Capítulo sesenta y siete
Mi madre me permitió irme de vacaciones con nuestros amigos y el padre de Laura. Mi padre sigue internado y gracias a un abogado amigo del padre de Máximo, el poder de la empresa fue transferido a mi hermana. Ella se hace cargo hasta que yo me reciba y empiece a poder trabajar de manera legal, aunque soy yo quien toma la mayoría de las decisiones. Con el capital que el nuevo inversor nos dio hace dos meses hemos conseguido triplicar la producción y así mismo las ventas. Le pedí a mi hermana que se encargara de organizar una celebración para motivar a los empleados. Ella y su novio están desempeñando muy bien el puesto de nuestro padre, y estoy averiguando como podemos hacer para sacarlo definitivamente del control de la empresa. Él debería quedarse en casa si no tiene la fuerza como para resistir la presión que la empresa implica. Lo hablé con mi madre y está de acuerdo, saber que desde los diez años soy yo quien se encarga de gran parte de la gestión de la empresa, hizo que se diera cuenta de que prácticamente no conocía a mi padre. Es probable que se divorcien, si él sigue acudiendo a la bebida para olvidar que es en parte responsable de que mi hermana terminara acabando con su vida. Sin embargo, eso ya no me afecta.
Desde que Laura es mía casi no puedo pensar en otra cosa que no sea ella. Aún no puedo creerlo, aceptó todas mis condiciones sin quejarse. Ella quiere estar conmigo de la manera más sucia, pervertida y grotesca que puede existir. Soy un monstruo y, aun así, ella no lo puede ver. Me da miedo que en algún momento lo comprenda y quiera alejarse de mí. Aun así, no estoy dispuesto a perderla. Haré lo que sea necesario para volverme el hombre que ella siempre desee por encima de los demás.
La lujuria en mí, se ha incrementado al punto de desear estar en su interior todo el tiempo. Incluso cuando no soy yo el que lo hace, me siento feliz de que alguien más la posea y la haga disfrutar por mí. Nunca pensé que me gustaría tanto verla estar con otros hombres y mujeres. Me pregunto si ella seguirá queriendo esto en el futuro, porque ahora que lo tengo, que lo probé, no pienso detenerme. Sin embargo, aunque controlo cada cosa que hacemos, no me siento satisfecho.
¿Por qué no me basta?
¿Qué más quiero de ella?
La veo en la cama con Máximo cuando estoy por salir del baño, él le sonríe y ella le cuenta cosas. Sé que Máximo está enamorado de ella y por eso se comporta así. Aun así, ella me eligió a mí para probar cosas en la intimidad, por lo que no me da celos verlos hacerlo juntos. Sin embargo, cuando conversan de manera tan amigable e íntima no soporto la situación. Sé que estoy mal, no es lógico que disfrute de verlo hacerla gritar de placer, pero que cuando conversen me enoje tanto y lo sienta insoportable.
—¿De qué hablaban? —pregunto cuando él se va.
No puedo ser tan celoso, pero lo soy. Quiero que todas sus emociones me pertenezcan.
Al final me disculpo por la intensidad con la que se lo hice y contengo mis deseos de volver a hacerlo. El hecho de que ella disfrute verme con otras mujeres me ayuda a descargar un poco y no ser tan intenso cuando estamos juntos, pero solo puedo pensar en Laura. Es la única que hace que se me levante, cuando lo hago con otras, necesito pensar en ella si quiero llegar. Es algo que me preocupa, no soy tonto, comprendo perfectamente que mi obsesión por ella me condiciona. Sin embargo, el que ella no me ponga límites es lo que me obliga a controlarme.
Después del desayuno Cristóbal propone jugar, Máximo y yo ya dejamos a Laura adolorida, por lo que la idea no me gusta. Aun así, acepto y le permito disfrutar del contacto con los gemelos. Sin embargo, antes la preparo para que no le duela cuando los dos entren a la vez. Laura disfruta de la intensidad de su encuentro, y yo con ella, pero no se lo hago. Aunque me duele contenerme, no quiero causarle un dolor innecesario, si entro así de caliente en ella voy a lastimarla. Me marcho a la ducha y me masturbo pensando en ella y en su lindo rostro cuando el morbo está a tope. Debo hacerlo varias veces para que mi erección baje.
Pasan unos días y regresamos, la empresa me tiene bastante ocupado por lo que no veo a Laura en ese tiempo, aunque hablamos por mensaje. Una de mis hermanas me pregunta si tengo novia, porque al parecer mi actitud ha cambiado un poco en casa. No comprendo por qué eso tendría que ver con tener pareja. Laura le dijo a su padre que somos novios y desde entonces ese hombre me mira extraño. No me molesta, después de todo si tuviera una hija no querría que alguien le hiciera lo que yo a Laura. Es por eso que no pienso casarme ni tener hijos, no quiero una familia, solo a Laura. No estoy dispuesto a compartirla con niños y perder más de su atención. Además, ella dijo que no quiere familia, lo que me asegura que solo seremos dos a menos que juguemos.
—¿Desde cuándo salen? —me pregunta mi hermana Dolores.
—No te importa —le respondo y me empieza a gritar, le recuerdo que dejó que Cintia me tomara una foto mientras dormía y deja de hablar. Aún no me he olvidado de eso.
—Estamos cenando, no discutan —dice Teresa y me muestra los balances.
—Nada de trabajo en la mesa —le pide nuestra madre, que regresa de su nuevo trabajo.
—Mamá, sabes qué juan y yo nos hacemos cargo de la empresa. No necesitas buscar un empleo —le reclama mi hermana mayor a muestra madre.
—Es algo que no está en discusión. Sus hermanas ya pueden hacerse cargo de sí mismas. Tengo que contribuir de alguna manera —dice mientras me besa la frente.
—Mamá, Juan tiene novia —escupe Dolores y quiero asesinarla. Estoy seguro de que mi madre querrá que traiga a Laura a casa y no lo deseo. Ella no es esa clase de novias.
Autora: Osaku
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Juegos peligrosos - El comienzo
RomanceTodos fuimos inexpertos, alguien nos enseñó lo que sabemos. Y en este caso, una joven será la que colocará en el tablero las fichas para empezar el juego. Laura, una joven que tras la muerte de su hermana y un problema de salud que podría ofrecerle...