Los días de celo fueron pasando y la pareja la había pasado en esa recámara fundiéndose, víctimas del deseo pero también del amor, sobre todo en el caso de Jungkook quien abiertamente había dicho ya sus sentimientos hacia el otro. Jimin por su parte, no era que no amara a su pareja, pero aún no podía corresponderle propiamente, primero necesitaba amarse a sí mismo, abrazar su naturaleza de omega y controlarlo puesto que ese lobo suyo había seguido haciendo de las suyas a ratos, tentando al alfa de formas tales que había tenido que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad.
La mañana del cuarto día los recibió, ambos estaban acostados en la cama y vestidos lo que dijo a Jungkook que el celo había llegado a su fin, tal como lo habían previsto. Abrazó a su esposo, besó su mejilla y olió su cuello haciendo que también él despertara.
-Al fin terminó- dijo con gran alivio y de inmediato dejó de sentir la cercanía del otro quien se quitó las mantas de encima y se sentó en la cama con clara molestia. Al darse cuenta también se quitó las mantas, se hincó en la cama y fue a abrazarlo por detrás regresando los mismos mimitos y unas cuantas caricias al escultural pecho -¿Por qué siempre malinterpretas mis palabras? Ya te he dicho que no lo hagas- bajó de la cama y se le sentó encima viéndolo de frente -Me da mucho gusto que por muchos días voy a poder ser yo el que tenga todo el control de mi ser y a quien beses y hagas gemir a tu antojo-
El cuerpo del pelinegro se erizó y reaccionó ante esas palabras y qué decir de su parte baja que ahora ya era deseada por su esposo quien se lo hizo saber con un ligero meneo de cadera .
*Aviso de puerquedad rápida*
Jimin apoyó sus rodillas en la cama y bajó su pantalón de pijama hasta la mitad de sus muslos. Jungkook hizo lo mismo cuando retiró su peso.
El médico volvió a sentir el trasero de su esposo restregándose en su longitud, la deliciosa humedad brotando por abajo y un gemido saliendo por la boca que hicieron se pusiera aún más duro. Tomó el firme trasero, coló una de sus manos y tocó dentro del agujero. Otro gran gemido se escuchó. Repitió esto varias veces a fin de que Jimin estuviera totalmente listo y deseoso de sentirlo dentro.
Estaba listo, una manita tomó aquella gran polla hacia la que había desarrollado una especie de adicción y la dirigió para sentarse en ella -¡AAaaaaahhh siiiiii!- Se tomó de los hombros frente a él y se puso a saltar impulsándose con sus rodillas que descansaban sobre la cama a los lados de la cadera de su hombre. Todos esos días de celo habían servido para instruirse bien.
El pelinegro lo tomaba de la cintura pero luego bajó hacia la cadera, a apretar esos glúteos que se amoldaban tan bien a sus grandes manos y así ayudarlo a saltar más alto, más fuerte y más rápido. Se miraron a los ojos sin decirse nada, solamente sonidos de mutuo placer. Al sentir que ya estaba a punto, levantó al chico para evitar verter dentro de él la gran corrida que cayó en sus piernas al igual que la de Jimin quien expulsó fluidos tanto de su extensión como de su entrada que se contraía por el gran orgasmo.
*Fin de la puerquedad rápida*
Al fin bajaron a desayunar y el omega cocinero los recibió servicial como siempre. -Buenos días. Enseguida les sirvo su desayuno- fue a la cocina por los platos y al entregarle el suyo a Jimin le dijo -Que bueno verlo de nuevo señor Park-
-Puede decirme Jeon... soy Jeon Jimin- sonrió a su marido y a ambos los llenó un sentimiento de calidez en su pecho. Mientras el chef Choi sonreía y aplaudía emocionado.
Así al terminar sus alimentos, Jungkook se dispuso a ir a trabajar -Aunque voy a llegar un poco más tarde de lo planeado a la oficina, pero valió mucho la pena. Te veo en la noche- se puso en pie para ir a lavarse y luego tomaría el auto.
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Te reto a cambiar el destino
Fiksi PenggemarLa vida es inexplicable. Puede ir muy bien y, de un momento a otro, dar giros totalmente inesperados ya sea a tu favor o en tu contra. Es algo inexplicable, tal vez no nos guste, tal vez nos empeñemos en querer hacer lo que nosotros deseamos pero, d...