Capítulo 27

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YooYeon Pov


Agradezco sinceramente el aprecio que ha mostrado por el regalo. Quizás no sea ostentoso, pero tiene un valor sentimental y simbólico profundo para mi.

Está forjado con lo que llamamos "plata de lobo", un metal especial utilizado para nuestras armas, más resistente que la plata ordinaria. El lobo en el centro fue elaborado por la abuela de Naky, con la intención de que SeoYeon siempre llevara consigo una parte de mi verdadero ser.

Observo cómo SeoYeon se adentra en la piscina, descendiendo por los escalones, y no puedo evitar desviar la mirada a su figura que es perfecta a mis ojos.

—¿En serio no piensas bañarte, YooYeon? —me pregunta Sohyun desde el agua. Yo solo encogí los hombros.

He optado por llevar puesto mi traje de baño, pero aún no me despojo de mi camiseta. No me siento cómoda mostrando mi cuerpo marcado por las cicatrices frente a mis amigas. Consideré incluso sumergirme con ella puesta, pero la incomodidad de la ropa mojada me disuadió, así que prefiero sentarme en una tumbona y observar cómo disfrutan mis amigas del frescor mientras yo me aferro al calor del sol.

—Vamos, YooYeon —me anima Dahyun—. El agua está deliciosa, y estás tostándote aquí bajo el sol.

—Sí, al menos ven y refréscate los pies en la orilla —añade SeoYeon acercándose. Lo considero.

—Si te preocupa tu cuerpo, no pienses en eso. No diremos nada desagradable —se ofrece Sohyun desde el borde de la piscina. Lo considero aún más—. Puedes confiar en nosotras. Pero si te incomoda, lo entenderemos.

Tienen razón. Ellas son mis amigas, y no debería avergonzarme frente a ellas. Además, si quiero que la chica que me gusta me conozca de verdad, debe aceptar mis defectos y dificultades, ¿verdad?

Me levanto y me doy la vuelta para quitarme la camiseta. Siento el calor de sus miradas fijas en la cicatriz que recorre toda mi espalda. Una marca no solo física, sino también emocional. Un recordatorio constante de la traición de hyungseo.

Cuando me vuelvo, todos apartan la mirada, excepto SeoYeon. Al notar que la observo, un ligero rubor tiñe sus mejillas y desvía rápidamente la mirada, un gesto que encuentro sinceramente conmovedor.



SeoYeon Pov


Contemplo cómo YooYeon se sumerge en el agua con la gracia de una sirena, mientras admiro la definición de su cuerpo. Aprovecho para observar las cicatrices que adornan su piel.

Ya había visto a YooYeon sin camiseta antes, pero esta vez es la primera en la que realmente me detengo a apreciar la belleza de su cuerpo en lugar de centrarme en otros asuntos.

Pasamos cinco horas nadando, saliendo ocasionalmente para disfrutar del sol o ir al baño. Al principio, YooYeon parecía incómoda, pero con el tiempo se relajó y se sumergió en la diversión al igual que el resto de nosotras. Me llena de alegría saber que mis invitadas están disfrutando tanto.

Después de un rato, caliento agua en la tetera y sirvo cinco tazas para que podamos disfrutar de un té y calentar nuestros cuerpos después del último baño, ya con el sol oculto en el horizonte.

Una vez que terminamos nuestras bebidas, nos quedamos charlando un rato antes de retirarnos a nuestras respectivas habitaciones.



YooYeon Pov


Ordeno con meticulosidad la ropa que acabo de despojarme, depositándola al pie de la cama antes de deslizarme sobre ella. Mientras Sohyun, como si fuera un encantamiento, cae en un sueño profundo apenas toca la cama, envuelta en la placidez de la noche. Yo, en cambio, al cambiarme de ropa y lavarme los dientes, me encuentro más despierta que nunca.

Un susurro lejano despierta mi aguda percepción, y en un acto instintivo, afiné mis oídos de loba para captar mejor el sonido. Reconozco la voz de SeoYeon. La puerta principal se cierra suavemente, y decido ponerme una sudadera antes de salir tras ella.

Al abrir la puerta, soy acariciada por la serena brisa nocturna de la primavera, que no es ni cálida ni fría, sino simplemente perfecta. Diviso la cabellera de SeoYeon recostada en un banco de madera blanca, apartándose cuando nota mi presencia.

—¿Puedo? —le indico al espacio a su lado, y ella asiente, volviendo su atención al firmamento estrellado.

Me siento a su lado, contemplando el hermoso y brillante manto celeste.

—Adoro esto —empieza a decir con voz suave, y la miro—. Me encanta venir al campo y mirar las estrellas. Lejos de las luces de la ciudad, su brillo es realmente hermoso.

—Son bonitas, al igual que la luna —asiento, y SeoYeon apoya su cabeza en mi hombro. Hago lo mismo, sintiendo su calidez junto a mí.

—¿Qué opinas sobre estas estrellas? ¿Crees que tienen algún significado más allá? —pregunta, aún con la mirada fija en el cielo.

—Mi madre solía decirme que la luna éramos nosotras, y que cada estrella que iluminaba nuestro oscuro cielo eran las personas que amábamos... —mi voz se entrecorta al recordar a mamá, y el vacío que dejó en mi vida.

—La extrañas mucho, ¿verdad? —SeoYeon aparta su cabeza de mi hombro para mirarme a los ojos, sus lindos ojos brillando bajo la luz de las estrellas.

—Más de lo que te imaginas. Tuve que crecer rápido, solo tuve seis años junto a ella. El resto del tiempo tuve que aprender a ser independiente, mientras mi padre estaba ocupado con sus asuntos.

—Eres fuerte. Has pasado por mucho, tanto emocional como físicamente —susurra, refiriéndose a las cicatrices que marcan mi piel—. No te pido que me cuentes todo, pero quiero que sepas que estaré aquí para ti cuando me necesites.

—Gracias... De verdad. Y sabes que también puedes contar conmigo para lo que sea.

Se acerca y me abraza con fuerza. No hay palabras suficientes para expresar lo reconfortante que es esto. Es una de las cosas que más aprecio de ella: cómo logra llenar mi corazón de alegría.

Me separo y tomo su rostro entre mis manos.

—Me gustas. Me gustas mucho, realmente me encantas —le confieso, y su mirada se llena de sorpresa—. Quiero que sepas que te quiero —no le doy tiempo para responder, simplemente uno nuestros labios en un beso apasionado pero dulce.

SeoYeon se acomoda sobre mí, con sus piernas a ambos lados de las mías, sin romper nuestro beso. La intensidad se suaviza, y sus manos se deslizan detrás de mi espalda, una de ellas ascendiendo hasta enredarse en mi cabello, desatando un torbellino de sensaciones en mi interior. Me sorprende lo que esta chica puede provocar en mí, y aún más cuando nos separamos para tomar aliento y pronuncia esas palabras que hacen que mi corazón dé un vuelco y me devuelven la fe en el amor.

—También te quiero, YooYeon.

La Chica Misteriosa - YooSeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora