Capítulo 11.

30K 1.7K 115
                                    

Jade

En cuanto me puse en pie, sentí como su calor dejaba mi cuerpo y ahora me hace falta. Él solo me observaba fijamente. Esto está siendo más duro de lo que pensaba, cada día lo necesito más, pero jamás voy a humillarme para que me dé un poco de atención.

Al darme la vuelta me doy cuenta de todas las personas que me observan. Algunos con asombro y otros sin poder creer lo que ven. Ya deben saber que nunca deben subestimar a nadie. Ya sea mujer o no.

El pequeño que tengo en brazos me habla emocionado sobre todo un poco. En sus bracitos veo que tiene algunos arañazos y un hematoma. ¿Tan duro son los entrenamientos para niños? O quizás se los haya hecho jugando.

—¿Cómo se sentirá tener mis propios cachorros?

—Te sentirás completa cuando los tengamos, cariño. Sé que siempre lo has deseado — responde mi lobita.

Zack, que así se llama el niño, me cuenta que también está empezando a entrenar para ser un guerrero fuerte como su padre. Solo hay que ver y escuchar como habla de su padre para saber que lo ama y lo admira. No aparta su manita de mi cara, como si necesitase estar en contacto conmigo, y me mira con esos ojitos grandes llenos de vida.

Tiene tan solo cuatro años y es un amor de niño.

Me quedo un rato hablando con él y otros niños. Los escucho hablar diciendo que soy la mejor guerrera y me cuentan muchas cosas. Yo juro que me muero de amor.

Me subo al auto con Aleska cuando los padres de los pequeños vienen por ellos.

—Todos te adoran, Jadeita.

—Oh, vamos, calla y cuéntame todo.

—Ya sabes que mis padres están muy contentos, aunque a mi padre no le gustó mucho cuando Andreus dijo que podía vivir en vuestra casa. Ya sabes que siempre seré su pequeña niña — comienza hablar y conduzco con cuidado —. Dijo que nos lo tomáramos sin prisas, pero ya sabes que a nosotros eso no nos funciona y no necesitamos tiempo.

En eso tiene razón. Los lobos una vez que encontramos a nuestra pareja destinada, no tenemos que ir despacio o ir con tiempo. Se supone que vamos a estar toda la vida juntos, a menos que te rechacen, como es mi caso.

—Sabes que mi casa es la tuya, Fiona — le hago saber lo que ya sabe y rueda los ojos por el apodo.

Reímos y hablamos de todo un poco hasta llegar a su casa.

—¿Quieres que te espere y te quedas en mi casa? Así mañana vamos juntas a clases.

—Andreus va a querer dormir conmigo — susurra muy nerviosa.

—¿Quién os lo impode? — le guiño un ojo y sus mejillas se vuelven rojas.

Somos vírgenes, aún no hemos estado con nadie. La mayoría de las chicas empiezan su vida sexual mucho antes, sin embargo, nosotras juramos que solo seríamos de una sola persona. Nuestro mate.

Sí, hemos dado algunos besos, pero nada más.

—Está bien. Voy a coger todo lo que necesito, no tardo — dice antes de salir del auto.

Me entretengo con mi teléfono mientras espero y abro Instagram, donde encuentro más de veintidós solicitudes de amistad. Ruedo los ojos al ver que todos son de mi manada. Ya saben que Alfa me rechazó, por lo tanto, tienen el camino libre para intentar algo conmigo. No estoy interesada ahora mismo en nadie, solo quiero terminar mis estudios y largarme de aquí.

No voy a poder ver a Kenzo con otra mujer. Me rompería aún más y por eso necesito que el tiempo pase rápido.

Aleska no tarda en llegar y vamos directas a casa, donde encontramos a nana que está preparando el almuerzo y nos manda a darnos una ducha.

Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora