Imagina con JungKook (LEMON) Eres Sólo Mía

Capitulo 80

JK: Se acabaron los juegos. Pervertida conejita - dije decidido. Esta sería mi venganza.

T/N: ¡¿Pero como— Antes de que terminara la frase ya se encontraba boca abajo sobre la cama. – ¡JungKook! – Dijo sorprendida. Tomé sus manos poniendolas en su espalda.

JK: Silencio – ordené con voz firme.

T/N: Cone– la interrumpí cubriendo su boca con mi mano libre.

JK: Te reto a que lo hagas y te prometo por mi apellido que no me detendré aunque te desmayes. – dije firme.

El cuerpo de mi novia se tensó. Movió la cabeza en negación. Alejé mi mano de su boca. Incorporándome.

T/N: Que cachorro tan mal portado – dijo intentando zafarse de mi agarre sobre sus muñecas. – Ah! – gimió adolorida cuando mi mano se estrelló contra su nalga.

JK: No estás en posición de hablar así – Dije firme. 

Solté sus manos, tomé la sábana, la desgarré, dejando así una especie de cinta. T/N intentó levantarse pero no la dejé. Tomé sus manos de nuevo, las coloqué detrás de su espalda y las até con la cinta.

T/N: Conejito pervertido – soltó seductora.

JK: M-Maldi....ción... – gemí entrecortado mientras eyaculaba como un maldito precoz. Escuché una risita de parte de mi novia.

T/N: Aún puedo doblegarte – dijo orgullosa. Suspiré fuerte, tomé la sabana volviendo a rasgarla.

JK: Te castigaré como es debido – dije serio. Con el trozo de sabana la amordaze.

Mis ojos se dirigieron a ese precioso tatuaje en su espalda baja. Que hermosura. Disfrutaría de este delicioso manjar. Mi boca se dirigió a sus muslos, los lamí, besé y mordí, escuchando sus jadeos ahogados. Dejé un rastro de besos hasta que llegué a sus nalgas, besé ambas y las mordí con algo de fuerza.

T/N: ¡Mmm! ¡Mmhhm! – Se quejó adolorida.

JK: Relájate, Conejita – dije para luego pasar mi lengua por ese bello tatuaje en su espalda baja.

Se estremeció debajo de mí. Besé su espalda baja, mientras mis manos le daban atención a sus nalgas. Dejé un chupetón sobre el tatuaje en su espalda baja. Una de mis manos fue directo a sus labios vaginales. Sus caderas se elevaron dándome acceso a su entrada. Estaba mojada. Metí la punta de dos dedos, jugando con su entrada.

T/N: ¡Mmhm! ¡Mm! – se quejó moviendo sus caderas. Pidiendo más.

JK: Que pervertida ¿Quieres más? – Pregunté con una sonrisa traviesa.

T/N soltó un gemido ahogado. Comencé lento un vaivén con mis dedos. Sus caderas se movían gustosamente al ritmo de mis dedos.

El sonido obsceno de mis dedos y sus fluidos se hizo notorio junto con sus jadeos y gemidos reprimidos.

T/N: ¡Mmm! – Gimió sorprendida cuando mis dedos fueron más profundo rozando su punto dulce.

Saqué mis dedos de su interior, los lamí gustoso; posicioné mi pene en su entrada. Jugué con sus labios vaginales con mi glande. Era una deliciosa tortura.

Finalmente entré en ella con una fuerte embestida que la hizo gritar y retorcerse debajo de mí. Sus caderas se elevaron recibiendome más que encantadas, su cuerpo tembló.

Su interior estaba caliente, el placer que me brindaba no tenía precio. Tomé sus caderas con mis manos, tomando el control de sus movimientos, llendo más profundo.  Los gemidos de T/N resonaban por toda la habitación, aún estando amordazada se escuchaba fuerte. La embestía despacio pero duro como le encantaba, justo en su punto dulce. La ví moverse ansiosa debajo de mí, estaba por correrse, antes de que eso sucediera, saqué mi pene de su interior. La escuché quejarse.