Te reto a cambiar el destino

Deseo

El destino quería que omega y alfa juntaran sus caminos. Estaba hecho, se habían encontrado y ahora, solamente faltaba que aquel omega cediera ante su poder como dictador de su existencia y dejara que aquel alfa lo hiciera el ser más feliz y dichoso. 

Jungkook como bien sabemos, dejaba que el destino lo guiara, lo sorprendiera y agradecía tanto lo bueno como lo malo, pero ahora temía ante la prueba. Sabía que Jimin era su omega, su destinado pero también era consciente de que él aún no lo aceptaba como tal y le había rogado no anudarlo lo que también le hacía ver que mucho menos deseaba ser marcado y ahora, lo tenía ahí debajo de él mirándolo con deseo y diciéndole cuánto lo necesitaba. 

-¿Qué esperas alfa? Tómame- el omega lo jaló por el cuello y comenzó a besarlo apasionadamente frotando su cadera con la de él -Te deseo. Necesito tu esencia dentro de mi- declaró sin dejar de mirarlo seductoramente. 

Sabía que ese que hablaba era el omega y no el humano, pero era malditamente sexy y lo deseaba demasiado. Otro beso necesitado y un jadeo acompañado de otra explosión de delicioso aroma vainilla-durazno hizo que le comenzara a sacar las ropas con desespero y al tenerlo desnudo se quedó de pie admirando lo hermoso que era. No parecía un omega, no era delgado y frágil, Jimin tenía un cuerpo escultural, trabajado, bello. Sintió su propia polla elevarse en demasía, apretaba ya el pantalón y tuvo que quitarse todo en un santiamén. Llenó sus pulmones del grandioso aroma que despedía el omega. 

Jimin se dio cuenta de cómo lo miraba, sonrió seductor. Él también lo miró, deseaba a ese alfa, necesitaba ser suyo. Acarició su miembro y se abrió de piernas mostrando su agujero del que seguía brotando su lubricante natural -Fóllame. Mira cómo estoy por ti- 

Esa invitación había sido tan erótica que, de no haber sido porque el chico le había dicho que era su primera vez, hubiera creído que aquel omega era un experto en el tema. Por supuesto, apenas lo escuchó, se acercó, tomó ambas piernas, las acarició, besó e internó su rostro entre ellas para lamer de ese delicioso líquido que emanaba. 

El omega se removió, elevó la cadera para darle más acceso, tomó con sus manos las sábanas y de su boca salió un gemido lleno de placer que se repitió una y otra vez mientras Jungkook seguía saboreándolo y delineando su entrada que se expandía involuntaria para darle cabida a su miembro que estaba deseoso de internarse en ella. 

Jeon tomó aire, cerró los ojos para no perder concentración y evitar que su parte lobuna tomara el control. Bajó de la cama, tomó al chico por la cadera, lo arrastró al borde y comenzó a adentrarse lentamente arrancando otro gemido a su esposo que a pesar de que estaba preparado sí hizo una mueca de incomodidad; eso, para un Jimin cien porciento humano, hubiera sido por demás terrible. 

Se comenzó a mover de a poco, tratando de ser suave pero su omega era de otra idea -No, más rápido alfa. Muéstrame cuánto me deseas- y se lamió los labios incitándolo. Jungkook comenzó un vaivén más acelerado y los gemidos acompasados se integraron en la melodía de sus cuerpos chocando una y otra vez. Todo era tan excitante que sin darse cuenta, el alfa de Jungkook salió a flote. 

Dejó de penetrarlo, tomó sus brazos para enderezarlo y ponerlo de pie. Se miraron a los ojos con deseo -Eres mío omega- se sonrieron y el alfa olfateó el hermoso cuello que el otro ofrecía ladeando su cabeza para darle más espacio -Quiero ser completamente tuyo. Dame tu marca-. Jungkook desenfundó sus colmillos y al verlos, Jimin reapareció.

-¡No detente Jungkook! 

Al escuchar la voz del humano aquel alfa volvió en sí y se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Volvió a guardar sus colmillos -Jimin, me dejé llevar, pero no volverá a pasar. No te marcaré hasta que no estés preparado-