Capítulo 16

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Llega el viernes, y como de costumbre, durante el almuerzo planeamos cómo pasar la tarde.

—¿Tenemos algún plan para hoy? —pregunta Sohyun, llevándose una cucharada de crema de tomate a los labios.

—Kaede y yo tenemos un compromiso —intervengo—. Le prometí acompañarla al centro comercial para elegir el vestido de graduación de su hermano. Ya sabes lo mucho que tarda en decidirse.

—Entiendo. ¿Y tú, Dahyun? —pregunta Sohyun.

—Lo siento, amigas, esta vez no podré. Tengo que viajar a casa de mis abuelos durante el fin de semana, y me voy esta tarde —responde Dahyun.

—Yo puedo hacer algo. ¿No les importa si somos solo nosotras dos? —propone YooYeon.

—Para nada. Cuantos menos, mejor —bromea Sohyun, y todas la miramos con seriedad—. ¡Es broma! Saben que disfruto pasar tiempo con ustedes.

—Entonces, ¿estamos de acuerdo? —pregunta Kaede.

—SeoYeon —me llama Dahyun, y yo le presto atención—. ¿Podrías hacerme un favor?

—Por supuesto.

—¿Podrías cuidar a Kotone Da vinci por mí? Mi abuela se pondría histérica si ve una rata en casa.

—Ehm, sí, claro. Aunque mi madre tampoco reaccionaría bien.

—Puedes dejarla en tu habitación. Solo necesitas abrir la jaula media hora al día para que pueda moverse, y listo. Es obediente, así que volverá rápidamente si le dejas comida —explica Dahyun.

—Pero hoy no estaré en casa —añado.

—Puedo llevarla cuando vayan a casa de Kaede —propone Dahyun.

—Ni lo pienses, esa cosa no entrará en mi casa —dice Kaede, visiblemente disgustada.

—Kaede, por favor. Solo será una noche. Después, SeoYeon la llevará de vuelta —Dahyun hace un puchero con los labios. Kaede la mira unos segundos y luego asiente, rodando los ojos—. Perfecto.

Nos levantamos de la mesa y nos dirigimos a nuestros casilleros mientras YooYeon y Sohyun planifican lo que harán más tarde.




Sohyun Pov


El timbre de la casa resuena por los pasillos, y desciendo las escaleras con prisa, decidida a llegar antes que Nine, mi hermano mayor.

Al abrir la puerta, me encuentro con YooYeon apoyada en el umbral. Nos saludamos con un apretón de manos, y la invito a pasar.

—¿Qué te parece una tarde de videojuegos? —le ofrezco, mostrándole unos discos en mi mano.

—No soy una experta, pero estoy dispuesta a intentarlo —responde con una sonrisa.

Pasamos horas jugando y compartiendo emparedados, conversando animadamente sobre baloncesto, los próximos partidos y creando nuevas tácticas de juego.

—¿Te gustaría subir a mi habitación? Mamá llegará pronto y siempre toma el control del televisor, así que aquí tendremos más tranquilidad —le propongo, y ella asiente antes de seguirme escaleras arriba.

Una vez en mi preciado cuarto, la invito a sentarse en mi cama mientras yo ocupo la silla frente a mi escritorio. Hablamos de diversos temas, y ella me pregunta cómo han sido mis años en el equipo.

Mientras le explico, noto que su atención se desvía hacia la ventana, donde parece perdida en sus pensamientos. Interrumpo mi relato al darme cuenta de su distracción.

—Entonces, así es como las vacas vuelan.

—¿Vacas? ¿De qué estás hablando? —logro captar su atención.

—No lo sé, dime tú —respondo, y la vi bajando la mirada al suelo con cierta incomodidad—. Tranquila, estoy acostumbrada a que no presten atención a mis historias.

—¿De verdad?

—No, a todos les encantan. ¿Puedo servirte algo de beber?

—Por favor.

Desciendo las escaleras y me encuentro con mi hermano sirviéndose un vaso de agua, apenas cubierto por sus calzoncillos.

—Hey, Nine. Tenemos visita.

—¿SeoYeon vino? —pregunta emocionado.

—No, es YooYeon. Una nueva amiga del instituto.

—Ah, bueno. Avísame si viene SeoYeon.

—Claro. Ve a vestirte. No puedo creer que a los 24 años aún no sepas que son los pantalones —le reprocho con sarcasmo, mientras él sube a su habitación, supongo que para ponerse algo más de ropa.

En la cocina, preparo una jarra de zumo de piña y sirvo dos vasos antes de regresar con YooYeon.

Al entrar en mi habitación, la encuentro contemplando un collage de fotos con SeoYeon que adorna mi pared. Hay 12 imágenes, desde aquella en la que nuestros padres nos sostienen siendo bebés, hasta una última tomada en las últimas vacaciones de verano, días antes de comenzar este último año de instituto.

YooYeon se gira al notar mi presencia, y le entrego el vaso, que ella recibe con gratitud, antes de volver a centrar su atención en el collage.

—Parecen muy unidas ustedes dos —comenta.

—Sí, desde que éramos pequeñas. Cada año nos conocemos un poco más, lo que nos acerca aún más —respondo, con una sonrisa.

—¿No sienten algo más que amistad? Quiero decir, se ven tan armoniosas juntas, y se percibe en la manera en que se abrazan y todo eso... —expresa YooYeon con cierta timidez.

—¿En serio? Yo la quiero mucho, pero como a una hermana —respondo con firmeza.

—Entiendo... —responde YooYeon, algo desconcertada.

—Y tú, ¿qué piensas? —Le devuelvo la pregunta.

—Oh, no... Quiero decir, SeoYeon es encantadora. En todos los aspectos —responde YooYeon, algo nerviosa, mientras se atraganta con el jugo y tose bruscamente.

—¿Te gusta SeoYeon ? —La miré con una mirada curiosa.

—¡¿Qué?! No, no... quiero decir, me parece increíble. Siento que... que me comprende como nadie más —responde YooYeon, intentando aclararse.

—Es perfecta. Siempre muestra preocupación por los demás, aunque no lo exprese abiertamente, y a pesar del poco tiempo, es evidente que te tiene en consideración —Le afirmo.

—¿De verdad crees eso? —pregunta YooYeon, con una chispa de esperanza en sus ojos.

—Lo sé.

En ese momento, recordé la vez que mi mejor amiga me preguntó cómo saber si le gustaba alguien, y enseguida pensé en YooYeon. Si ambas disfrutan pasar tiempo juntas, no pude evitar imaginar que su amistad podría transformarse en algo más profundo.

La observé con una sonrisa cómplice.

El destino de "YooSeo" parece inevitable. Y si eso sucede, SeoYeon deberá recordar que me debe una hamburguesa de extra queso.

La Chica Misteriosa - YooSeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora