Capítulo 53.

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Sara

Despierto y cuando abro los ojos, veo a mi mate. Se llama Antón, rubio, ojos color café y alto. Diosa Luna me ha castigado...

Noto que tengo una vía puesta con sueros y sangre. En mi zona íntima no siento mucho dolor gracias a los medicamentos. Merezco el dolor, he sido mala.

—No digas eso, cariño — susurra mi loba Ayla.

Es la verdad, me castigó por querer separar a dos destinados.

Antón se levanta y me mira con ojos suaves. No me mira con odio ni asco.

—Hola, Sara.

—Hola… 

—¿Cómo te sientes, te sigue doliendo mucho? Puedo llamar al doctor.

—No, gracias. Estoy bien, no te preocupes.

—Eres mi mate, haría cualquier cosa por ti — habla con seguridad y siento ganas de llorar.

—No te merezco, no soy pura, he estado con otros y he tratado mal a muchas personas.

Se acerca para sentarse en la cama y acunar mi rostro.

—Entonces cambia y haz el bien, pequeña. Todos cometemos errores. Y tampoco soy puro, he estado con varias mujeres, tranquila.

Asiento a sus palabras. Voy a contarle todo a Jade, voy a intentar hablar con Aleska y también me voy a disculpar con Marie, aunque no sé si van a querer escucharme.

—¿Qué ha pasado... con él?

—Está encerrado y lo voy a matar, Sara. Nadie que haga eso merece vivir.

—Y con... con mi — un suspiro tembloroso corta la oración y ahora me doy cuenta de lo ocurrido. He perdido un bebé —. Con el bebé

Me mira durante unos segundos que se sienten eternos y sujeta mi mano con fuerza.

—El doctor te hizo pruebas y sufriste un aborto — dice con voz suave y aunque él no lo sepa, su tono me calma y no me hace sentir culpable.

Asiento con la cabeza. No quería a ese bebé, pero tampoco quería que me lo arrebataran y no de esa forma tan cruel.

—¿Puedes preguntarle a Jade si puede venir?

Asiente y sale a buscarla. Tengo que hablar con ella, contarle la verdad y pedirle perdón. A lo minutos, ella entra sonriendo, iluminando la habitación.

—¿Cómo te encuentras?

—Mejor, gracias — respondo y ella se sienta a los pies de la cama —. Yo... quería hablar contigo, pedirte perdón por todo lo que pasó, siempre quise estar con vosotras, pero nunca me hacíais caso. Luego vi que Marie se integró con vosotras muy bien. Desde pequeña quise ser vuestra amiga, hacía de todo por llamar vuestra atención.

Escucho como traga saliva y me mira con tristeza. Es algo que jamás dije y aunque eso no justifica mis acciones, siento que debo decirlo y desahogarme.

—Siempre os veía de un lado a otro con una amistad bonita y sincera. Yo nunca he tenido eso, Jade, siempre tuve amistades falsas. Me sentí muy mal cuando pensaba que Andreus sería mi mate y que Aleska siempre estaba contigo. Estaba obsesionada pensando que Diosa Luna se equivocó, pero ella nunca lo hace. Yo solo quería disculparme, en cuanto me recupere me iré. Solo te pido que no le digan nada a mis padres. Yo misma me voy, no hace falta que me saquen.

—No te vas a ningún lado, Sara — se acerca para agarrar mi mano —. Vas a quedarte. Esta es tu manada, tu mate está aquí, tu vida y futuro si así lo quieres. Yo siento mucho no haber visto esas señales, jamás pensé que querías ser nuestra amiga, puedes cambiar. Puedes serlo, pero ahora solo necesitamos que te recuperes. Mi nana va a subir caldo y mil comidas más — suelta una risa negando con la cabeza —, ella lo soluciona todo con comida, espero que te guste.

Me tiembla la barbilla al escucharla. Pensé que me iban a exiliar de la manada y que tendría que vivir en la ciudad sin nadie. Una vez más, me demuestra que es un ser de luz y que yo actué mal.

—¿Puedes comer conmigo? Antón ha dicho que va a encargarse de él...

—Claro que sí. Ahora vuelvo, iré a decirle a los demás que vamos a comer juntas.

Asiento, soltando un suspiro cuando ella se va. ¿Cómo pude ser tan tonta e inútil? Diosa, por favor, perdóname.

Al rato vuelve con la misma sonrisa.

—Pronto nos traerán la comida, ¿quieres ver la televisión? Sé de una serie que te puede llegar a gustar, se llama 'Juego de tronos' — dice moviendo sus cejas y me saca una sonrisa.

—Sí, vamos a verla.

Enciende la televisión y nos da tiempo a ver dos capítulos hasta que llega su nana con otra mujer y me sonríe con ternura. Una que nunca vi por parte de nadie hacia mí.

—Come todo, mi niña. Tienes que recuperarte — dice mientras dejan todo en una mesa pequeña como las de los hospitales.

—Muchas gracias, señora, todo huele muy bien.

—Por la Diosa, no me digas señora, me haces sentir vieja. Dime nana o Rosi, cariño — habla y me río con ella.

Asiento con los labios tembloroso cuando deja un beso en mi frente.

Jade y yo comemos sin dejar de ver la serie. Tocan a la puerta cuando vamos por el séptimo capítulo.

—¿Qué hora es? — le pregunto al ver que la tarde está cayendo.

—Las seis de la tarde.

La miro con las cejas alzadas. Esta serie me ha enganchado y apenas he pensado en lo ocurrido. Creo que aún sigo en shock.

—Hola — entra Antón con una sonrisa.

Jade se levanta, diciendo que volverá más tarde y pongo en pausa la serie para no perderme nada.

—Hola.

—¿Cómo te encuentras? Traigo unas cosas que me recomendó el doctor para ti.

Nana Rosi vuelve un momento para recoger las bandejas y me mira orgullosa al ver que me lo comí todo.

—Me encuentro mejor. He podido hablar algunas cosas con Jade, también quiero hacerlo con Aleska y Marie.

—Lo harás, pero primero tienes que recuperarte.

Me cuenta todo el procedimiento que hizo el doctor y se despide para ir a la ducha. He visto que tiene las manos llenas de sangre. Supongo que es de ese asqueroso.

Mi LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora