Acciones

766 118 164
                                    

El matrimonio Jeon llegó a la mansión. Más tardaron en abrir la puerta y cerrar, que en estar corriendo por las escaleras entre risitas como si fueran dos niños que estaban a punto de hacer una travesura y es que ya se les hacía tarde para volver a tener sexo de celebración al haber dicho al Doctor Park y Chanyeol que eran destinados, aunque ambos estuvieron de acuerdo que hubiera sido mejor decirlo sin que JYP estuviera para hacerlo rabiar a gusto. Sabían que se había guardado sus verdaderos comentarios al respecto por la presencia de aquel hombre en el lugar.

*Aviso de puerquedad* 

El suéter de Jimin había quedado en algún lugar del pasillo, lo mismo que la camisa de Jungkook. Ambos saltaron a la cama donde el pelinegro no tardó ni diez segundos en tener a su hermoso omega desnudo y en cuatro. Introdujo sus dedos en él y se contrajo una y otra vez hasta que de su entrada salió el esperado néctar. Jungkook bebió, sediento de su sabor que esta vez quizá por la marca, quizá por las sorpresas de la noche, le había sabido diferente pero delicioso como siempre. El chico se arqueó más cuando él se retiró e hizo un pequeño sonidito suplicante; deseaba volver a sentir esa tibia lengua y el otro le complació en lo que se deshacía de su cinturón y sacaba su pantalón por los tobillos. 

Jimin seguía de espaldas cuando sintió la grande y dura extensión de su alfa, esa que ya conocía bien y de la que se había vuelto adicto -Fóllame mi cielo. No te reprimas, no sé por qué, tengo la necesidad de sentir que me tomas a tu antojo. Aunque no esté en celo, sabes que disfruto de ti-

-¿En serio cariño?- le iba a contestar pero lo que escuchó de su boca fue un gemido combinado con dolor tras haber sido nalgueado -Ok entendido- y otra vez la palma de Jungkook acabó en las asentaderas de su esposo. Después de haberlas dejado bastante rojas, se tomó de su cadera y se comenzó a hundir con ganas, con deseo y vaya que lo deseaba; también para él hundirse en su omega era algo insuperable. 

Gemidos y chapoteos se escuchaban y quien se acercara podría oler aquella mágica combinación de aromas que tan bien se complementaban. El alfa tenía un muy fuerte agarre en la cadera, marcas ya se notaban en ambas crestas iliacas -Oh Jungkook... aaaaaaaaahh sii, sigue, más... máaaass... ah, ah... ay por la Luna, me voy a venir... yo... aaaaahhhh- y había acabado ahí en las sabanas donde dejó caer su torso. 

-Ah no. No vayas a salir con que ya te cansaste. Tú fuiste el que dijo que quería duro y sin contenerme-Jimin se puso a reír y asintió para en un instante ser tomado de los brazos hacia atrás por su alfa. Lo levantó e hizo que se hincara. Lo penetró así y mientras movía su pelvis daba mordiditas leves y lamidas sobre la marca en su cuello. 

Jungkook salió de él y con una pequeña seña hizo que se girara y acostara con el rostro casi en la orilla de la cama. Él se hincó, abrió las piernas de su chico en compás y las cargó para volver a entrar -No me canso ni me cansaré de sentir cómo se siente estar en tu interior, además eres tan sexy- El médico se puso a empujar afanosamente su miembro en la cavidad que no dejaba de despedir chorreadas de lubricante -Tu cuerpo reacciona muy bien ¿Lo estás disfrutando verdad?- 

-Sí, síiiiiii, mu... muchoooo aaahhh- de tanto que estaba siendo follado su cuerpo se había ido recorriendo y ahora su cabeza y medio torso estaban fuera del colchón. Decidió bajar los brazos y detenerse del suelo. Grande fue su sorpresa cuando Jungkook volvió a subir sus piernas y por poco se va de boca el -AAaaaaaahh- escuchado ahora fue una mezcla de placer y terror que fue acompañado de otros gemidos más acompasados hasta que un sonido gutural sonó y él esperma fue vertido en su interior mientras él se vaciaba de nueva cuenta en la cama. El pelinegro rápidamente lo cargó hacia el colchón y se acomodó encima para esperar el nudo juntos y en una mejor posición. 

*Fin de la puerquedad* 

A la mañana siguiente el calor del cuerpo del omega pegado al suyo lo despertó -Jimin, quítate esa pijama, estás hasta sudando- dijo somnoliento y el otro se removió y sentó un poco en la cama para tratar de hacer lo que le pedía, al menos se quitaría la camisa pero cuando estuvo a punto de hacerlo salió disparado al baño y esto alertó al otro -¿Te encuentras bien?- 

Te reto a cambiar el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora