Presentaciones

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Bien dicen que el árbol genealógico a veces se requiere podar y que no por ese lazo consanguíneo viene por añadidura el cariño. Ambas personas en la habitación lo sabían bien, pero al menos en el caso de Jungkook no tenía ya que ver a su padre, mientras que Jimin, simplemente por el hecho de que su padre omega vivía en el techo de los otros dos despreciables miembros de su familia, tenía que hacer el esfuerzo de verles y escucharles. 

-De por sí desde hace algunos años mi relación con mi padre y hermano se fracturó mucho, ahora han tomado una actitud todavía peor de nefasta- dejó escapar un quejido de hastío -Jungkook, quisiera ver la posibilidad de que le demos un celular a mi papá. Sé que sería arriesgado, pero creo que podríamos contar con Seo Joon- el sirviente tenía muchos años trabajando para ellos y había cuidado siempre bien a Sung-hoon -Así podría estar comunicado con él a diario sin tener que poner un pie en esa casa- la que por veinticuatro años había sido su casa y que ahora lo había recibido como un extraño. 

-Creo que podríamos intentarlo al fin Seo-Joon le podría dar el teléfono a horas que ni tu padre ni tu hermano estén y ayudarlo a marcarte. Es una buena idea- le abrazó por la espalda, olisqueó su cuello y le dio una ligera lamida. 

-Hoy no Jungkook. No me encuentro de ánimos por todo lo que sucedió en el día- se separó y tras un suspiro fue directamente a la cama donde se tapó hasta la nariz con las cobijas 

El lobo del alfa se sintió un poco ofendido, pero el humano trató de comprender el rechazo. Para él tampoco había sido grato ni la visita a los Park ni lo dicho sobre la salud reproductiva de Jimin así que imaginaba que él estaba mil veces más desanimado y esto pudo confirmarlo con lo que dijo a continuación. 

-Discúlpame. Sé que Chanyeol tiene algo de razón y que debería tenerte satisfecho y abrirte las piernas para que sacies tus instintos y tengamos cachorritos... pero no puedo y quien sabe cuándo lo pueda hacer. Soy un fracaso de omega- se puso lloroso y Jungkook rápidamente fue a meterse en las sábanas y abrazarlo con fuerza y cariño. 

-No lo eres. Eres el omega más fuerte, más maravilloso. Él puede irse al diablo, no es más que un hablador, una copia barata de tu padre, alguien sin voluntad propia. Tú eres lo mejor que pudo haberme sucedido y vamos a encargar a esos pequeños. Ambos lo sabemos, vamos a ser muy felices juntos viviendo aquí en la mansión con ellos. Es nuestro destino y yo no veo nada de malo a eso- Lo que estaban viviendo eran unos pequeños baches en el camino, como cualquier persona. Y es que el destino, nunca hace caminos arados y bellos; hay veces en que estos se ponen escabrosos y sinuosos, pero tarde o temprano llevarán a la felicidad. 

-Lo sé y me esforzaré porque mi conexión con mi lobo se de rápido. Gracias por comprenderme y darme tu amor- volteó hacia él aún enredados en la cobija pero necesitaba estar frente a frente, besarlo y esconder su rostro entre su cuello y pecho mientras dormían. Había encontrado en esa pose, la más cómoda para conciliar el sueño -Por cierto ¿A qué hora viene el padre omega del doctor Jung?- 

 -Dijo que a las once estaría aquí. Ojalá pueda ayudarte. Creo que aunque el doctor es especialista en omegas, su padre al ser uno, podrá hacer más química contigo- y por añadidura todo mejoraría. 

Al despertar, el doctor Jeon se arregló como siempre; ni siquiera hizo el intento de tomar al chico a su lado a pesar de desearlo tanto, pero sabía esperar y darle su espacio; después volverían a hacerse uno con gran pasión. Después de desayunar ambos se despidieron con un beso para poder dar paso a sus actividades programadas. 

A las once, el amo de llaves abrió la puerta cuando el timbre sonó -Buenos días el señor Jeon Jimin lo espera en la sala- reverenció y se hizo a un lado para que el hombre pasara pero se quedó estático, viendo la opulencia, admirando el lugar a donde jamás había entrado. Siempre había visto el lugar desde fuera, pero sabia muy bien quién había sido Jeon Jung Hyun y tan solo recordarlo, le hacía tener cierto malestar. El amo de llaves volvió a llamarlo y al fin reaccionó y caminaron juntos hacia la sala. 

Te reto a cambiar el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora