Capítulo veintinueve
Juegos y finales dolorosos
Despierto y Máximo ya no está en la cama a mi lado. Recuerdo lo que hicimos la noche anterior y sonrío. Después de esos dos juegos, me comí medio kilo de helado. Me gusta saber que el sex* me da apetito, aunque yo casi no me esforcé. Me pregunto por qué actué así cuando llegó Máximo a mi casa. Antes de que lo hiciera, solo me di unos cuantos besos tontos con Jeremías y Cristóbal.
—Buenos días —digo al llegar a la cocina donde Jeremías y Cristóbal desayunan—. ¿Maxi aún no se levanta?
—Estamos merendando —indica Cristóbal y miro el reloj, dormí una eternidad—. Le prometimos a Rosita que le avisaríamos cuando te levantaras. Máximo tuvo que irse por un tema familiar.
¿Qué pasaba con los chicos que me abandonaban después de hacerlo conmigo?, me pregunté y sonreí, ya que Máximo no era como Juan.
Miro mi móvil, tengo varios mensajes de Máximo. En el primero me desea buenos días, en el segundo se burla de mí por seguir durmiendo pese a ser el medio día y en el último me dice que volverá a la tarde.
—Lau, ¿tú y Maxi están saliendo? —me pregunta Jeremías y dejo el móvil en la barra para verlo espantada.
—¿Qué? ¡No! —digo de inmediato.
—Si entre ustedes hay algo... —Parece que Jeremías está tratando de buscar las palabras.
—Máximo es nuestro amigo —indica Cristóbal.
—También es mi amigo —les aseguro.
—Es que anoche hacían ruidos... Y no eran de amigos —asegura Jeremías preocupado y me sonrojo.
—¿Se escuchó? —pregunto avergonzada y luego suspiro—. Maxi y yo tenemos un acuerdo, es todo. Practicamos juntos, pero no hay más que eso.
—Todo solucionado —indica Cristóbal sonriendo y lo miro sin comprender—. Es que Jeremías pensó que habían empezado a salir y que nos habíamos comportado mal con él. Es nuestro amigo y no podemos estar jugando con su chica. Por códigos, ¿entiendes? Como dejó a Cintia, pensamos que tal vez era porque ustedes dos habían empezado a salir.
—¿Maxi dejó a Cintia? —pregunto confundida—. Creí que ella quería algo formal y era la que lo había dejado.
—De todas maneras... guau... No dejas de sorprendernos —dice Cristóbal evitando mi pregunta—. ¿Solo tienes un amigo con derechos? Porque si te aburres de Máximo me ofrezco a ayudarte a practicar.
—Gracioso —digo y me pasa una taza de café.
—Lo digo en serio. Con Máximo puedes aprender algunas cosas, pero con nosotros dos podrías aprender otras —me indica Cristóbal sonriendo.
—Chicos, se los agradezco, pero lo de anoche fue porque estaba un poco...
—¿Ebria? —pregunta Jeremías y afirmo.
—Entonces Máximo no te deja jugar con otros —dice Cristóbal por lo bajo.
—Máximo no es mi novio, puedo estar con quien yo quiera —aseguro.
—Entonces, es que nosotros no le gustamos —dice Jeremías tomando su móvil.
Ambos están jugando conmigo.
—Chicos, apenas empecé con esto y me gustó lo de anoche, pero de darnos unos besos a tener relaciones con ustedes hay una vara muy larga de por medio —les aclaro.
—En realidad hay dos varas —bromea Cristóbal y sonrío—. Solo piénsalo un poco más antes de negarte.
—Está bien, lo haré —le digo y comienzo a beber mi café con las mejillas coloradas.
Máximo llega con Juan y me sorprendo de verlo sin Cintia, parecía que se le había pegado como garrapata. Jeremías y Cristóbal se despiden y este último me sopla el oído antes de darme un beso en la mejilla.
—Estamos a tu disposición —me asegura y después saludar a Juan y Máximo se van a la puerta.
—Esperen, me voy con ustedes —dice Máximo y lo miro sorprendida—. Juan, ¿puedes quedarte con Lau? Tengo que ir a la cena de aniversario de mi madre con mi padrastro y aún no me he cambiado.
—Claro —dice su amigo y él se marcha, aunque antes me da un beso.
—Regreso ni bien termine la cena —susurra en mi oído.
—¡Máximo Salvatore! —grito cuando se está yendo y me pide disculpas con las manos antes de subir al coche del padre de los gemelos.
—¿Quieres que me vaya? —pregunta Juan y lo miro molesta.
—Haz lo que quieras —digo y entro a la casa.
Le escribo un mensaje a Máximo preguntándole por qué no me avisó de la cena con su familia y me doy cuenta de que no puedo enviárselo. Él no sabe lo que pasó entre Juan y yo, y si le escribo eso puede sospechar. Así que solo termino de merendar y mientras lo ignoro, llevo mis cosas al comedor para hacer mi tarea.
—Laura —dice, pero no le presto atención.
No quiero escucharlo. Ya se lo dije anoche.
—Laura —vuelve a decir, pero no caeré de nuevo, no dejaré que me engatuse con sus besos, pero él hace lo que quiere y vuelve a hablar—. Estoy saliendo con Cintia.
Mi sorpresa es tan grande que no puedo evitar verlo. Mi corazón se estruja por dentro. Trata de acercarse, pero lo detengo.
—Me alegro por ustedes —digo con una mano entre nosotros—. Espero que ella sea todo lo que deseas.
Después de decir eso, dejo todo y me voy a mi cuarto, no quiero verlo, no quiero saber nada con él. Me duele el pecho de solo pensarlo, tengo muchas ganas de llorar y náuseas. Le pregunto a Máximo cuanto le llevará la cena con su familia y me dice que apenas está llegando a su casa; que debe esperar a que su madre regrese de la estética y que después de eso irán al restorán. Le digo que no me siento bien y me llama.
—¿Qué pasa? —me pregunta y le digo que el chico con el que me hablaba por el móvil me ha dicho que tiene novia—. ¿Es al que le mandaste fotos de tus bragas?
—Sí —miento, recordando que dejé que pensara eso.
—Es un maldito —espeta él y suspira—. ¿Quieres que le pregunte a mi madre si puedes venir a la cena?
—No, estaré bien, solo no te tardes mucho. Sabes que con Juan no puedo hablar de la misma manera —le comento casi reclamando y él me asegura que hará todo lo posible por venirse del restorán directamente. Me pide que me tome una de esas pastillas que me dan sueño y que me relaje en la cama. Me la tomo y después de darme una ducha voy a buscar helado. Juan está en la cocina y al verme no dice nada, como siempre.
Autora: Osaku
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Juegos peligrosos - El comienzo
RomanceTodos fuimos inexpertos, alguien nos enseñó lo que sabemos. Y en este caso, una joven será la que colocará en el tablero las fichas para empezar el juego. Laura, una joven que tras la muerte de su hermana y un problema de salud que podría ofrecerle...