Te reto a cambiar el destino

Mudanzas

Todas las personas tenemos en nuestra experiencia de vida algunas heridas que se pudiera pensar que están sanadas pero con cualquier movimiento en falso o en éste caso por palabras incorrectas pueden volver a abrirse y sangrar profundamente. Jimin había pasado unos días en una burbuja llena de pasión, cuidados y compañía. Su esposo lo había hecho sentir amado, deseado, le había hecho pensar que no había nada en el mundo más importante que él y que bajara la guardia para abrirse a la felicidad de un futuro hermoso. Sin embargo, las palabras del cocinero Choi habían reventado esa burbuja y retumbaban en su cabeza una y otra vez desde la mañana. Se volvió a sentir usado, frágil, una decoración más en aquella enorme mansión que una vez habiendo satisfecho la lujuria de su odioso omega y la del alfa, había quedado relegada. Además, se sentía solo, muy solo y a nadie le importaba que estuviera ahí sin nada de compañía, nadie se daba cuenta de sus sollozos y de que la almohada de la cama del cuarto de visitas que había estado ocupando antes del celo, ahora estuviera empapada. 

Namjoon y Jungkook salieron del hospital por la noche cada quien en su auto. El médico había siguiendo con ese ligero malestar todo el día, pero pensó que quizá era solo que hubiera preferido seguir estando con Jimin en lugar de volver a su trabajo de sol a sol y es que la verdad esos días habían hecho que se aferrara más a él, al bello omega que hacía que su corazón palpitara desenfrenado gracias al amor. 

Al llegar a la mansión, Jungkook fue ahora el primero en pasar para ver si el terreno era seguro para que otro alfa entrara. Comprobó que todo estaba bien y ambos entraron, pero al no ver a su esposo salir a recibirlo supo que algo no estaba bien. Ambos fueron al piso superior a las habitaciones. -Tú puedes ir a sacar tus cosas mientras. Yo voy a ir a ver a Jimin- y entró en su habitación -¿Jimin? ¿Dónde estás?- no lo encontró y salió muy extrañado, quizá habría ido al jardín, pero luego se le ocurrió entrar a la tercera puerta, su anterior habitación y ahí lo encontró hecho un ovillo en la cama. Se acercó a él rápidamente y se acostó envolviéndolo con su cuerpo y liberando su aroma para tratar de calmarlo -¿Qué pasa? ¿Por qué llevas todo el día triste?- Ahora caía en cuenta qué era lo que le había estado causando ese malestar; a pesar de no tener un lazo como tal, habían formado un vínculo estrecho en esos días de convivencia por el celo y era capaz de sentir un poco sus emociones. 

El llanto e hipidos cesaron -¿Y tú... cómo... sabes eso?- quizá se lo habría dicho el cocinero al llegar. 

-Jimin, yo lo sentí también. Tuve un poco de tristeza que no supe a qué se debía hasta éste momento- lo abrazó más fuerte y besó su mejilla -Anda dime ¿Qué pasó para que estés así?- 

La cercanía, los mimos, las palabras llenas de afecto le desbarataron nuevamente la barrera que había deseado poner. Había deseado volver al que era antes, a desconfiar de él, pero no podía, necesitaba creer que él lo amaba. -Solamente pensé que... no tiene importancia- 

-Sí la tiene pues estuviste muy triste y estás en este cuarto en lugar del nuestro- no le podía mentir y hacer como que ahí no pasaba nada. 

-Solo me atormentaba pensando que todo lo que pasamos había sido por el celo y por el acuerdo- le tomó la mano con la que lo estaba abrazando -Pero estando a tu lado... Quiero creer en que tú me quieres- hizo que lo abrazara más fuerte. 

-No solamente te quiero, te amo. No fue cosa del celo nada más, ni mucho menos por el acuerdo, por favor no vuelvas a pensar eso- otro besito fue dado -Ahora, me temo que quisiera quedarme más tiempo así contigo, pero, Nam-hyung está sacando sus cosas en la habitación de al lado. Deja veo que se marche rápido para regresar a ti- 

Jimin se separó y se puso en guardia acción que no pasó inadvertida. 

-No te preocupes, ya pasó el peligro y él puede controlarse bien. Esa vez porque bueno, tu celo fue demasiado fuerte hasta para un alfa maduro- dijo tratando de brindarle tranquilidad -Él quisiera pedirte disculpas en persona, pero si tú no deseas verlo, está bien, luego será- El omega asintió y esperó dentro de la habitación en lo que su esposo y el roomie incómodo desalojaban la habitación contigua.