Prólogo

5.8K 277 102
                                    

Para muchos la vida puede ser color de rosa, para otros negra, a veces matizada en distintos colores o tonalidades grises, pero todos, ya están predestinados a vivir de esa forma. Por más que luchen, por más que intenten, jamás podrán huir o burlar al destino. Esa implacable fuerza sobrenatural, por así llamarlo, en quien puedes encontrar a tu mejor amigo o a tu verdugo, dependiendo de cómo lo trates. 

Jimin por su parte había, desde muy pequeño, hecho del destino un enemigo al que hacerle frente para tratar de enseñarle que él, un insignificante ser, podía ganarle. Pero estaba muy equivocado, el destino estaba esperándolo, para enseñarle que nadie puede cambiarlo. 

Él era hijo de una familia muy respetada y adinerada de Seúl, dueños de un emporio hospitalario del que su padre alfa Park Hyuk Kwon era dueño, aunque éste y todo el dinero, había sido una herencia hecha a su padre omega. El cómo el alfa acabó siendo dueño de todo fue muy simple; como muchos otros matrimonios, había sido arreglado y existía un acuerdo prenupcial en que se le daba todo al alfa a cambio de que hiciera el "favor" de preñar y dar su marca al desdichado omega defectuoso al que muchos habían rechazado. 

El padre omega Park Sung-Hoon siempre había tenido una salud muy delicada y un defecto genético que causó perdiera sus sentidos de la vista y olfato hacía más de veinte años. La enfermedad se había acrecentado y ahora, no podía caminar ni salía de su habitación, no le quedaba mucho tiempo. 

Su hermano, Park Chanyeol era un alfa de casi dos metros de estatura, fornido, médico y se encargaba de trabajar o más bien hacer como que trabajaba como director de los hospitales, puesto que lo que hacía era despilfarrar dinero en apuestas y compañía de omegas. 

Jimin en cambio, era más pequeño de estatura, delgado pero atlético, todo su cuerpo torneado gracias al arduo ejercicio que le permitió ganar un poco más de masa muscular y así tratar de ocultar lo que en verdad era, un omega. En cambio, la gente siempre había pensado que se trataba de un beta y así se manejaba ante la sociedad. Él trabajaba también en la parte administrativa del  emporio gracias a sus estudios en finanzas y economía, pero odiaba saber que solamente por su fachada de beta era que podía trabajar y tuvo la oportunidad de haber cursado estudios universitarios y de posgrado, algo impensable para un omega. 

Después de terminar su jornada laboral, regresó a casa junto con su padre alfa. Él, no estaba muy de acuerdo en que llevara esa vida de beta, pero lo aceptaba porque, aunque presumía a todos tener un primogénito alfa, sabía muy en el fondo que solamente era un estorbo, un vividor que se estaba gastando el dinero de la familia a manos llenas mientras él y Jimin se partían el lomo. Si hubiera tratado a su hijo como un omega, estaba seguro que ya todo se hubiera ido a la basura y él no estaba dispuesto a pasar penurias. 

El peli plateado fue a despedirse de su padre omega como todas las noches. Entró a su dormitorio, y aunque sabía que no lo vería, sí lo podría escuchar. Se hincó al lado de su cama y tomó su mano que apretó con fuerza -Jimin, mi querido hijo, gracias por venir como cada noche-

-Aquí estoy y aquí estaré. Siempre pendiente de que estés lo mejor posible. 

-Eres tan bueno. Agradezco a la luna porque al menos uno de mis hijos me procura. A Chanyeol no le preocupo en lo más mínimo, aunque lo entiendo hasta cierto punto... es un alfa. Doy gracias de que tú fuiste un beta, jamás me hubiera perdonado el que te presentaras como omega porque eso significaría que te condené a una vida de servidumbre a que no pudieras cumplir tus sueños y anhelos- comenzó a lamentarse muy apesadumbrado. 

-No te preocupes, tranquilo. Eso no sucedió, soy un beta, tengo una carrera, soy autosuficiente, no necesito de un alfa, voy a estar bien. 

Después de convivir unos momentos más con su enfermo padre, se fue a su propia habitación donde se dispuso a dormir y como muchas noches desde que se presentó como omega, un sueño se hizo presente, un sueño que él sabía se trataba de una premonición, una que debía evitar a toda costa. En ese sueño, veía claramente la espalda desnuda de un hombre pelinegro, un imponente alfa y frente a él, dos pequeños cachorros corrían alegremente en la verde hierva, uno pelinegro y otro rubio. Estaba seguro que ese era su alfa y esos, eran sus cachorros. 

Despertó sobresaltado como de costumbre y se puso a llorar -No quiero, no quiero que eso se haga realidad. Jamás voy a aceptar ser el omega de un alfa, lo tengo que evitar a toda costa- miró su reloj, ya era buena hora para irse arreglando para el trabajo. Así que como venía haciendo desde los catorce años que se presentó, es decir por diez años ya, tomó su inhibidor y se preparó para otro día como el beta que se supone era.  

-------------------

Yeaaaaahhhh genteeeeee habemus historia nueva. Al fin el omegaverse que mi querida Panfilita me viene pidiendo desde hace meses jajaja. Acuérdense que ustedes pidan y yo les daré en la medida de lo posible. 

Edit. Mínimo de redacción. 

Te reto a cambiar el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora