Kenzo
No puedo describir como me sentí al ver a mi hijo Ethan en el pecho de mi mujer. Nació dando un grito para que el mundo supiera que había nacido
Y cuando vi a mi Anneliese... Diosa. Pequeña, rosita y callada. No lloró, no hizo nada y me volví a enamorar por segunda vez. Primero de mi reina y luego de mi pequeña princesa.
Zack no se ha despegado de Jade, que ahora tiene a nuestros hijos en su pecho dándoles de comer. Ethan traga con ansias, todo lo contrario a mi pequeña.
No puedo dejar de besar la frente de mi mujer. Está sudada, pálida y no deja de temblar.
—Voy a llamar a Astrid. No creo que sea normal que sigas así.
Al salir de la habitación me encuentro con todos en la sala de espera y se levantan en cuanto me ven.
—¿Cómo está mi hermana y mis sobrinos?
—Cálmate. Necesito encontrar a Astrid, llámala y dile que venga a nuestra habitación.
—¿Ella está bien?
Palmeo su cara para que espabile, si sigue así se va a desmayar el débil este.
—Andreus, tu hermana es fuerte y está bien
Asiente antes de ir a buscar a Astrid y yo le pido a otra doctora que la localice para que vaya a la habitación.
Cuando vuelvo veo que siguen prendidos a sus pechos. Tienen que alimentarse.
—¿Me llamabas? — entra Astrid.
—No deja de temblar y está muy pálida.
Ella sonríe y mira a los bebés.
—Alfa, es normal. Acaba de dar a luz a dos bebés hace tan sólo veinte minutos. Su cuerpo ha pasado por un cambio hormonal increíble, está llena de adrenalina por el esfuerzo y el momento. Eso va a bajar poco a poco, puedes estar tranquilo.
—Ya me siento un poco mejor — me dice Jade
—Bien, estaré pendiente — Astrid se despide de nosotros.
Veo que Zack no le quita la mirada a mi princesa y lo miro fijamente.
—Es hermosa, ¿verdad? — le pregunto.
—Ella es muy bonita — responde sin apartar los ojos de ella.
Por todos los Dioses... que no sea lo que pienso o me voy a volver loco.
—Estás jodido, humano.
—Cierra el hocico, imbécil.
Jade ríe besando la cabeza del mocoso.
—Espero que los cuides bien, cariño.
—Siempre — dice con seguridad.
Aún no he tenido a ninguno en mis brazos, estoy esperando que terminen de alimentarse. Tienen que estar sanos.
Anneliese es la primera que deja el pecho y Jade me mira.
—Tómala en tus brazos justo como yo los tengo, mi amor — me levanto y me pongo a su lado.
Me tiembla el labio cuando me acerco para cogerla en mis brazos y acunarla. Tengo a mi pequeña, a mi Anneliese. Ella abre sus ojos dejándome sin aliento al notar que son igual a los míos. El mismo azul.
—Mi Luna, tienes mis ojos — le digo a mi mujer y sonríe con lágrimas en los ojos cuando pongo la cara de mi niña a la vista de ella.
Mira a su madre con atención y le da una sonrisita.
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Mi Luna
WerewolfKenzo Parker se niega a creer que Jade, la hermana de su mejor amigo, sea su mate y destinada. Piensa que la Diosa Luna le está jugando una broma y no la acepta, sin embargo, él sabe que Diosa Luna nunca se equivoca. ¿Qué hará a partir de ahora? Jad...