Un día difícil

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La ceremonia de Jungkook de ascensión había sido muy incómoda. Porque claro, aunque no tendría que haber ido, ya que a los altos mandos les importa poco los bajos rangos, su padre se hizo presente.

Había ido aquel Jefe de Brigada a felicitar a Hoseok, a felicitarlo porque había logrado domar a su hijo.

— Lograste volver a mi muchacho en un hombre, Sargento. Supongo que dio muchos problemas, lo conozco perfectamente y he leído los reportes de todos sus castigos. Por eso mismo vuelvo a agradecerte, Sargento. Le diste buena lección que sé que jamás olvidará – había dicho su padre.

Pudo notar que su novio estaba aguantando las ganas de gritar o contestarle como se debía y en cambio había agradecido y aceptado que no fue fácil en un principio.

Después había recurrido a Yoongi, pudo notar que su tono de voz había cambiado. Jungkook recordó lo que Yoon le había dicho sobre que su padre notaba facilmente que era gay.

— Teniente, ¿o debería decir futuro Capitán? – comenzó bromeando su padre — Sé que hemos tenido nuestras diferencias, pero agradezco que hayas ayudado en el aprendizaje y disciplina de mi hijo.

— Es un honor, señor. – fue lo único que contestó el Teniente.

Porque era verdad, le gustaba contribuir a ayudar a Jungkook ser mejor en la milicia.

Claro que el Jefe de Brigada le dejó en claro al nuevo Cabo que fuera de asuntos militares no quería que estuviera cerca del Teniente. Jungkook solo dijo un "Sí, señor" esperando a que no fuera a sonrojarse o estaría muerto, pero como su padre no dijo nada más supo que no había ocurrido.

Gracias a que aquel hombre fue a aquel festejo, también pudo conocer al Coronel Kim y al Mayor Kim. Había escuchado de ellos, Namjoon y SeokJin. Lo supo de inmediato, eran novios; sus ojos no podían mentir cuando se volteaban a ver o se reían de sus chistes internos. Se preguntaba si ellos tres también se veían así.

Una vez que tuvo que agacharse porque había tirado sin querer una servilleta los vio tomados de la mano, se le hizo tierno pero pensó que deberían tener más cuidado estando cerca de su padre.

En cuanto terminó la celebración Kook decidió que necesitaba un minuto a solas y lo mas solo que podía estar en ese momento era en el baño.

Al entrar no pudo mas que suspirar, echó un poco de agua en su rostro e hizo aquel gesto que había estado controlando: puso sus manos en su cadera y pasó su peso para un lado. Para su padre aquel era el gesto mas gay que podía hacer y el que mas le molestaba.

Por pura costumbre, aunque ya llevaba meses con el cabello corto, hizo como si acomodara un mechón detrás de su oreja.

— Que diva – dijo una voz que no reconoció.

Jungkook brincó del susto y después rio del susto.

— Me espantaste... – admitió viendo a Jin con ojos acusadores — Pero, supongo que puedo ser un poco diva a veces... Tenía mucho que no hacía eso.

— ¿Por tu padre? – siguió Jin, quien ahora se veía en el diminuto espejo que había en el baño.

— Sí, aquí es más difícil. Por cierto, deberían tener mas cuidado con él cerca – dijo Jungkook.

— Pues, nunca se ha dado cuenta ni ha sospechado de nosotros. Supongo que ser obvios nos oculta de cierta forma – bromeó Jin para agregar un pequeño "gracias" al final.

Jungkook volvió a suspirar.

— Será mejor que me vaya... – comentó.

— Tranquilo, Cabo. Estarás bien, tal vez es difícil al principio y más que ustedes son tres, pero todo estará bien – le dijo Jin sonriendo.

— Gracias.

Jungkook se fue más tranquilo, necesitaba que alguien le dijera que todo iba a estar bien.

Más tarde estaba a solas con Yoongi porque Hoseok seguía lleno de papeleo aquella noche. Era aún un poco raro estar solo con él, estaban acostados en la cama y tomados de la mano. Sintió un beso en la mejilla.

— Gracias, necesitaba eso – admitió sonriendo.

— ¿Puedo besarte, Kook? – le preguntó repentinamente.

— Sí, puedes – aceptó sonrojado.

Yoongi se había acercado lo suficiente para que Jungkook juntara sus labios, le dio un beso muy tierno jugando un poco con su lengua.

— Te quiero, Yoon – dijo por primera vez.

— Yo también te quiero, Kook.

Tal vez justo como decía Jin, todo estaría bien.

Más tarde había llegado un pequeño Seokie llorando porque ya no quería ser grande, entre los dos lo habían calmado y cambiado a su pijama favorita para que tuviera un rico biberón y pudiera descansar.

Había sido un día difícil para todos, pero todo estaría bien.

El sargento JungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora