Capítulo 40.

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Narrador omnisciente

En la casa del Alfa están todos reunidos con sus respectivas parejas, hablando sobre la situación que los está incomodando.

—Tenemos que buscar alguna pista aunque sea — habla la pequeña Jade sin ganas. Está cansada sobre esta situación. No entiende quién quiere hacerle tanto daño.

—Estamos en eso, pequeña. No te preocupes, siguen con tu teléfono para dar con la señal del número que te llamó — le informa Andreus. Quien está preocupado por la única familia de sangre que tiene.

No permitirá que intenten dañar a su hermana pequeña, esa misma que crió cuando sus padres murieron por esa traición.

—¿Y si Sara quiere vengarse porque tú me defendiste? O Damon, él está obsesionado contigo, Jade — les dice Marie y todos piensan que podría tener razón.

Esas dos personas son las únicas que tienen un problema con Jade. Sin embargo, van por muy mal camino. ¿Por qué no piensan también en los enemigos de Alfa Kenzo?

Alfa llama a uno de sus hombres para que vigilen a esas dos personas.

—Sea quien sea no va a salir vivo de esta. Nadie amenaza a mi Luna y vive para contarlo — les habla Kenzo decidido.

Está ardiendo en rabia y con la ansiedad por las nubes de solo pensar en lo que hará con la persona que ha tenido el valor de amenazar a su mujer.

Todos en la sala asienten, pensando lo mismo que Kenzo.

Por otro lado, Damon sigue intentando dar con la forma para acabar con la relación de quien cree que es su mujer y el malnacido de Kenzo. No va a rendirse, piensa y cree que Jade es suya por derecho. Sin saber que Diosa Luna nunca se equivoca.

Sara habla con sus amigas en el recreo, preguntándose por qué no están aquí ninguna de las tres zorras que odia.

—Quizás han dejado de estudiar al encontrar a sus mates — dice una de las amigas de Sara.

Ella niega con la cabeza. Sabe que eso no es cierto, para ellas lo más importante son sus estudios y empezar una carrera.

—No. Aquí hay algo más.

Sus amigas, que ya están cansadas de su actitud, solo asienten dándole la razón. Se preocupan por ella, ya que sólo habla de Jade y sus amigas.

Damon y Sara chocan miradas y se quedan viendo el uno al otro fijamente. Damon sabe que Sara está obsesionada con Andreus y piensa que con ella podría idear algún plan para que ellos cuatro terminen y ellos dos tengan sus amores.

Alza una mano para llamarla, pidiéndole que se acerque a él. Ella lo hace con una ceja alzada, preguntándose qué querrá.

—¿Qué quieres?

—Hablar contigo cuando salgamos del instituto. Te aseguro que te va a interesar, bonita — le dice Damon con una sonrisa juguetona.

Piensa que Sara no está mal, pero como su preciosa Jade, ninguna.

—No me interesa nada contigo, Damon.

—Puedo hacerte cambiar de opinión mientras te follo, Sara.

Ella lo mira muy seria. Sabe los rumores que se dicen de Damon en la cama y se lo piensa solo por unos segundos.

—Nos vemos después de clase — responde ella con una sonrisa de lado.

En la casa del Alfa, se escucha una queja de Jade cuando siente que sus ovarios van a explotar. Todos la miran, sabiendo que está en sus días y Aleska se levanta para ponerse a su lado y poner una de sus manos en el vientre bajo para darle calor.

Alfa Kenzo mira fijamente lo que su amiga le hace.

—Le puedo decir a nana que prepare tu bolsa térmica — le dice su amiga sin dejar de mover su mano para darle calor.

Jade asiente con lágrimas. Su menstruación es muy dolorosa y su amiga lo sabe, ha vivido con ella esos días cuando se tenía que quedar en la cama sin poder moverse.

—No es normal que le duela tanto. Vamos al hospital — le dice Kenzo que siente una presión en el pecho al ver a su mujer así.

—No pueden hacer nada. Ya la he llevado muchas veces y también fue a la ginecóloga — le responde Andreus.

Kenzo no sabe qué hacer y Aleska llega diciendo que nana ya está preparando la bolsa. Vuelve a poner su mano, pero Kenzo la detiene.

—Yo puedo. Dime cómo hacerlo para cuando tú no estés — le pide y ella sonríe antes de comenzar a decirle como lo tiene que hacer.

Kenzo deja la palma de su mano, tal y como le explica Aleska, en el vientre bajo de Jade y la mueve un poco, como cuando le echa la crema.

Jade se relaja, más por el calor de su Alfa que por el masaje que le da. Nana Rosi llega con la bolsa térmica y se la pone a su niña. También le da una pastilla para el dolor y la llena de besos antes de irse.

Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora