Capítulo 18

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SeoYeon Pov

El rugido de la motocicleta de YooYeon interrumpe el silencio de la noche, y con ello, la emoción se adueña de mí. Tomo mi bolso, donde descansan las llaves, y lanzo un último saludo hacia mis padres antes de salir al encuentro de ella, envuelta en una elegante chaqueta de mezclilla.

—¿Estás lista? —pregunta, y yo asiento, acercándome con paso decidido—. Toma.

Me entrega su casco, el mismo que usamos la última vez, y me lo coloco, inundándome nuevamente de su exquisita fragancia. Ella hace lo mismo con otro casco, de tamaño más grande, y me indica que me coloque detrás de ella. No necesito más instrucciones y rodeo su cintura con mis brazos.

Con un arranque suave, nos lanzamos a la aventura, y mis dedos comienzan a jugar con el botón de su chaqueta entreabierta, mientras el viento acaricia nuestros rostros con su frescura nocturna.



Flashback...

Emergimos del bullicioso centro comercial, y Kaede avisa a Dahyun que nos retiramos a casa.

El viento helado me envuelve con fuerza, obligándome a abrazarme a mí misma. Contemplo las estrellas y sonrío. Adoro perderme en la contemplación del firmamento cuando es de noche.

De repente, siento una tela gruesa posarse sobre mis hombros y observo cómo YooYeon me coloca su chaqueta, dejando al descubierto sus brazos entrenados.

—No —intenté devolvérsela, pero ella insiste en cubrirme—. Te expondrás al frío por mi culpa.

—Tranquila, nunca me enfermo —respondí con una sonrisa reconfortante.

Tomamos la carretera y el sol comienza a ascender en el horizonte. Salimos tan temprano que apenas despuntaba el alba, pero ya podíamos sentir el calor del día.

Diviso un terreno vacío que solíamos utilizar para acampar, y recuerdo aquel fin de semana en el que nos aventuramos con mis amigas.

De repente, unos brazos me alzan y despierto para encontrarme con el perfil de YooYeon. Me acomodo en su hombro y vuelvo a dejarme llevar por el sueño, impregnándome de su dulce aroma.

—Ya hemos llegado, bella durmiente —susurra con suavidad—. No queríamos despertarte, pero parece que lo he logrado de todos modos. Las demás están montando la tienda.

—Ya era hora de que despertara. Si prefieres, puedo caminar —ofrezco.

—No, está bien así.



Me aferré con más fuerza a la conductora y sonreí, reviviendo en mi mente el dulce abrazo de sus brazos.

Alcé la vista y observé cómo YooYeon se adentraba en un estrecho camino de tierra.

Me separé de ella para contemplar los árboles a nuestro alrededor, y al mirar hacia adelante, me encontré con la nuca de YooYeon, al descubierto entre el casco y su camiseta debido a que llevaba su cabello recogido.




—¡Detente, te lo ruego! —imploré entre carcajadas. YooYeon me había tomado por sorpresa y no tuve tiempo de reaccionar ante sus traviesas cosquillas.

Ella se detuvo, y yo me retorcí por el ligero dolor que se apoderó de mi abdomen a causa de tanto reír.

Me puse de pie, pero ella fue más rápida, envolviéndome en sus brazos y haciéndome perder el equilibrio. Me aferré a ella, entrelazando mis manos detrás de su nuca. YooYeon colocó sus manos en mi cintura, disipando las cosquillas.

La Chica Misteriosa - YooSeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora