía y esperar a ser feliz.

Miré como la rubia levantaba el caballito, siguiendo las tradiciones de Winn mientras brindaba, luego me miró directamente a mí y me extendió la mano para que me acercara. Apagué toda parte racional de mi cerebro y simplemente me dejé de arrastrar hacia la algarabía de los tragos y de los brindis.

Uno tras otro, y otro era servido, sin ningún tipo de aprecio por la vida, así como si simplemente el alcohol fuese el encargado de impulsarnos esa noche de celebración.

Yo siempre me había sentido completamente orgullosa de mi resistencia al alcohol y de las pocas posibilidades que había de que me emborrachara. Sin embargo, esta noche luego de cinco caballitos, yo estaba ebria y el resto de mis amigos, estaban peor que yo.

Esto no terminaría bien.

Omnisciente.

Kara había entrado en una especie de trance propiciado por el alcohol, todos sus sentidos se habían apagado y se había concentrado únicamente en Lena. Veía la manera en que se reía, como bailaba su pecho con cada carcajada, el aleteo furioso de su corazón, las mejillas sonrosadas y la gota de sudor casi imperceptible que resbalaba por su cuello hasta esconderse entre sus voluptuosos pechos.

One Shot SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora