Capítulo 22

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YooYeon Pov

Emerjo del primer adiestramiento como lider, una experiencia que, si bien no fue intensa en términos físicos, se vio marcada por lecciones teóricas sobre el arte de gobernar.

Antes de regresar a casa, decido hacer una parada en el mini-reino de mi abuelo, situado en Pensilvania. Al llegar, saludo al padre de Naky, quien vela por la entrada con una expresión imponente, ataviado con su uniforme de capitán de la guardia del pueblo y su lanza de madera. Cada vez que veo ese arma, un eco de dolor resuena en la cicatriz de mi espalda, resultado de una traición pasada.

Me adentro por el largo pasillo de mármol hasta llegar a una puerta de ébano. Toco dos veces antes de entrar. Mi abuelo, al verme, se levanta de su sillón y me abraza con fuerza.

—YooYeon, mi querida hija —me saluda efusivamente—. He oído que has visitado a tu madre en varias ocasiones, pero a tu pobre abuelo ni siquiera le has echado un vistazo.

—Lo siento, abuelo. He estado ocupada con los asuntos del cambio. Pero después de seis meses, he decidido venir.

—Así parece —me indica que tome asiento a su lado, mientras una joven nos trae dos tazas de té—. Cuéntame, hija, ¿Cómo te ha ido en la ciudad?

—Bastante bien, diría yo. Al principio hubo algunos problemas con una matona, pero ahora todo está bajo control.

—Eso me gusta escuchar. Y... ¿alguna chica en tu vida? Desde lo de Hyungseo, no me has presentado a nadie.

El tema que preferiría evitar.


¿Alguna chica?


SeoYeon.


—Hmm... no. No hay nadie en particular por ahora.

—YooYeon, no solo soy tu abuelo, también soy el líder de esta manada, así que tengo un ojo muy agudo para estas cosas. Puede que sea viejo, pero no soy tonto.

—Gracias —mientras la chica nos sirve el té, le pido a mi abuelo que continúe.

—Sé que hay una chica, pero no estás segura de lo que sientes. ¿Quieres un consejo? Ataca. Ataca como el lobo que eres y conquista su corazón.

—Tal vez... haya una chica... —doy un sorbo de té.

—Lo sabía. Siempre hay una chica —sonríe triunfante y yo bebo más té, deleitándome con su sabor—. ¿Y cuándo me la presentarás?

—Es... complicado. No creo que eso sea posible —me tenso. Conozco las estrictas expectativas de mi abuelo sobre el linaje de la manada. El líder se endereza en su asiento y me mira con seriedad—. No es como nosotros. Es alguien que conocí en la ciudad, entre la gente común y corriente.

Lo digo como una niña confesando una travesura, anticipando las consecuencias.

—¿Cómo? —Se levanta, dramatizando la situación—, YooYeon, sabes que eso no está permitido. Eres la futura líder de esta manada; debes preservar nuestras tradiciones.

—Lo sé, abuelo, pero...

—Pero nada. Si lo sabes, ¿por qué te has involucrado con una chica ordinaria?

—No la llames así. Ella no es como las personas corrientes de la ciudad. Puede que no posea nuestras habilidades, pero me hace sentir bien conmigo misma, tal como soy.

—Claro, porque no sabe qué clase de monstruo eres realmente —un golpe bajo.

—No soy un monstruo, soy un lobo. Soy loba, y futura líder de esta manada —lo enfrento con orgullo—. Y sabes qué, no te preocupes por el legado. Tal como dijiste, ella no sabe quién soy realmente... y por eso mismo, no pasará nada entre ella y yo.

Con estas palabras, me dirijo hacia la puerta y salgo de la habitación, sintiendo el fuego arder en mis venas.

En el pasillo, corro hacia la salida, sintiendo que mis ojos comienzan a humedecerse. Odio pelear con mi familia; ellos son mi todo.

—¿Naky está en casa? —pregunto al padre de mi mejor amiga cuando salgo.

—Sí. ¿Estás bien? —pregunta, preocupado. Yo asiento sin mirarlo y me dirijo a la casa de mi mejor amiga a paso rápido.

Naky me recibe y me ofrece un vaso de jugo de fresa para calmar mi furia. Nos sentamos en su cama, y ella me presta toda su atención mientras le cuento lo que me atormenta.

—Entonces, tu abuelo no le importa lo que sientes, sino la tradición —resume mi amiga, buscando comprender.

—Sí, así es. Pero ya lo conoces. Es muy estricto en cuanto a los asuntos de la manada.

—Tienes razón —dice, tomando un sorbo de su bebida—. ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Ya lo has hecho —respondo, sonriendo, y le envío un beso en broma.

—¿Por qué te gusta esa chica? Parece ser importante si te está afectando tanto.

—No lo sé. Solo el simple hecho de verla sonreír me hace sentir bien. Cuando estoy con ella, me siento como cualquier otra persona, sin secretos. Además, es increíblemente hermosa.

—Ya veo. ¿Sabes qué deberías hacer? —Niego con la cabeza—. Bueno, yo tampoco. Pero podría ser útil acercarte más a ella y ver si realmente vale la pena compartir tu secreto para aligerar tu carga y que te conozca tal como eres, además de obtener su apoyo.

—No es mala idea, aunque no estoy segura de cómo acercarme más.

—No se trata solo de acercarse. Debes conocerla. Sus virtudes y defectos.

—Y... ¿Cómo va tu vida? —cambio de tema.

—Bien, todo está genial hasta ahora. Terminé la escuela el año pasado, así que me he estado concentrando en entrenar para ser guardia como mi padre.

—Genial, Pero... ¿No has visto más carreras?

—Sí, aparte de preocuparme por la seguridad de Pensilvania, he pensado en estudiar para trabajar en la ciudad.

—¿Quieres salir a tomar algo? Hace tiempo que no te veía pasear por aquí. 

 —Solo vine a visitar a mamá y de paso fui a visitar a mi abuelo —hago una pausa y lo medito un poco— Pero ya que estoy... Hace meses que no voy a Rick's Smoothie. Extraño esos batidos.

—Entonces vamos por esos Smoothies.


La Chica Misteriosa - YooSeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora