Overgirl
Cuartel General de la SS.
El aire poco a poco comenzó a fluir de a poco hasta mis pulmones y las fuerzas parecían reincorporarse en el cuerpo maltratado. Por primera vez sentí un dolor punzante, como si me hubiese enfrentado a un pelotón de fusilamiento luego de estar horas bajo lámparas de sol rojo.
Lo último que recordaba, era estar peleando con esa imitación de porrista que decía luchar por los humanos, por defenderlos. Si esa débil kriptoniana me había vencido sería una verdadera vergüenza y la degradación completa frente a mis súbditos. Ser comandante de SS no me permitía ser débil, menos ser vencida por un ser que vivía para proteger débiles y que pensaba que todos eran iguales.
—Comandante. — La voz temblorosa de alguien a mi lado me llamó la atención. — Comandante, necesito que me corrobore su está bien.
—Estaría mejor si cierras la boca. — Murmuré de mala gana, ganándome un silencio inmediato. — ¿Qué pasó con la kriptoniana? ¿La han vuelto a capturar?
—No, no hemos podido ganar. — Abrí los ojos, encontrándome a Eobard con una mirada burlona. — El nuevo Reich ha caído y el Fürer ha caído con él. — Quise decir algo, pero él ya había predicho cada una de las preguntas que podía tener. — Le dije, siempre le dije que la victoria del Reich tenía que ser su primera preocupación, que ganar debía ser su única meta. Sin embargo, pensó más en ti que en nuestro objetivo y terminó cayendo ante las manos de los héroes. — Era casi como si esa escoria se estuviera burlando de mí. — Te volviste débil y a él lo volviste vulnerable, tanto que han caído hasta que la vergüenza y ahora cualquier escoria piensa que puede gobernar este mundo y yo no estaré aquí para verlo caer. Está usted sola, comandante.
Vi a Eobard irse en su estela de rayos, dejándome en una habitación completamente sola, con el cuerpo inerte de mi esposo y de quien fue mi regente casi toda una vida. Por primera vez sintiendo que la vida completa había perdido el sentido, todo gracias a Kara Danvers.
Iba a destruirla, no importaba cuanto demorase, pero Supergirl iba a dejar de existir junto a todos los débiles que la rodeaban.
Buscaría la manera de destruirla, de romper su corazón y su cuerpo de maneras insospechadas, hasta que solo quedaran andrajos de la persona que solía decir que la verdad y la lealtad eran quienes la regían. Dejarla sumergida entre las cenizas de su vida, como ella lo hizo con el Nuevo Reich.
Lena Metallo.
L-Corp. Línea temporal alternativa.
Dos días luego de la visita de Kara Danvers.
Estaba furiosa conmigo misma, una maldita kriptoniana me había humillado de maneras insospechadas y había logrado escapar con su maldito duendecillo secundándola de esa manera tan irritante.
—Pareces irritada, querida. — Esa voz irritante terminó por llenar de rabia. — Cualquiera diría que la tirana que es capaz de doblegar al mundo sería capaz de controlar una rabieta porque se le escapó una porrista y su perrito faldero.
Allí estaba, la mujer que hace dos días se me había escapado de entre los dedos hace dos días y le había dado las esperanzas al mundo y a esos tontos de que era posible doblarme la mano.
—Supergirl. — Lancé sin gracia. — ¿Cómo es que has burlado a Reing?
—¿Tu perro kriptoniano? — Se mofó mientras su mano se volvía visible desde atrás para alcanzar un vaso lleno con uno de mis preciados licores. — He buscado a una amiga que la entretendrá mientras te transmito mi plan y tu... aceptas cada una de mis condiciones.
ESTÁS LEYENDO
One Shot Supercorp
FanfictionOne shot Supercorp de creación propia, algunos serán según la serie, otros serán de universos alternos.