One Shot Supercorp

Dominio. Kara G!P

El ganador. Disfruten. 

Lena

Ya no habían salidas a almorzar, tampoco habían noches de juegos y mucho menos esos largos fin de semanas en el sofá, haciendo todo y nada pero en compañía, en su compañía. Había tenido todo y de la nada se me había arrebatado para dejarme completamente sola.

Desde hace unos meses que sabía que Kara era Supergirl, lo sabía porque Lex me lo había dicho un par de minutos antes que los disparos de mi arma le arrebataran la vida. Eso me había vuelto una especie de ser retorcido y oscuro, que únicamente se encierra en un laboratorio con un único y maquiavélico objetivo.

Pero las cosas no terminaron ahí, solo comenzaba ese juego de poder que me llevó a manipular a ese rayito de sol para mi beneficio, solo con el interés de hacerle el máximo de daño posible, lo que desembocó en romper irrevocablemente ese lazo que nos unía. Eso quedó más que claro luego de habernos gritado todas las verdades a la cara y el resto de la línea fuese llenado con silencio.

Sé que Kara me odiaba por manipularla y por haber usado kriptonita con ella, así como también sabía que el dolor en mi alma, la desconfianza y el orgullo me permitirían cortar esos lazos insanos de una vez y para siempre.

¿Me dolería? Completamente.

Llevaba enamorada de ella desde que cruzamos miradas por primera vez, y esa sensación de seguridad me había llenado de tal manera, que del momento en que desapareció, me sentí completamente vacía. Pero me había mentido, herido y luego me había rematado en el suelo; eso era más que suficiente para saber que esto jamás sería posible y que, claramente había perdido todo lo que pensaba tener seguro.

¿Qué tenía?

Soledad, llana y pura soledad. No tenía ni siquiera un amigo a quien pedirle el hombro para llorar.

Ya estaba harta de la soledad.

—¡Jess! — Llamé a mi secretaria mientras veía el celular con apremio, sabiendo que esta era la decisión que podía cambiar todo.

—Dígame, señorita Luthor. — Esta mujer era demasiado eficiente, apareciendo a los segundos. — ¿Qué necesita?

Tenía la opción de encausar la vida. — ¿Cómo se llama la aplicación que me recomendaste hace un tiempo?

—Disculpe.

—La aplicación de citas, Jess. — Insistí, sabiendo que este era un paso para mí, un paso para sanar. — Quiero... creo que ya ha sido una larga soltería, no quiero seguir así.

La mujer frente a un sonrió con ternura. — Déjeme ayudarla, podemos crear un perfil de inmediato si gusta. — Asentí, sabiendo que algo dentro de la mujer frente a mi se llenaba de vida. — Podemos configurar sus preferencias juntas también.

—¿Preferencias? — No comprendía, nunca había sentido la necesidad de hacer esto, así que todo era nuevo para mí. — ¿Cómo que preferencias?

—Hombres, mujeres. — Explicó con calma. — Dentro de tantas personas al azar, la aplicación le mostrará el género que usted más prefiera, también le enseñará quien tenga gustos o proyecciones similares a las suyas. — Vi como comenzaba a abrir la aplicación y me daba una sonrisa radiante. — ¿Entonces?

—Marca ambos. — Susurré. — No estoy cerrada a nada.

Kara.

Unos días después.

El silencio se había extendido por más de lo que yo hubiese querido. Era cierto que estaba enojada, completamente furiosa cuando me enteré de que Lena me había manipulado de esa manera tal vil y había escupido toda esa rabia en un momento de estrés, sin detenerme a pensar que a quien le estaba gritando era a ella, a quien consideraba mi segunda mitad.