Luz

757 125 162
                                    

Durante el siguiente mes, Jungkook dejó de experimentar los malestares de Jimin; estos habían sido solamente parte del primer trimestre.  A simple vista, todo parecía igual, pero sí se podía notar al omega un poco más ancho y se comenzaba a abultar un poco su pancita. Su aroma también era algo que tenía un notorio cambio, se estaba comenzando a combinar.

*Aviso de puerquedad exprés* 

-Mmmm, cariño, hueles a helado de vainilla. Deja darte una probada- decía el alfa que en un dos por tres tenía a su pareja en cuatro sobre la cama y él pasándole la lengua en repetidas ocasiones para lograr que de él brotara aquel líquido delicioso. 

Ellos dos no habían dejado de lado su actividad sexual, al contrario, el ímpetu de Jimin había crecido gracias a las hormonas del embarazo y el otro no ponía queja alguna en tener a su omega tan deseoso de él. 

-Ah Jimin ¿Por qué eres tan malditamente sexy? te juro que no sé cómo le vamos a hacer cuando tengas una panza enorme, pero no voy a dejar de follarte. 

-¡Yaaaaa, Jungkoooookkk! No digas esas cosas tan obscenas, tus hijos te escuchan- aunque no entendieran nada, pero estaba seguro que ya podían comenzar a hacerlo y pronto se empezarían a mover. 

-Tal vez cariño, pero también dicen que en lugar de entender sienten y yo te digo las cosas con mucho amor, así que ellos no pondrán objeción- comenzó a penetrarlo como de costumbre sintiéndose en el cielo. Dejó salir su esencia pero el nudo no se formó. Ahora que el omega ya estaba embarazado y enterado de esto, sus cuerpos mismos parecían también entender que el nudo era ya innecesario. 

*Fin de la puerquedad exprés* 

Ambos se asearon y vistieron, tenían que ir a recoger al matrimonio Park en el aeropuerto. 

Tan pronto como Sung-Hoon abrazó a su hijo notó el cambio de aroma y el de su cuerpo -Hijo...- 

Supo que él lo había notado de inmediato -Sí papá, estoy embarazado de cuatro meses. Mis mellizos, tus nietos, están dentro de mi- el hijo tomó la mano de su papá y la llevó a su vientre, él lo tocó, sonrió y sus ojos se empañaron. 

-Que felicidad mis nietos...- Ahora él había recuperado la alegría de vivir, la energía, todo en su vida era bello y así seguiría por siempre -El destino al fin está haciendo que todos volvamos a ser felices. Cada uno de nosotros lo merece- 

Así pues, pasaron tres meses y ahora la mansión Jeon albergaba a dos omegas completamente embarazados que pasaban el día jugando videojuegos, comiendo, riendo, llorando mientras sus esposos alfas trabajaban y luego llegaban a verlos para recibir el golpe de feromonas y aromas combinados con leche así como besos, enojos o llantos. Todo era cuestión de suerte. 

-Hobiiiiii, estoy tristeeeeee, dame besitos... dame un chocolate... o mejor un sándwich de helado con atún- demandaba Taehyung a su pareja. 

Jimin simplemente reía y veía desde el sillón la graciosa escena. Él a los siete meses estaba ya tan avanzado y con tremenda panza que apenas se podía mover. Elevó sus brazos hacia su amado -Ven, ayúdame, no me he movido del sillón en varias horas- Jungkook lo ayudó, trató de abrazarlo pero apenas si podía tocar sus hombros, los mellizos no dejaban que pudiera ya rodearlo. 

Tae y Hoseok se retiraron y ellos subieron a la habitación. Jimin trataba de acomodarse, hacía dos semanas que no podía dormir bien pues la panza le estorbaba, los pechos le dolían por su ligero crecimiento y ahora no podía recargarse en su esposo. Además si se ponía hacia arriba se sofocaba un poco así que había optado por dormir casi sentado y dicho y hecho su actividad sexual también había bajado considerablemente por la incomodidad, pero a veces sí era tomado aunque no tan demandantemente sino con cuidado y amor. 

Te reto a cambiar el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora