Capítulo 11

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YooYeon Pov

Dejo reposar con cuidado la maqueta sobre mi escritorio y aguardo la llegada de SeoYeon para nuestra clase de geometría. Debo reconocer su extraordinario talento en las artes manuales, pues gran parte del trabajo lo llevó a cabo ella sola.

Cuando cruza la puerta, noto que me observa con una expresión de desconcierto.

—Te estábamos esperando afuera. Recuerda que formas parte del grupo —Me recuerda.

—Lo sé, es solo que... No sé —respondí con cierta vacilación.

—Qué bueno que no se te olvidó —comenta, refiriéndose a nuestro proyecto.

—Por supuesto que no.

SeoYeon se acomoda junto a mí en el primer pupitre justo cuando el profesor hace acto de presencia. Comienza a llamar a los grupos, y cada uno de ellos presenta la maqueta que ha preparado. Algunas son magníficas, otras... menos convencionales.

—Señorita Kim y señorita Yoon —nos llama. SeoYeon toma la maqueta y la lleva hacia su escritorio. Yo la sigo y me paro a su lado, resaltando nuestra leve diferencia de estatura.

El profesor la observa detenidamente durante un largo momento, desde distintos ángulos. Asiente y ejerce un ligero presión sobre el soporte.

—Está perfecta. Jamás imaginé que alumnas de esta clase pudieran realizar algo tan impresionante. Es verdaderamente profesional. Felicitaciones, han obtenido la calificación más alta.

Escucho a SeoYeon chillar de emoción a mi lado, lo que me provoca ternura y diversión al mismo tiempo. Puedo percibir su alegría palpablemente.

—¿Podrían llevarla a la sala de profesores durante el receso? Me gustaría utilizarla como ejemplo para mis otras clases —asentimos y nos retiramos para que continúe revisando otras maquetas.

—¿Viste? Sabía que estaba perfecta —dice SeoYeon, aún radiante de felicidad.

—Sí, hicimos un excelente trabajo —asiento y ella me ofrece un saludo de puños, al cual respondo.



Más tarde...

Al salir de la sala junto a SeoYeon, nos topamos con mis nuevas amigas. Les contamos lo ocurrido y ahora todas llevamos la maqueta hacia la sala de profesores.

Lo que sucedió a continuación ocurrió tan rápido que ni yo ni mis instintos de lobo pudieron intervenir.

Kotone pasa a nuestro lado y, a propósito, golpea la maqueta de mis brazos con el codo. La observo caer al suelo hecha añicos y siento que la sangre empieza a hervir en mis venas.

—¡Kotone! ¡Ahora sí que has ido demasiado lejos! —escucho a SeoYeon.

—Tú recogerás esto —le grita Dahyun.

Yo permanezco inmóvil, observando con furia el perfecto trabajo destrozado.

—Hey, YooYeon —me llama Sohyun.

Cierro los ojos con fuerza y siento una pequeña punzada en la punta de mis dedos. Observo mis manos y rápidamente oculto mis garras en los bolsillos de mi chaqueta para que nadie las vea. Me encamino rápidamente hacia el baño del instituto para calmarme, manteniendo la mirada baja por si mis ojos comienzan a brillar.

—¡YooYeon! —escucho a SeoYeon. Su voz logra calmar mis ánimos, pero no lo suficiente, así que continúo mi camino con paso acelerado.

Entro al baño y me encierro en un cubículo para respirar profundamente y tratar de apartar de mi mente lo sucedido recientemente.

Recordé el paseo en moto junto a SeoYeon en la noche.

Observo cómo el carro de enfrente comienza a reducir su velocidad. No permitiré que el primer paseo en moto de SeoYeon sea aburrido.

Tomando impulso y en un rápido pero cuidadoso movimiento, adelanto al carro. La chica sentada detrás da un respingo y se aferra más a mí.

Siento su emoción y miedo en el momento, y me encanta. Suelto una leve carcajada por su reacción y luego ella suelta su agarre para mantenerlo como antes.


Sonrío al recordarlo y miro mis dedos. Las garras han desaparecido.

Saco el celular del bolsillo trasero de mi pantalón y observo mis ojos reflejados. No hay brillo, perfecto.

—YooYeon, ¿estás ahí? —escucho a Sohyun entrar al baño.

Abro la puerta del cubículo y salgo. Sohyun me mira y se acerca preocupada. Realmente es una buena amiga.

—¿Estás bien? —posa una mano en mi hombro.

—Sí, solo me enfadé mucho con Kotone y a veces soy muy impulsiva. No me gustaría haber reaccionado de mala manera, así que vine aquí para calmarme —excuso mi retirada.

—Al baño —dice poco convencida. Me encogí de hombros—. Vamos, nos esperan —asiento y la sigo fuera.

Llegamos con nuestras amigas, quienes ahora están desechando los últimos trozos esparcidos en el suelo en un contenedor cercano. SeoYeon se acerca a mí al vernos llegar.

—¿Te sientes mejor? —asiento, agradecida por su preocupación, y le dedico una sonrisa—. Sabes, el maestro ya ha evaluado nuestra maqueta y traerla aquí solo fue un favor que nos pidió, así que no era obligatorio. Podemos hablar con él y seguramente nos perdone.

—Sí —suspiro.

Siento un brazo posarse sobre mis hombros. —Tranquila, amiga, es solo una maqueta. No vale la pena enfadarse tanto —me anima Dahyun.

—Habrá más oportunidades para enfrentarnos a Kotone —añade SeoYeon, sacándome una risita.


La Chica Misteriosa - YooSeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora